Publicado
el 10 de mayo de 2011
Por
Félix García Palomar
Ldo.
en Historia Contemporánea; Ldo. en Historia Moderna (UCM)
IES
Victoria Kent (Fuenlabrada, Madrid)
Este artículo ha sido publicado en Celtiberia nº 104, Soria, 2010, pp. 105-170 |
Tan presente en nuestros días como en épocas precedentes -y sólo hay que recordar las invasiones anuales y de forma más perentoria el pasado año de 2009, con las previsiones planteadas por la Organización Mundial de la Salud-, la gripe es una enfermedad infecciosa causada por un virus, perteneciente a la familia de los ‘orthomyxoviridae’, del que existen tres tipos, A -el más grave-, B y C, que provoca fiebre, dolores de cabeza y de articulaciones, así como una intensa debilidad general, con manifestaciones catarrales fuertes. El periodo de incubación por contagio, así como su duración, es variable, con una prolongada convalecencia, siendo frecuentes las recaídas, así como complicaciones, especialmente en el aparato respiratorio (neumonía, bronconeumonía…) y el agravamiento de las enfermedades del corazón, aprovechando el estado de debilidad general del enfermo.
El mayor problema para combatir el virus de la gripe reside en sus frecuentes mutaciones, lo que impide su sometimiento por la ciencia médica. La única profilaxis es la vacuna antigripal, pero ni siquiera este remedio preventivo es completo, debido a tales modificaciones en el agente causal, y no existe un tratamiento específico verdaderamente eficaz contra la invasión, porque los antibióticos son, en la práctica, de nula efectividad -no así ante las complicaciones asociadas-; por tanto, las medicaciones combaten los síntomas -fiebres, dolores, tos, astenia…-, pero no sus causas[1].
Recientes trabajos han dado a conocer el desencadenamiento, desarrollo y consecuencias de la epidemia de gripe en Soria durante 1918, con un estudio pormenorizado de lo acaecido en tres poblaciones relevantes dentro del ámbito provincial, como Langa de Duero, San Esteban de Gormaz y Piquera de San Esteban, que sorprendieron por sufrir con intensidad el azote de esta enfermedad, con unas consecuencias que, en alguna localidad, pueden catalogarse como catastróficas con respecto al volumen de población entonces existente en ellas[2]. Pero, desgraciadamente, no fueron exclusivas y se extendieron a otros municipios del suroeste de la provincia de Soria. Tal como sucedió en el de Fuentecambrón.
En la medida de lo posible se intentará reflejar lo imprescindible de lo ya expuesto en anteriores estudios, a los que se remite a los interesados en ampliar la visión de lo sucedido en la provincia durante la epidemia de gripe de 1918. Será preciso, sin embargo, ofrecer una síntesis de lo allí tratado para no privar de las herramientas precisas para interpretar los hechos de aquel fatídico año. Por eso se han aprovechado varios cuadros, gráficos y mapas de dichos artículos, para ofrecer una perspectiva más completa y, sobre todo, visual de esta epidemia[3].
En las primeras décadas del siglo XX la gripe era una enfermedad endémica en España, tal como ponen de relieve los datos que se ofrecen en el cuadro adjunto.
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A partir de estos números, queda claro el endemismo de la gripe en España. Y para apreciar mejor las cifras de la última columna del cuadro anterior, se reproducen en el siguiente gráfico, tanto las de mortalidad endémica, como las referidas a la epidemia de 1918 y sus secuelas en años posteriores, hasta 1921, cuando los fallecimientos por gripe disminuyeron, incluso con respecto a los años previos al desencadenamiento de la extraordinaria mortalidad de 1918.
2. MUERTES POR GRIPE EN ESPAÑA[8] |
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Como se aprecia en el cuadro de datos sobre muertes en España por enfermedades infecciosas, las cifras de fallecidos, que van reduciéndose lentamente en cada quinquenio, tanto por estas enfermedades como en su número global, muestran un intenso incremento en el periodo correspondiente al desarrollo de la epidemia de gripe (1916-1920), que resulta muy significativo, y más aún observando los porcentajes, los más altos de la serie mostrada. Y teniendo en cuenta este proceso de disminución de la mortalidad, los números totales (192.243 muertes más por enfermedades infecciosas y 335.455 en el global) no son en absoluto directamente equiparables a las causadas por la gripe, precisamente por ese proceso de bajada en decesos, sino que fueron un número mayor, como se observa en el número total de muertos por gripe en el periodo 1916-1920 (200.674; vd. cuadro nº 1).
