Publicado el
6 de diciembre de 2000.
Por Salvador Barrio Onrubia.
Don Juan Manuel fue nieto de Fernando III el Santo, sobrino de Alfonso X el Sabio, primo de Sancho IV el Bravo, padre de doña Constanza, esposa de Enrique III, y abuelo de Juan I. Nació el 5 de mayo de 1282 en Escalona (Toledo) siendo sus padres el infante don Manuel y doña Beatriz de Saboya. Dos años después murió su padre, y su madre en 1290 .
Fue regente de Castilla durante la minoría de edad de Alfonso XI (1321 - 1325) y por lo tanto responsable, en parte, de las discordias interiores de aquel periodo. Cuando el soberano, llegada su mayoría de edad, ocupó el trono, don Juan Manuel intrigó contra el rey por haber faltado a la promesa de casamiento con doña Constanza, hija de don Juan Manuel. También tuvo encuentros y desencuentros con Jaime II de Aragón, estos últimos a causa del reino de Murcia, del que don Juan Manuel era adelantado. Participó en alguna batalla, junto con otros nobles castellanos, contra el reino moro de Granada.
Después de esta ajetreada vida murió a finales de 1348, o principios de 1349, siendo enterrado en el convento dominico de Peñafiel, convento que él mandó construir en 1318 y al cual confió la custodia de su obra escrita.
Entre su amplia obra escrita destacaremos dos obras: El Conde Lucanor, su libro más conocido, y el Libro de la Caza, soporte del presente estudio.
Como acabamos de decir, su obra literaria se guardó en el convento de Peñafiel. El Libro de la Caza después de diversos avatares fue a parar a la Biblioteca Nacional de Madrid, donde actualmente se encuentra, incompleto, catalogado con el número de manuscrito 6376.
De este manuscrito, incomprensible para la mayoría del público actual, se han hecho varias transcripciones, las más importantes de las cuales son:
Para conocer un poco el libro, diremos que consta de doce capítulos que describen las distintas aves de caza, su adiestramiento, la forma de alimentarlas, su medicación en caso de enfermedad, etc. La enumeración de los lugares donde se caza, se aborda en el último capítulo que es donde nos vamos a situar. Se hace una descripción geográfica, de los obispados de Cartagena, Cuenca y Sigüenza, a través de las cuencas de sus ríos, aunque pretendía hacerla de doce diócesis más, pero no sabemos si la hizo, o no, debido a la perdida de parte del documento. Nosotros nos centraremos en los primeros párrafos de la descripción del obispado de Sigüenza. Para quien pueda interesar, diremos que se enumeran bastantes localizaciones geográficas del sur de la provincia de Soria.
El arroyo de Bierbol nace en Santoyo y entra en el Duero en Soto. En este arroyo hay ánades y garzas y hay en él buenos pasos, pero no en todos los lugares.
A continuación vamos a comentar los lugares citados en este párrafo, a la luz de los distintos estudios que se han hecho, y también comparando las diferencias de las distintas transcripciones.
En primer lugar vamos a tratar del arroyo Bierbol. Nicolás Rabal[1], que utiliza la versión de Gutiérrez de la Vega, opina que se refiere al arroyo Yerbal, pero sólo hace esta consideración sin indicar su localización. Por su parte, María de los Llanos Martínez Carrillo[2] intuye, con interrogantes, que se trata del río Pedro, basándose en el orden metodológico que sigue Don Juan Manuel en todo el capítulo al enumerar los distintos ríos y arroyos.
El nacimiento del arroyo en Santoyo lo sitúa Martínez Carrillo en Santibáñez de Ayllón. Hay que señalar que esta investigadora se sirve, previsiblemente, para la localización de los lugares, de mapas de escala 1:300.000, o una muy próxima, y por tanto con no mucha precisión, aunque muy útiles para un estudio más general. Gottfried Baist, por su parte, transcribe esta palabra como Santoyd.
La desembocadura del arroyo en el Duero en Soto parece que no ofrece ninguna duda a los distintos estudiosos y consideran que se trata de la actual villa de Soto de San Esteban.
En primer lugar el arroyo Bierbol, pensamos que se trata del río Pedro que en aquella época se llamaba Yerbol o Bierbol. Efectivamente, en las escrituras de un censo[3] hecho en Piquera, en 1732, se citan tres fincas, entre otras, como garantía de dicho censo, situadas en Cabeza Bierbol[4]. Pues bien, la palabra Cabeza en este caso indica que corresponde a un lugar elevado[5]con respecto a otro, en este caso el arroyo Bierbol. Este lugar, me refiero a Cabeza Bierbol, está en el monte de encina y chaparro situado al oeste del pueblo, paralelo al río Pedro, y actualmente se conoce como Cabeza Yerbol. Vamos a aportar otro dato siguiendo esta misma argumentación, gracias a una amable comunicación de Silvano Andrés de la Morena: en Las Cuevas de Ayllón, pueblo cuyo término es cruzado por el río Pedro, hay un paraje denominado Yerbales.
