Unificación del municipio de Piquera con el de San Esteban de Gormaz

Publicado el 17 de enero de 2007.
Última actualización  el 2 de agosto de 2016
Por Salvador Barrio Onrubia

In Memóriam
 Antonio Crespo Martínez

El texto añadido en las actualización va escrito con letras de color azul marino.

Introducción

Se presenta en esta monografía un estudio sobre la integración del antiguo ayuntamiento de Piquera, juntamente con otros de la misma zona, en el de San Esteban de Gormaz, cuando mediaba la década de los años 1960. Asimismo se ofrece, en un anexo final, un informe sobre la última obra de envergadura acometida por el ayuntamiento de Piquera, en unión con otros municipios próximos y con la colaboración de la Diputación Provincial, antes de su fusión municipal con San Esteban de Gormaz.

Cronología de los hechos

De antiguo venía  la idea de la clase política dirigente, o quizás más bien de los “tecnócratas” que les secundaban, de fusionar y eliminar municipios. En tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, con fecha de 31 de julio de 1924, el Gobernador Civil José María Rodríguez Villamil hizo un proyecto de agrupación forzosa de ayuntamientos, en el que unía a Piquera con Morcuera (este pueblo hubiese sido la capitalidad del municipio) y Torremocha (que además aportaría el pueblo de Torraño)[0]. Casi coetáneo con el plan que veremos a continuación es un proyecto de Agrupaciones necesarias y convenientes, propuesto en febrero de 1940 por el Gobernador Civil de Soria, Remigio Sánchez del Álamo. En él se proponía la unión de Piquera con Atauta[0bis].  Octavio Yagüe, de Rebollo de Duero, propuso en 1939 una agrupación de municipios para el partido judicial de El Burgo de Osma[1]. Tenía la idea de hacer fusiones  de ayuntamientos con una proximidad entre sus núcleos habitados de unos cinco kilómetros de distancia; la población media resultante de los nuevos municipios agrupados estaría en torno a los 1000 habitantes censados según datos estadísticos de 1930. Para el municipio en el que estaría incluido Piquera presentamos una tabla con los datos poblacionales de 1930 (los datos que manejó el proponente de la idea) al lado incluimos los del  año 1940 (cifras que podrían haber correspondido al nuevo municipio unificado si la idea hubiese prosperado)[2].

 En el citado estudio no consta dónde estaría radicada la capitalidad de cada ayuntamiento pero es muy previsible que correspondiese al primer pueblo citado en cada una de las agrupaciones, en nuestro caso Peñalba de San Esteban. Según este proyecto este municipio estaría registrado con el número 16, de un total de 30 nuevos municipios para todo el partido judicial, una numeración que no es probable que pretendiese indicar ningún orden jerárquico de las agrupaciones resultantes.

Ese proyecto no llegó a buen puerto, pero un cuarto de siglo después, en sesión ordinaria de 29 de febrero de 1964, la Diputación Provincial de Soria informaba del expediente de fusión de los Municipios de  San Esteban de Gormaz, Berzosa, Rejas de San Esteban, Aldea de San Esteban, Alcubilla del Marqués, Atauta, Ines, Matanza, Olmillos, Quintanilla de Tres Barrios, Soto de San Esteban y Villálvaro[4]. En este expediente no se encontraban incluidos ni Piquera ni Peñalba, y no tenemos noticias de que lo estuvieran en ninguno otro. Es muy probable que la "Superioridad” pensase en un municipio con su capitalidad en torno a Peñalba-Piquera, pero se desecharía la idea debido a la rivalidad tradicional entre los dos pueblos.

A pesar de todo lo indicado, el 30 de enero de 1965 la Diputación en sesión ordinaria informa favorablemente el expediente de fusión de los ayuntamientos de Aldea de San Esteban, Atauta, Ines, Matanza, Olmillos, Peñalba de San Esteban, Quintanilla de Tres Barrios, Rejas de San Esteban, Soto de San Esteban, Velilla de San Esteban, Villálvaro y Piquera de San Esteban, para fusión en San Esteban de Gormaz, con denominación y capitalidad en San Esteban de Gormaz[5].

En sesión de 28 de agosto de ese mismo año se vuelve a informar favorablemente, por segunda vez,  sobre los expedientes de fusión del ayuntamiento de San Esteban de Gormaz y de otros municipios[6].