3. MUERTES TOTALES Y MUERTES POR ENFERMEDADES INFECCIOSAS EN ESPAÑA DURANTE EL PERIODO 1901-1930[9] |
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Además de este hecho endémico, cada cierto tiempo se sucedían epidemias de gripe, de ámbito más o menos extenso, que ocasionaban una mortalidad excepcional que añadir a la ya de por sí elevada mortandad de esta etapa. Así, en 1889-90 se extendió por Europa una gran epidemia, conocida en España como “gripe de Gayarre”, debido a que, por complicaciones de una bronconeumonía, falleció el gran tenor navarro Sebastián Julián Gayarre.
Calificada como “una epidemia universal” o como “la epidemia más grave del siglo XX”, la gripe de 1918-1919 provocó más de 20 millones de fallecidos[10]. Al parecer tuvo su origen en los Estados Unidos de Norteamérica -aunque algunos autores señalan a China-, extendiéndose por gran parte del mundo, favorecida por la situación bélica que se vivía (Iª Guerra Mundial) y el transporte de soldados y mercancías, así como por las malas condiciones higiénicas, el desconocimiento científico sobre la enfermedad y la carestía alimenticia típica de una conflagración general.
A España llegó, presumiblemente, por medio de jornaleros que habían trabajado temporalmente en Francia, expandiéndose por el país. Pronto, quizá debido a su intensidad en la nación, fue conocida en el continente como gripe española, aunque aquí recibió el nombre de “el soldado de Nápoles”, por el notable éxito de esta serenata de la zarzuela La canción del olvido, entonces estrenada (con música de José Serrano Simeón y libreto de Federico Romero Saráchaga y Guillermo Fernández Shaw), tan pegadiza como la epidemia.
La intensidad de la gripe en 1918 se originó por una mutación del agente causal de la enfermedad. La hipótesis más extendida hasta hace unos años aducía la “recombinación genética entre un virus animal, concretamente la gripe porcina, y otro humano”[11]. Sin embargo, recientes estudios de la cepa del virus gripal de 1918 han determinado que el agente causal era de origen aviar, no porcino, ante el cual el sistema inmunológico del hombre, sin antecedentes, no podía combatir la infección con eficacia, por lo que las consecuencias fueron extremadamente graves[12].
La gripe se desarrolló en España en tres fases: de mayo a julio de 1918; de agosto a diciembre; y el último hasta marzo de 1919, siendo el segundo periodo el más intenso, generalizado y grave; y todavía en 1920 se produjo un rebrote de la enfermedad. La pandemia afectó principalmente a la población más joven, los menores de 5 años -con 21.292 muertos- y el grupo de edad de 20 a 30 años -unos 60.478 fallecidos-. En un balance de la epidemia, presentado por el doctor Murillo en la Academia de Medicina (sesión de 12 de abril de 1919), se mencionan 8 millones de afectados y más de 160.000 fallecidos por gripe en España -40.000 en el mes de diciembre de 1918-, a pesar del carácter “benigno” de la epidemia, debido a las condiciones existentes y a las imprevisiones sanitarias de las autoridades; difuntos a los que habría que añadir los muertos por complicaciones agravadas por la epidemia de gripe, especialmente del aparato respiratorio y del corazón e, incluso, del sistema neurológico.
El mapa adjunto muestra el incremento de la mortalidad en España en el año 1918 con relación a 1917, cuyo elemento fundamental fue la epidemia de gripe sufrida, principalmente, en el otoño. Como se aprecia, las más afectadas son la zona norte, en la cornisa cantábrica y en los valles del Duero y del Ebro, y el sudeste levantino, con unas tasas de incidencia muy elevadas.
Cuando a finales de 1919 pueda considerarse que la epidemia de gripe en España está retrocediendo en su virulencia, si bien haya que esperar, considerando el rebrote de 1920 y el endemismo de la enfermedad, a 1921 para alcanzar cifras de mortalidad similares a las previas de 1917 -afortunadamente inferiores-, la sangría producida en la población ha sido dramática. No debe olvidarse que, desde que en 1857 se iniciaron de forma regular estadísticas sobre población en España, sólo tres años tuvieron un crecimiento natural negativo, hasta el control de la natalidad de finales del siglo XX: 1885, con la epidemia de cólera como causa directa; 1918, con la gripe y sus repercusiones; y 1939, con el fin de la Guerra Civil y sus consecuencias[13].
4. AUMENTO PORCENTUAL DE LA TASA BRUTA DE MORTALIDAD EN 1918 CON RESPECTO A LA DE 1917[14] |
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La evolución de la población soriana, en las primeras décadas del siglo XX, muestra un leve crecimiento sostenido, a excepción del retroceso sufrido, precisamente, en el periodo 1910-1920, no superando las cifras alcanzadas en 1910 hasta el censo de 1940. Pero los números no ofrecen respuestas.