En lo relativo al lugar del nacimiento del arroyo, consideramos más adecuada la lectura de Santoyd que hace Gottfried Baist. Se trataría de la villa de Santuy, o Santuid, como aparece en algún documento, despoblado de Fuentecambrón, haciendo límite con Piquera y a orilla del río Pedro. Evidentemente el río Pedro no nace en Santuy, pero es un problema que abordaremos más adelante.
En cuanto a la desembocadura en Soto, estamos de acuerdo en que se trata de Soto de San Esteban.
En la introducción se habla de la estancia de don Juan Manuel en la ribera del río Pedro y hasta el momento no parece haberse demostrado que así sea.
Se dice que don Juan Manuel escribía sus libros allí donde estuviese, incluso en los campamentos antes de alguna batalla. Pero de todas formas ya nos dice don Juan Manuel que en todos los lugares que describe él ha estado cazando. La primera ocasión donde lo dice es en el prólogo al decir: "El XII capítulo muestra qué cazas hay y qué lugares donde pueden mejor cazar en las tierras donde él ha andado" (p. 73). Más tarde, en el capítulo XII lo vuelve a repetir: "...dirá en éste (capítulo) qué cazas hay y qué lugares para cazarlas en las tierras que don Juan ha andado" (p. 141).
En el Libro de la Caza se dice que el arroyo Bierbol está dentro del obispado de Sigüenza y, sin embargo, el curso del río Pedro a partir de Santuy no pertenecía al obispado de Sigüenza.
Es cierto que no pertenecía este tramo del río a la diócesis de Sigüenza sino a la de Osma, según la concordia que se había hecho en 1136 entre los obispados de Osma, Burgos y Sigüenza para fijar los límites de los tres obispados, ya que había ciertas zonas que eran reivindicadas por más de un obispo. En efecto, según este acuerdo, el obispado de Sigüenza tenía jurisdicción en la tierra de Ayllón[6], dejando las tierras situadas al norte al obispado de Osma. Una vez admitido el error, hay que señalar que el Libro de la Caza es un tratado sobre la caza y no la delimitación de los terrenos de una jurisdicción, ya sea civil o eclesiástica; y, por lo tanto, se puede pasar por alto un error que está en lo secundario, no tanto como si fuese un error en el tema del que trata que es el de la caza, que, por cierto, tuvo varios según el punto de vista de la mentalidad actual. Por otra parte, es el mismo error que se cometió siglo y medio después, en 1474, cuando en un repartimiento de impuestos a las aljamas de los judíos, sitúan a San Esteban de Gormaz en el obispado de Sigüenza[7].
Si se deduce que el lugar de nacimiento del río Pedro es Santuy se está en un error porque, en realidad, nace más arriba, en Pedro.
Totalmente de acuerdo, pero vamos a hacer algunas puntualizaciones. Está comprobado que el cauce del río se seca por encima de Santuy, en épocas de sequía, y no es descartable que don Juan Manuel viese el río en esas circunstancias y considerase el cauce del río sin agua como una torrentera. El que hubiese sequía entonces también era habitual: "El arroyo de Iniesta no solía correr por él agua, y de poco tiempo acá hay en él agua en algunos lugares y corre hasta poco más bajo de la villa de Iniesta" (p. 149).[8] También en:" El arroyo de Monreal [...] este arroyo hace poco tiempo que se descubrió, que no solía haber agua en toda esta tierra " (p. 152).