El año 1966 ya es definitiva la fusión de todos los pueblos que se han citado en la sesión de la Diputación de 30 de enero de 1965, según indica el Diccionario Enciclopédico Espasa[7]; el 17 de noviembre se había publicado en el Boletín Oficial del Estado el Decreto 2868/1966 por el que se aprobaba la fusión voluntaria de los citados municipios, el decreto estaba firmado el 20 de octubre de 1966 por el General Franco y aludía a los dictámenes favorables de la Dirección General de Administración Local y de la Comisión Permanente del Consejo de Estado, a la propuesta favorable a dicha fusión del Ministro de la Gobernación y a la deliberación del Consejo de Ministros en su reunión de 14 de octubre de ese año. Dicho decreto hacía también alusión a la fusión con el municipio de Fuentecambrón que no fue posible debido a que en las decisiones de los trece municipios fusionados, anteriores a lo decidido por este último municipio,  no se contemplaba la unión con este ayuntamiento, unión que nunca se iba a producir[7bis].

 El mapa del nuevo municipio concentrado sería el que se muestra en el siguiente mapa.

Ante esta modificación de términos municipales, el Presidente de la Audiencia Provincial de Soria pide a la Diputación Provincial, el día 26 de noviembre de ese año de 1966,  un informe acerca de la supresión de los Juzgados de Paz de los pueblos agregados a San Esteban y la agregación en el de este último pueblo. Responde el día 29 el Presidente de la Diputación indicando la conveniencia de la supresión de dichos juzgados y su incorporación al de San Esteban de Gormaz. Pero esta decisión no se tomó, a propuesta del Tribunal Supremo,  hasta el 30 de abril de 1970, fue publicado en el Boletín Oficial del Estado de fecha 21 de mayo de ese año.

Posteriormente, en 1972, se integrarían otros municipios en este de San Esteban de Gormaz, a saber: Morcuera, Quintanas Rubias de Abajo, Quintanas Rubias de Arriba y Torremocha de Ayllón[8]. Se había informado favorablemente esta fusión en sesión ordinaria de la Diputación Provincial de 2 de junio de 1971[9].

Excusas para esta concentración municipal

En la década de 1960 la Diputación Provincial de Soria indicaba las circunstancias por las que se sentía justificada para incoar expedientes de fusión municipal:

• Carencia de medios económicos necesarios para sostener los servicios mínimos obligatorios:
• Guardería rural.
• Surtidos de agua potable en fuentes públicas, abrevaderos y lavaderos.
• Alumbrado público
• Pavimentación de vías públicas.
• Cementerios.
• Limpiezas varias (sic).
• Destrucción y tratamiento técnico sanitario de basuras y residuos.
• Desinfección y desinsectación.
• Botiquín de urgencia.
• Inspección sanitaria de alimentos y bebidas.
• Fomento de la vivienda higiénica.
• Cuando por el desarrollo de las edificaciones se confundan sus núcleos urbanos.
• Cuando existan motivos notorios de conveniencia económica o administrativa[10].

¿Fue correcta esta decisión de concentración municipal?

Aun teniendo en cuenta que lo que aquí voy a expresar puede ser considerado como algo subjetivo, no por ello voy a dejar expresar mi opinión razonada en lo referente a esta cuestión.

Pienso que hubo una decisión incorrecta y, sobre todo, precipitada. Por los resultados que se han apreciado después podemos decir que no benefició en nada a las localidades integradas en el nuevo nuevo municipio concentrado y es dudosa la bonanza de esta medida para la localidad que acogió la capitalidad de dicho municipio; y lo más grave de todo, no se hizo nada por corregir algo que se había visto que no funcionaba.

Las circunstancias que expresaba la Diputación Provincial para incoar expedientes de fusión no son más que excusas para justificar una decisión que ya se tenía tomada, quién sabe si en una irrupción de una supuesta modernidad. Todas estas excusas se basaban en dificultades económicas que se podrían haber abordado optimizando el uso de los recursos de aquellos pequeños ayuntamientos y con una mayor implicación de la administración central y provincial.

En aquellos años, y anteriormente, ya había mancomunidades de ayuntamientos para la gestión de ciertos servicios; por ejemplo, Piquera estaba mancomunado con otros municipios para la gestión de:

• Secretaría, con Torremocha de Ayllón, Liceras y Cuevas de Ayllón, juntamente con sus agregados (con la presidencia de la mancomunidad en Piquera);
• Médico, con Aldea de San Esteban y Peñalba de San Esteban (con la cabeza de la mancomunidad en esta última);
• Veterinario, con Peñalba de San Esteban y alguno otro más (presidencia en Piquera);
• Farmacia o Botica, con Torremocha y Morcuera (cabeza de la mancomunidad en Morcuera).