5. DATOS CENSALES DE LA POBLACIÓN DE SORIA, DE CASTILLA Y LEÓN Y DE ESPAÑA, 1900-1950[15] |
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Las cifras oficiales muestran que tanto en Soria, como en Castilla y León, se produjo un descenso de población en 1920 con respecto al censo previo de 1910, hecho que no sucedió en el conjunto nacional. También se observa que la recuperación y superación de este número de habitantes acaeció antes en Castilla y León (censo de 1930) que en la provincia de Soria (en el de 1940).
Sin embargo, difícilmente podría achacarse a una sola causa, como la epidemia de gripe de 1918, el descenso de la población sufrido en la provincia de Soria y en Castilla y León en la década 1910-1920, especialmente si está cuantificado y se conoce su volumen aproximado. Tampoco habría que asumir una hipótesis que ignorase la importancia de estos episodios de mortalidad excepcional. Debe tenerse en cuenta que el periodo de principios de siglo XX mantenía unas características de elevada natalidad y alta mortalidad, que iba descendiendo -régimen demográfico en transición-, siendo las enfermedades infectocontagiosas, como la gripe, el sarampión, la tuberculosis..., un azote repetido, jugando un papel importante en el balance demográfico, como anteriormente ha quedado de manifiesto.
Si a ello se añadían unas tasas de mortalidad infantil muy altas, con especial incidencia en los aparatos respiratorio y digestivo -en este caso por unas condiciones higiénicas en el consumo de agua poco recomendables, más las deficiencias de las infraestructuras sanitarias y urbanas, que, por supuesto, afectaban a toda la población, no sólo a los niños-, el panorama resultaba desolador. Y si, pese a todo, existía un margen de crecimiento natural, más o menos limitado, las condiciones socioeconómicas no eran las adecuadas para absorberlo, encontrando en la emigración la válvula de escape que definía y caracterizaba esta época en Soria y, también, en Castilla y León.
Un ejemplo concreto, que no tiene por qué servir de modelo en la provincia, y menos aún en la Comunidad castellanoleonesa, podría ser el de San Esteban de Gormaz. En el periodo 1911-1920 se produjeron 745 nacimientos y 551 defunciones, y a pesar de soportar una epidemia de sarampión en 1915 -al menos 31 muertos- y la de gripe de 1918 -como poco 23 fallecidos-, obtuvo un crecimiento natural de 194 personas. Teniendo en cuenta que entre los censos de 1910 (2.145 habitantes) y 1920 (2.014) hubo un descenso de 131 habitantes, el saldo migratorio resultó negativo (-325 habitantes), lo que da a entender la importancia de la emigración en la evolución de la población[16].
También en Soria, como en España, la gripe era una enfermedad endémica, tal como se aprecia en los datos del Boletín Oficial de la Provincia, para el periodo comprendido entre septiembre de 1917 y octubre de 1919, que se muestran en el siguiente cuadro. Y así lo afirma, por si hubiera dudas, la propia Junta de Sanidad de la provincia de Soria, al declarar finalizada la epidemia de gripe, el 29 de noviembre de 1918, calificando “de carácter endémico el reducido número de casos que haya en la actualidad”[17].
6. VARIABLES DE POBLACIÓN Y FALLECIDOS POR GRIPE EN LA PROVINCIA DE SORIA[18] |
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En estas cifras, sumamente expresivas, se observa un constante goteo de fallecidos por gripe en los distintos meses, que se refuerza con un ligero incremento en la primavera-verano de 1918, de abril a julio; se muestra intenso en sus consecuencias en septiembre; se hace excepcional por su violencia en octubre y se manifiesta grave en noviembre, para declinar posteriormente hasta el repunte de marzo-abril de 1919, que se atenúa en los meses siguientes, manteniendo a grandes rasgos -y puede que con cierta anticipación- la línea seguida en España en el contagio de la epidemia gripal. Además de apreciarse con claridad el endemismo de la gripe a nivel provincial, destaca, especialmente, la intensidad de la epidemia en octubre de 1918, cuando la mortalidad por gripe es la causa de más de la mitad de los fallecidos en la provincia, con unos números absolutos que llaman poderosamente la atención por su excepcionalidad.