Además para el tipo de caza que hacía don Juan Manuel no era muy propicio el cauce del río por encima de Santuy, al estar muy escarpadas y rocosas las laderas que le rodean. Otro sitio donde tampoco se podía cazar bien era: "Desde Sax hasta Elda va el arroyo que viene de Villena, y va por lugares muy estrechos de sierras y de montes y no es buen lugar de caza para halcones" (p. 143). También encuentra dificultades en: "El arroyo que pasa por Viana [...]; este arroyo va todo entre sierras y no es buen lugar de caza para los halcones" (p. 146). Lo mismo en: "El arroyo de Júcar [...] Este río en su mayor parte va por sierra y por peñas, y por esto y también porque es gran río, no es buen lugar para caza de halcones"(p. 148). En el arroyo de fuente de Mizopérez: "En este arroyo hay muchas ánades y muy buen lugar para cazarlas con halcones desde que nace hasta que entra en la angostura por debajo de la fuente ..." (p. 154). Lo mismo en los arroyos afluentes del Sorbe: "En estos arroyos, hasta que llegan a la angostura debajo del puente que dicen de Valdallo, hay muchas ánades y buen lugar para cazarlas con halcones; mas de la angostura abajo hasta Beleña, no se pueden cazar con halcones, ...." (p. 161). Y en el río de Henares:"... y salvo por donde va por hoces y grandes angosturas de peñas, se pueden cazar bien con halcones ..." (p. 162). En el arroyo de Aragosa se vuelve a confirmar:"... hasta que pasa la hoz de Aragosa, va por lugares muy difíciles tanto para cazar como para andar" (p. 163).
¿Se puede precisar la fecha concreta de la estancia de don Juan Manuel para cazar en estas tierras?
Con los medios de que disponemos no se puede precisar exactamente esta fecha pero se puede indicar una más o menos aproximada. La fecha de redacción del Libro de la Caza es una cuestión que no pone de acuerdo a los distintos estudiosos, que la fijan entre 1303 y 1337[9]. Antes de escribir el libro, es de suponer que estuviese cazando en los lugares que indica.
Lo que se puede precisar más es la época del año cuando estuvo cazando: "en el tiempo de las uvas y de la sementera" (en la época de vendimia y de la siembra del cereal temprano, finales de septiembre y octubre) y en el invierno (p. 147 y 154), más o menos en los mismos periodos actuales en que está permitida la caza. Además había una veda absoluta desde que empezaba la Cuaresma hasta la fiesta de San Miguel [9bis].
¿Cómo se cazaba en aquella época? ¿Cual era la forma de ser de los cazadores?
La imagen que nos han dejado las ilustraciones de los libros de la forma de cazar en la Edad Media (un príncipe en solitario montado a caballo con un azor o un halcón apoyado en el brazo o en la muñeca) dista bastante de la realidad. En el capitulo XI:"... dice don Juan que el mínimo de aves que el gran señor debe traer para hacer caza cumplida debe ser dieciocho, de esta manera: dos gerifaltes o un gerifalte y un sacre que sean muy buenos garceros, cuatro neblíes altaneros, que todos o alguno de ellos maten garza, seis baharíes grueros que son dos lances, y un azor garcero que tome mientes en las otras raleas, otro azor anadero y un azor torzuelo perdiguero que no aprecie mucho, y un borní para matar liebres, y un gavilán cercetero y que tome las otras prisiones del gavilán, y un esmerejón que mate bien copada" (p. 139), y el personal y caballerías necesarios para emplear en el transporte de estas aves de caza. Y también dice en el capítulo II:".... y cómo acorren los canes a los halcones para tomarla (la presa) o para levantarla, y cómo ayudan a los halconeros y los hombres de a caballo y aun los de las mulas" (p. 77).
También los cazadores adolecían entonces del defecto de la exageración; ya lo dice don Juan Manuel en el capitulo VIII: "Pero no lo quiere él aquí contar para que no lo tengan por muy chufador; porque ésta es una cosa que achacan mucho a los cazadores" (p. 115).
Por otra parte, al decir que este arroyo tiene buenos pasos, no dice nada más que es un arroyo que se puede vadear fácilmente por no tener mucha profundidad, a consecuencia, quizás, de la escasez de arbolado.
También hay que señalar que en la actualidad sigue habiendo patos y garzas (las aves que cazaba don Juan Manuel), no sabemos si en mayor e menor cantidad que entonces.
Como consecuencia de la presencia de las garzas se deduce la existencia de su principal alimento: las truchas. "Y dice don Juan que cree que hay muchas garzas porque sabe que hay muchas truchas, y esto es regla general cierta que no puede mentir: que en todas las aguas que hay muchas truchas siempre hay muchas garzas, y mayormente si es el agua tranquila y clara". (p. 148). Asimismo en el arroyo de Tresjuncos:"... puesto que en la Quebrada hay muchos peces, normalmente hay allí garza invernando" (p. 152).
Vamos a examinar un párrafo más amplio para dar una visión más completa de la zona próxima a Piquera.
Pues ha acabado de contar las cazas que hay en el obispado de Cuenca y los lugares para cazarlas, dirá de aquí en adelante las cazas que hay en el obispado de Sigüenza. El obispado de Sigüenza comienza en Ayllón y se acaba en Berlanga. Y se comienza por tanto en este libro a decir de las cazas que en él hay, donde comienza, y se acabará donde se acaba.