(Es posible que haya algún error en las listas de los pueblos que se han indicado anteriormente como integrantes de dichas mancomunidades, en cualquier caso, creo que en lo fundamental no hay ningún error. También es posible alguna variación de esos datos según las fechas de que se tratase por la incorporación o segregación de alguno de los pueblos interesados)

Con estas mancomunidades se conseguía abaratar los costes, pues un mismo profesional aseguraba el servicio en varios localidades. El ayuntamiento que era cabeza de la comunidad ofrecía la residencia, y por tanto el derecho al uso de una casa, al funcionario correspondiente. Este sistema de mancomunidades era una solución que posteriormente se ha seguido, ampliado y mejorado, con la creación de la Mancomunidad de servicios Mío Cid para la gestión de: recogida de basuras, mantenimiento de las redes de abastecimiento público de agua, y otros. Y, curiosamente, el reparto de aportaciones a los gastos de esa mancomunidad se hace por localidades y no por municipios.

En fin, optimizando el uso de mancomunidades hubiese sido más efectivo el funcionamiento de los pequeños municipios y, por tanto, se habría logrado un mayor beneficio para la calidad de vida de sus habitantes. Desde luego, con la solución que se adoptó no se consiguió paliar los problemas que había planteados.

Anexo

Electrificación en Piquera y otros pueblos de la zona.

Consultando información para elaborar el estudio que precede, me encontré con la documentación de una concesión de créditos a bajo interés por parte de la Diputación Provincial de Soria en beneficio del ayuntamiento de Piquera, y otros más. Me resultaba un poco extraño que por esos momentos se concediese unos créditos a bastantes ayuntamientos que iban a desaparecer muy poco después. He aquí una tabla en la que se reseñan las cantidades entregadas por la Diputación a cada uno de los municipios en los años que se indican[11].

 Con posterioridad a esta indagación comprobé que este tipo de créditos se concedían para el mejoramiento de infraestructuras viarias, electrificación e instalación de líneas telefónicas, entre otras mejoras. Dándole vueltas a la cuestión intuí que podía tratarse de la mejora del suministro eléctrico y me vino a la memoria una foto incluida en la monografía de Fotos Antiguas de este sitio. La fotografía es la siguiente:

Conseguí identificar a todos los protagonistas de la foto menos a uno. Las personas aquí retratadas identificadas por mí son:

• Antonio Crespo Martínez, sentado y firmando, alcalde de Piquera en aquellos momentos.
• Antonio Fernández-Pacheco y González, el primero por la derecha, Gobernador Civil de Soria.
• Juan Sala de Pablo, el segundo por la derecha, Presidente de la Diputación Provincial.
• José Pascual Araujo, el primero por la izquierda y acercando los documentos a firmar, Secretario de la Diputación

Me fue imposible reconocer a la otra persona, la de gafas oscuras. Quiso el destino que once días antes de su fallecimiento tuviese una conversación con la persona que centra esta fotografía, Antonio Crespo Martínez, sobre los protagonistas de la misma. Me ratificó los personajes que yo tenía identificados y me indicó que la persona que yo tenía sin identificar era el representante de la compañía eléctrica, Electra de Soria (esta compañía fue absorbida posteriormente por Iberduero y ésta, a su vez, se fusionó después con la compañía Hidrola formando la actual Iberdrola). Antonio Crespo también recordaba el montante de la operación que ascendía a unos 8 millones y medio de Ptas. para todos los pueblos beneficiarios de la obra (7 millones y medio según la tabla que figura a continuación con las cantidades asignadas a los municipios implicados en la obra; es de suponer que el millón restante tuviese que ser aportado por la compañía eléctrica).

 La red de abastecimiento eléctrico que se diseñó unía:

·        Soto de San Esteban,

·        Aldea de San Esteban,

·        Peñalba de San Esteban, a la salida de este pueblo había sendas bifurcaciones:

o       una hasta Atauta, y

o       otra hasta

§         Miño de San Esteban, y

§         Fuentecambrón,

·        la línea principal continuaba por Piquera de San Esteban,

·        y acababa en Morcuera.

 Esta obra dio una imagen de progreso en la zona, visible especialmente:

 Aunque era mucho más apreciable en la calidad y fuerza del suministro eléctrico que se podía disfrutar. 

Bibliografía