7. POBLACIÓN Y GRIPE EN LA PROVINCIA DE SORIA (mensual, de septiembre de 1917 a octubre de 1919)[19] |
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Cabe, de todas formas, la certeza de que estos datos oficiales del Gobierno civil de la provincia sean estrictos en su denominación -reflejen exclusivamente los fallecidos diagnosticados con el término gripe y sus derivados- y no valoren la repercusión de la epidemia como desencadenante de muertes por complicaciones en otros procesos relacionados con distintas dolencias, especialmente las referentes al aparato respiratorio y del corazón (bronconeumonías, neumonías, laringitis, cardiopatías…). Debe recordarse, como elemento comparativo, que en la epidemia de cólera de 1885 se contabilizaron oficialmente en la provincia 1.019 muertos, un número inferior al causado por la de gripe en 1918[20], lo mismo que sucedió a nivel nacional.
La preocupación del gobernador civil de Soria, José García Plaza y León, por las condiciones higiénico-sanitarias de la provincia ya se puso de manifiesto en una circular de 17 de enero de 1918, incidiendo especialmente en exigir de las autoridades municipales la resolución de las causas de insalubridad en las distintas localidades[21].
A comienzos de junio de 1918 se sufrió la primera oleada de gripe en la provincia, con “un gran número de invasiones, hasta ahora de carácter benigno y leve”. El gobernador civil, en circular de 4 de junio, ordenó que se reuniesen las Juntas municipales de Sanidad para adoptar medidas que evitaran la propagación de la epidemia (clausura de establecimientos insalubres; desaparición de aguas encharcadas y focos de inmundicia; limpieza de viviendas y lugares públicos; higiene personal...). Con respecto a los enfermos, recomendaba su “aislamiento y la desinfección de las viviendas, ropas y utensilios”, para prevenir la difusión de la enfermedad[22].
En junio fallecieron 34 personas por la epidemia de gripe en la provincia de Soria, 23 en julio y 9 en agosto. Parecía que la situación había retornado a la ‘normalidad’ de una enfermedad endémica. Sin embargo, en septiembre, se produjo una eclosión impetuosa del virus gripal. El gobernador civil, por medio de circular de 20 de septiembre, reiteró las medidas dictadas anteriormente en junio, informando de que no había ningún afectado en la provincia.
Pese a esta afirmación de la autoridad provincial, en septiembre fallecieron 36 personas por este rebrote gripal. Y el gobernador, en una nueva circular, de 7 de octubre, intentó tranquilizar a los sorianos, especialmente a los vecinos de las localidades afectadas, minimizando sus consecuencias. Un día después solicitó a los alcaldes informes diarios del número de contagios sufridos en su municipio, lo que condujo posteriormente al diseño de un patrón que todos los consistorios afectados por la epidemia tendrían que rellenar diariamente y remitir al Gobierno civil de la provincia.
8. MODELO INFORMATIVO SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA GRIPE EN LOS MUNICIPIOS AFECTADOS[23] |
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AYUNTAMIENTO DE. . . . . MES DE. . . . _________________________________________ ________________________ Estado sanitario de este término municipal en el día de hoy.
(Fecha y firma del Alcalde) |
La situación se complicaba alarmantemente y el 9 de octubre la Junta provincial de Sanidad se veía obligada a declarar oficialmente la existencia de la epidemia de gripe en la demarcación, lo que conllevaba la adopción de medidas excepcionales, prohibiéndose la celebración de todo tipo de reuniones y espectáculos públicos para evitar su propagación. Se sugerían pautas de prevención y se acordó la clausura de las escuelas en las localidades donde se hubiesen producido infecciones, efectuándose la enseñanza al aire libre. También se indicaba el aislamiento de los enfermos y la desinfección y limpieza completa de objetos, ropas, viviendas..., delegando en las Juntas municipales de Sanidad la asistencia a los enfermos[24].
Las críticas circunstancias habían obligado al ministro de la Gobernación, Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas, de quien dependía la Sanidad, a dictar una Real Orden para que los municipios con laboratorio de Higiene prestasen su auxilio a los que no lo poseyeran y se instalase en las capitales y poblaciones importantes donde aún no existiera[25]. También se prohibió la asistencia a la asamblea de Colegios Médicos, fijada para el 19 de octubre en Madrid, estableciendo el gobernador civil de Soria la incorporación inmediata a su lugar de trabajo de los galenos que tuvieran permiso. Por su parte, la Inspección de Primera Enseñanza de Soria y su provincia, el 11 de octubre, desarrollando las medidas adoptadas por la Junta provincial de Sanidad, posibilitó la clausura de las escuelas en los pueblos invadidos, sin interrumpir por ello la enseñanza, ahora al aire libre. Y la Diputación provincial de Soria, en sesión de 15 de octubre, ante la falta de personal que atendiera a los enfermos en algunas localidades, ofreció “una retribución mínima de 10 pesetas diarias” a quien se comprometiese a cumplir esta labor[26]. Incluso se prohibió la visita a los cementerios en una fecha tan señalada como el Día de los Difuntos[27]. A finales de octubre la máxima autoridad provincial, desbordada por los hechos, culpó de la expansión de la epidemia a los ayuntamientos, por su negligencia, reconociendo la existencia de más de 200 pueblos invadidos.