El río de Ayllón[12] nace sobre Grado y entra en el Riaza debajo de Aldealengua[13]. En este río, mientras va por la sierra, ni hay muchas ánades[14] ni buen lugar para cazarlas con halcones; mas desde que llega cerca de Ayllón y de la villa abajo, hay muchas ánades y garzas y buenos pasos[15] y buen lugar para cazarlas con halcones.
El arroyo de Valdanzo nace en Valdanzuelo y entra el Duero en Oradejo[16]. En este arroyo hay muchas ánades, puesto que el valle es estrecho, se pueden cazar con halcones, y hay en él malos pasos y a veces se hallan allí garzas.
El arroyo de Bierbol nace en Santoyo y entra en el Duero en Soto. En este arroyo hay ánades y garzas y muy buen lugar para cazarlas con halcones y hay en él buenos pasos pero no en todos los lugares.
El río de Caracena [...] y entra en el Duero sobre Nava de Palos[17]. En este río hay pocas ánades y pocas garzas y mal lugar para cazarlas con halcones.
El arroyo de Leridilla[18] en cuanto dura esa vega, hallando allí ánades, es un buen lugar para cazarlas con halcones.
....................... (p. 159 - 160)
Bautista,
Juan José; Cuaderno de campo de Castilla y León y Extremadura;
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[1]Rabal, Nicolás; España sus monumentos y sus artes - su naturaleza e historia. Soria; Edit. Daniel Cortezo; Barcelona, 1889, pág. 151 y 152.
[2]Martínez Carrillo, Mª de los Llanos; El Obispado de Sigüenza en "El libro de la caza", un itinerario geográfico. Publicado en Don Juan Manuel VII centenario; Universidad de Murcia. Academia Alfonso X el Sabio; Murcia, 1982, pág. 187 - 197. Agradezco la aportación, por parte de la autora, de una copia del artículo.
[3]Censo, en este caso, tiene un significado muy próximo a lo que actualmente entendemos por un crédito hipotecario, formalizado ante un escribano público.
[4]Censo contra el Ayuntamiento y los vecinos de Piquera, Piquera de San Esteban, 1732. Documento sin catalogar existente en el local del antiguo Ayuntamiento de Piquera de San Esteban.
[5]Sandoval de la Mata, Sergio; Diccionario Etimológico de la lengua castellana. También, Corominas, Joan; Breve diccionario etimológico de la lengua castellana.
[6]Entre las poblaciones próximas a Piquera, pertenecientes entonces a la tierra de Ayllón, podemos citar: Valdanzo, Valdanzuelo, Cenegro, Torraño, Torremocha, Ligos y Las Cuevas.
[7]González, Tomás; Censo de Población de las Provincias y partidos de la corona de Castilla en el siglo XVI; Imprenta Real, Madrid, 1829. pág. 114.
[8]Si expresamente no se indica lo contrario, las citas corresponden al capítulo XII del Libro de la Caza.
[9]Fradejas Rueda, José Manuel, El Libro de la Caza (comentarios), pág. 54 - 56.
[9bis] O' Callaghan, Joseph F., Las Cortes de Castilla y León 1188 -1350. pág. 202.
[10]Bautista, Juan José; Cuaderno de campo de Castilla y León y Extremadura; Salamanca, 1996. pág. 98 y 134
[11]Madoz, Pascual; Diccionario geográfico - estadístico - histórico de España y sus posesiones de ultramar; Madrid, 1845 - 1850.
[12]Se trata del río Aguisejo.
[13]En el original: Aldea Luenga (Aldea Larga). En realidad se juntan en Languilla. Por debajo de Aldealengua desemboca el río Riaguas en el río Riaza.
[14]Patos silvestres.
[15]La palabra 'paso', en este caso y en el resto de las veces contempladas en este apéndice, significa vado en un río o lugar por donde se cruza fácilmente el curso de agua. En otros párrafos del Libro de la Caza significa sitio frecuente de transito de ciertos animales, principalmente en las épocas de emigración.
[16]Se trata de Oradero, actualmente despoblado, en el término de Langa de Duero, donde hay una fabrica de tejas y ladrillos, cerrada, con el nombre del despoblado.
[17]Es Navapalos, actualmente despoblado, donde se hacen experiencias de tipo energético y constructivo con materiales tradicionales.
[18]El diccionario Madoz cita el despoblado de San Miguel de Lérida situado en Retortillo que es fácil que se corresponda con este lugar.