Peña Casqueta    Peña Palomar    Peña Saúco, La    Peñarrodás 

Una peña es una piedra grande, según la produce la naturaleza y, en nuestro caso, sin traslado de su ubicación original por medios más o menos artificiosos ideados por la inteligencia humana. Generalmente suelen estar rematando las cumbres de cerros y montañas, alguna vez se suele aplicar ese nombre a esos mismos cerros y montañas.

El sustantivo latino Pinna (= pluma, punta de las alas, almena) es el origen del nombre castellano peña. Con el paso del tiempo, la palabra que definía el concepto de extremo del ala de las aves se aplicó a las almenas de las murallas y a la parte más elevada de las montañas que solía estar formada de materia pétrea. Hay autores que consideran que la palabra peña tiene otros orígenes más remotos: precéltico, preibérico, o incluso, ligur.

Peña Casqueta

La palabra Casqueta, no existente en el castellano normativo actual, podríamos considerarla un participio pasado, o incluso un adjetivo, formado a partir del verbo cascar (o más bien, a partir de su equivalente latino). Tiene la terminación en -a, propia del femenino, para concordar en género gramatical con el sustantivo que la precede. La forma masculina de casqueta, casquete, es normativamente correcta, pero considerada como sustantivo. Podemos decir, en definitiva, que esta peña está quebrantada, previsiblemente por la acción de los agentes atmosféricos, como se puede observar sobre el terreno y está expresado en el nombre del propio lugar.

Al verbo Cascar, y a las palabras derivadas de él, se les encuentra su etimología en el homónimo del latín vulgar, Quassicare, derivado del latín clásico Quassare (= sacudir, blandir, golpear, quebrantar) frecuentativo de Quatere (= agitar, menear, sacudir)

Este topónimo ya se encontraba registrado el año 1752 con este mismo nombre.

Acceder al inicio del artículo

Peña Palomar

La palabra palomar, asociada a esta peña, manifiesta la presencia de palomas, especialmente durante el invierno, al abrigo de la misma peña. Este sitio está resguardado de los vientos del norte y caldeado por el sol durante todo el día.

La palabra Paloma encuentra su etimología en el sustantivo Palumbes, palabra con la que se identificaba un tipo concreto de paloma, la torcaz; para nombrar a la paloma en general los latinos usaban el sustantivo Columba, con el que muchos estudiantes aprendieron la primera declinación latina. Con la terminación -ar, propia de colectivos de plantas, se indica por analogía la abundancia de estas aves en este paraje.

Peña Palomar

En 1752 se encuentra anotado este lugar con el nombre de Peñapalomar. Ese mismo año también podemos encontrar los topónimos asociados: El Alto, El Llano y El Ondo, todos, de Peñapalomar.

Acceder al inicio del artículo

Peña Saúco, La

El saúco, o sabuco, es un arbusto caprifoliáceo cuyas flores y frutos se han usado con fines medicinales. La presencia de esta palabra en este topónimo quizás se deba a la existencia de esta planta en el entorno de este paraje.

La mayoría de los autores consideran que el sustantivo Saúco encuentra su etimología en el nombre latino Sabucus, o Sabuccus, que servía para designar a este arbusto. Algún autor considera que esta palabra tiene origen mozárabe arguyendo que un botánico del siglo XI - XII cita sabuq y sabuco.

En la documentación consultada del siglo XVIII no se encuentra anotado este lugar, con este nombre, pero en 1752 se encuentran registrados Los Sabucos y Los Savocos, que muy probablemente hagan referencia a este lugar.

Acceder al inicio del artículo

Peñarrodás

En este paraje que está situado en donde convergen los términos de Peñalba, Fuentecambrón y Piquera se encuentran instalados una antena de telefonía móvil y un vértice geodésico, debido a su elevación (1055 metros).

En los documentos oficiales antiguos, y en los actuales, consta este lugar con el título de Peñas Rodadas; por etimología popular las dos últimas sílabas del adjetivo se comprimen en una sola que toma el acento, al mismo tiempo se unen las dos palabras desapareciendo la s, propia del plural, de la primera y así llegamos al topónimo usado ordinariamente (Peñarrodás).

Rodado -a es el participio pasado del verbo rodar que aquí hace la función de adjetivo. El verbo Rodar tiene su origen en el homónimo latino Rotare (= mover circularmente, hacer rodar, voltear).

Este lugar está documentado en 1732 como Peñas Rodadas y en 1752 con este mismo nombre y el asociado El Llano de Peñas Rodadas; este mismo año también se encuentra Peñas Redondas, la persona que lo escribió posiblemente pretendía referirse a este mismo paraje.

Acceder al inicio del artículo