9. DATOS SOBRE NÚMERO DE LOCALIDADES, ENFERMOS Y MUERTOS EN LA PROVINCIA DE SORIA DESDE MEDIADOS DE OCTUBRE A FINALES DE NOVIEMBRE DE 1918[28] |
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Sin embargo, el mayor problema era el desconocimiento del agente causal de la epidemia, el virus de la gripe[33], que intentaba paliarse con una amplia batería de sueros, medicamentos y desinfectantes[34], como medidas genéricas de prevención, en la vana creencia de que alguno de ellos, o su actuación conjunta, causaría un efecto positivo ante la gravísima situación que padecía la provincia y el país. En efecto, como indicaba de forma descriptiva Fernández Flores[35], la epidemia se expandía sin otros remedios que las “molestas lavativas desinfectantes y las fumigaciones y sahumerios que tienen que sufrir los viajeros llegados a las estaciones de ferrocarril”.
Afortunadamente para los habitantes de la provincia de Soria, como puede deducirse de las cifras reflejadas, la situación iba siendo menos trágica, y la Junta provincial de Sanidad, tras un aplazamiento de 10 días a mediados de noviembre, en reunión de 29 del mismo mes, declaró oficialmente el fin de la epidemia, considerando de carácter endémico los escasos enfermos de gripe existentes, gracias a lo cual se autorizaron las actividades y espectáculos públicos suprimidos al comienzo de octubre. Lo peor ya había pasado, dejando un rastro de muerte de más de un millar de personas en la provincia.
Pese a todo, y a una actitud inicial demasiado complaciente y optimista -y eso que su esposa, Carmen Izquierdo, sufrió la gripe en mayo de 1918, o quizá por ello, quién sabe[36]-, los desvelos del gobernador civil de Soria, José García Plaza y León, se vieron recompensados con el regalo de “un bastón de mando” por parte de distintos ayuntamientos de la provincia, unos meses después, iniciativa que debió partir de la corporación municipal de Deza, según parece deducirse de información de la prensa[37]
Fuentecambrón y Cenegro integraban e integran un mismo municipio; de ahí que al abordar lo sucedido en el término durante 1918, salvo casos muy concretos, siempre se refiera al conjunto municipal que constituyen ambas poblaciones, aunque se utilice el nombre de la cabecera, Fuentecambrón. Están situadas al suroeste de San Esteban de Gormaz, en la margen izquierda del río Duero y en las inmediaciones de la nacional 110, en una zona elevada con respecto a la ribera. Las construcciones populares, como los palomares y las bodegas, ofrecen un signo de identidad muy particular al término municipal. La iglesia de Fuentecambrón, con restos románicos, tiene su portada orientada al norte, lo que resulta una característica muy peculiar en la arquitectura de la comarca.
Si bien las noticias relativas a Fuentecambrón en 1918 no han sido muy abundantes, su interés para la localidad requerirá un tratamiento detallado para poner de relieve algunos aspectos sobresalientes. Con respecto al ámbito económico, la matrícula de la contribución industrial y de comercio, referida a 1917, mostraba el escaso desarrollo de estos sectores en el municipio, que contaba con un tablajero, Aniceto Rincón Sotillos, que cotizaba 19,20 pts.; un albañil, Simón Antona Siguero, que pagaba 40,80 pts.; y un herrero, Froilán García Sotillo, que abonaba 16,80 pts.[38]
A finales de 1917 se hacían públicos los nombres de los integrantes de la Junta municipal del censo electoral que actuaría en el bienio 1918-1919, quedando formada la de Fuentecambrón por los vocales Pablo García y Juan Monge, contribuyentes por territorial; Dionisio Rincón y Simón Antona, contribuyentes por industrial; y Francisco Sotillos, exjuez; y como suplentes, Bernardino Martín y Simón Martínez, contribuyentes por territorial; Aniceto Rincón y Froilán García, contribuyentes por industrial; y Conrado Molinero, exjuez. Esta Junta se constituiría el 2 de enero de 1918[39].
Así mismo, a la conclusión de 1917, la secretaría de gobierno de la Audiencia Territorial de Burgos designaba, por sorteo, a los miembros adjuntos del tribunal municipal de Fuentecambrón, para actuar en el año siguiente, siendo los nombrados Jenaro Peñalba Ligos, Juan Rincón Crespo, Felipe Crespo Gil, Lucio Martínez Santiago, Cipriano Crespo Sotillos y Segundo Vicente Crespo[40].
En enero de 1918, una vez disueltas las Cortes y convocadas elecciones para nombrar diputados el 24 de febrero y senadores el 10 de marzo, la Junta provincial del Censo daba a conocer a los componentes de la mesa para dichas votaciones, quedando integrada por estos vecinos, en la sección única de Fuentecambrón: presidente, Simón Martínez García; suplente, Cipriano Crespo Sotillos; adjuntos propietarios, Evaristo García Hinojar y Victoriano Rincón Sotillos; y adjuntos propietarios suplentes, Mariano García Barrio y Lucio Martínez Santiago. Efectuado el escrutinio, el candidato conservador Juan Aragón Martínez, que obtendría el acta, logró 56 votos, por 21 del conservador maurista Gregorio Arranz Olalla y 16 del liberal albista Manuel Rico Ortiz de Zárate; el católico independiente Juan de Pablo Montejo se quedó en blanco[41].
En el ámbito de la administración de justicia en la localidad, en el mes de abril de 1918, la Audiencia Territorial de Burgos informaba de la vacante de la plaza de juez municipal propietario de Fuentecambrón, a la que optaron los vecinos Conrado Molinero Crespo, Román Peñalba Simón y Teodoro Onrubia Sotillos, además de Mariano Barrio García; entre ellos, la sala de gobierno de dicha Audiencia nombró a Teodoro Onrubia Sotillos, el 28 de septiembre[42]. La misma sala de gobierno, en sesión de 27 de octubre, elegía a Evaristo García Hinojar fiscal municipal propietario de Fuentecambrón y suplente a Juan Lamata Ligos, para ejercer el cargo desde el 1 de enero de 1919 hasta el 31 de diciembre de 1922. Por su parte, la secretaría de gobierno de esta Audiencia informaba de los vecinos designados, por sorteo, como adjuntos, para integrar el tribunal municipal durante 1919, con este orden: nº 1, Segundo Vicente Crespo; nº 2, Cipriano Crespo Sotillos; nº 3, Jenaro Peñalba Ligos; nº 4, Félix Crespo Rincón; nº 5, Bonifacio García Crespo; y nº 6, Santiago del Val Delgado[43].
La renovación bianual del consistorio se produciría a finales de 1917, debiendo sustituirse a tres ediles en Fuentecambrón, Francisco Sotillos Crespo, Román Peñalba Simón y Aquilino Peñalba Crespo, que ya habían cumplido el ciclo de 4 años para el que habían sido elegidos. Para constituir la mesa electoral en estos comicios fueron designados, como adjuntos propietarios, Esteban Molinero Alonso y Cipriano Crespo Sotillos; y adjuntos suplentes, Julián Peñalba Ligos y Félix Crespo Rincón[44]. Las elecciones, celebradas el 11 de noviembre de 1917, ofrecieron este recuento de votos:
10. RESULTADOS DE LOS COMICIOS MUNICIPALES DE 11 DE NOVIEMBRE DE 1917 EN FUENTECAMBRÓN[45] |
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El 1 de enero del 1918 se constituía la nueva corporación, tomando posesión los concejales recientemente nombrados, Felipe Rincón Peñalba, Francisco Onrubia Crespo y Martín García Crespo, procediéndose después a la votación para designar nuevo alcalde, sin que ningún candidato obtuviera mayoría absoluta, eligiéndose a Andrés Crespo Rupérez como regidor síndico. Los intentos para investir alcalde se repitieron el día 3 y, nuevamente, tres fechas después, sin que se consiguiese resolver la cuestión. Este último día, tras dos votaciones en las que empataron a 3 votos Andrés Onrubia Rincón y Francisco Onrubia Crespo, se procedió a realizar un sorteo para dilucidarlo, siendo Francisco quien obtuvo el cargo, completándose de esta manera el resto del consistorio: como regidor 1º, Andrés Onrubia Rincón -anterior alcalde-; regidor 2º, Felipe Rincón Peñalba; regidor 3º, Andrés Crespo Rupérez -síndico-; regidor 4º, Felipe Gaitero Sotillos; y regidor 5º, Martín García Crespo. Desempeñaba la secretaría del ayuntamiento Santiago Ransanz Antona[46].
Por cierto, que el alcalde de Fuentecambrón, Francisco Onrubia, fue sancionado por el gobernador civil de Soria, José García Plaza, con una multa de 50 pts., por no haber enviado el estado mensual de altas y bajas de subsistencias alimenticias correspondiente a mayo, junto a un número elevado de alcaldes de la provincia. En noviembre recibió una nueva amonestación por parte del gobernador al no remitir las relaciones juradas y el resumen de la cosecha de cereales de 1918, siendo advertido de que si no lo efectuaba en 3 días sería castigado con una multa de 25 pesetas[47]. Además, la sección de cuentas del Gobierno civil solicitaba certificación nominal de los responsables de la formación de las cuentas municipales de 1916, que no había sido remitida[48].
Si el proceso para la elección de alcalde en Fuentecambrón fue muy competido, el propio futuro de la corporación estaba en entredicho, porque Pedro García Crespo impugnó ante la Diputación provincial la validez de las elecciones municipales celebradas el 11 de noviembre de 1917. La Comisión provincial de esta institución se pronunció sobre su reclamación el 22 de diciembre[49], no sin antes, en sesión de 5 del mismo mes, de haber apercibido “al Alcalde y Ayuntamiento de Fuentecambrón por su censurable proceder” en la tramitación dada a la impugnación realizada por Pedro García Crespo sobre las elecciones recientemente celebradas, ordenando que se “lleve á cabo sin pérdida de tiempo” la obligada diligencia de declaración de los concejales electos sobre tal cuestión[50]. Gracias a estas fuentes ha sido posible conocer, con cierto detalle y desde el punto de vista de la Comisión provincial de la Diputación, las circunstancias que motivaron la reclamación de Pedro García Crespo. Este vecino de Cenegro presentó un escrito al ayuntamiento de Fuentecambrón “protestando de la elección de Concejales verificada en el día 11 de Noviembre, como dice lo hizo en el acto del escrutinio de dicha elección, cuya nulidad pide se declare”. El consistorio decidió, y así lo hizo constar en “copia certificada”, que “en vez de llevarse a cabo la informacion que el Sr. Garcia Crespo pretendía, informase acerca de lo por éste alegado la Mesa electoral, y que hecho asi se remitiese todo lo actuado a este Cuerpo provincial”. Una vez enviado el expediente a Diputación tuvo que ampliarse “pues no se habia llenado el requisito de dar cuenta á los Concejales electos de tan repetida protesta para que expusiesen lo que con relación á ella estimasen conveniente”. Evacuado tal requisito, la Comisión lo estudió para tomar acuerdo sobre su contenido.
García Crespo, en su petición al ayuntamiento de Fuentecambrón de que las elecciones municipales fuesen declaradas nulas, “se funda en que durante la votación se permitió la entrada en el local, en que se verificaba á D. Antonio Fillat, que no es elector, y permaneció en el Colegio varias horas; en que se consintió así mismo la estancia en aquel, por largo tiempo, mucho más del necesario para que emitiesen sus sufragios, los electores D. Gregorio y don Santiago Ransanz, éste último Secretario del Ayuntamiento, que lo estuvo con frecuencia, continuando el primero después de haber votado, aunque no eran las cuatro de la tarde; y en que la votación se efectuó á dicha hora, á pesar de no hallarse los votantes dentro del local, hechos los expresados con los cuales dice el reclamante se infringió el artículo 53 de la ley y otras disposiciones vigentes en la materia”. Añadía el vecino que lo manifestado era “de todos conocido” y “puede probarse con información en que declaren los expresados individuos, y en caso negativo con la prueba testifical que se halla dispuesto a proponer, a falta de justificación documental, además de la que antes indica de la declaración del Presidente y adjuntos de la Mesa, concluyendo por invocar el art. 4.º del Real decreto de 24 de Marzo de 1891 y pedir que practicadas las diligencias que interesa se remita el expediente á esta Comisión provincial”.
Por su parte, el presidente y los adjuntos de la mesa para las elecciones municipales informaron sobre el primer aspecto “que el Sr. Fillat estuvo en el Colegio acompañando al Secretario y hablando con éste de sus asuntos, pero sin que interrumpiesen la votación ni coaccionara a ningún elector, consintiéndose su estancia en el local, por que no llevaba armas ni palo y tratarse de persona conocida, lo que no puede producir el efecto que el reclamante pretende”. Con respecto a la segunda alegación manifestaron que el hecho de que “D. Gregorio y D. Santiago Ransanz permaneciesen en el Colegio más tiempo del necesario para votar” no era sustantivo en la reclamación, “puesto que lo consiente el articulo 48 de la ley, que autoriza la entrada de los electores en aquél sin que limite el tiempo de su estancia en él después de haber votado, prohibiéndolo unicamente a los que llevan armas, bastones, etc., que no tenían los citados individuos, los cuales tampoco trataron de ejercer coaccion sobre los electores, por lo que la Mesa no tuvo inconveniente en que continuasen en el local hasta terminado el escrutinio”. Por último, “el que la votación se verificase a la hora critica en nada afecta á la validez de su resultado, puesto que los electores podían votar á dicha hora, como ocurrió en este caso, en el que se procedió con arreglo al articulo 43 de la ley, ajustándose á éste”, valorando, en definitiva, “injustificada la reclamación del señor García Crespo”.
También los concejales electos debían dar su opinión sobre el desarrollo de las votaciones en Fuentecambrón y Felipe Rincón Peñalba, Francisco Onrubia Crespo y Martín García Crespo consideraron “razonables los fundamentos de la protesta que contra su eleccion ha producido el Sr. García Crespo y conformes en que aquella se declare nula”.
Con tal expediente, la Comisión provincial no pudo menos de hacer “notar lo ilegal de la tramitación dada á aquella protesta y apercibiendo el Alcalde por ello”. Después analizó cada uno de los hechos denunciados. Con respecto a lo tardío de la emisión de los sufragios, consideró “que aunque la mayoría de los electores votaron á última hora, si por tal se entiende, como parece deducirse de la alegación del Sr. García Crespo la critica, ó sean las cuatro de la tarde, esto no constituye infracción legal alguna, ya que pudieron hacerlo hasta dicha hora”. La estancia en el colegio electoral de Fillat, que no tenía derecho al voto, y de Gregorio y Santiago Ransanz fue valorada conjuntamente, expresando una dura crítica a la actuación del presidente y adjuntos de la mesa para los comicios: “si bien la entrada en el colegio electoral de personas que no tenían derecho a ella y la permanencia de los electores en aquél por mas tiempo del necesario para votar se halla prohibida en la ley, tales hechos, que censurables desde luego, pueden dar lugar á responsabilidades para quienes las autoricen ó consientan, no afecta tampoco a la legalidad de la elección y menos no relacionándose con otros por lo que se coaccionase al Cuerpo electoral, lo que ni siquiera se indica ocurriera, deduciéndose, por el contrario, que en este caso la emisión del sufragio se verificó normalmente y sin que diese lugar a protesta alguna respecto del particular”. Finalmente, el hecho de que “los Concejales electos asientan como lo hacen, á la reclamación del Sr. García Crespo, prestando su conformidad á ella”, también mereció un juicio poco propicio de la Comisión provincial, ya que “puede significar su deseo de excusar por este medio indirecto el ejercicio del cargo”, por lo que “no es tampoco razón para invalidar actos perfectamente legales”. En consecuencia, “ésta Comisión acordó ayer desestimar dicha reclamación, declarando legal y válida la elección de Concejales verificada en 11 de Noviembre último en el pueblo de Fuentecambrón”. Además, debía comunicarse esta decisión al ayuntamiento y a los interesados, informando “al Sr. García Crespo de su derecho a recurrir de este acuerdo en el tiempo y forma que establece el art. 9.º del Real decreto de 24 de Marzo de 1891, y disponer la publicación de aquél en el Boletin oficial conforme al artículo 6.º del mismo Real decreto”.
Ante esta decisión contraria a sus intenciones, Pedro García presentó recurso de alzada, “reproduciendo los mismos razonamientos que para combatir la elección adujo, y solicitando se revoque el acuerdo apelado y se declare la nulidad de las elecciones de Concejales en Fuentecambrón”. El gobernador civil remitió este “recurso de alzada promovido ante el Excmo Sr. Ministro de la Gobernación” a la Comisión Provincial de Diputación, “con el fin de que se una al expediente de su razón con el índice correspondiente para elevarlo a la Superioridad”, lo que se llevó a cabo el 23 de enero de 1918: “Dispuso se unan los antecedentes respectivos al recurso de alzada promovido por D. Pedro García Crespo, vecino de Cenegro (Fuentecambrón), contra el acuerdo de este Cuerpo provincial, declarando la validez de las elecciones de Concejales verificadas en dicho pueblo”, elevando el proceso al ministerio de la Gobernación[51]. Hasta el 28 de mayo este ministerio, dirigido por Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas, no resolvió el recurso, también publicado en el Boletín Oficial de la provincia de Soria[52]. En su resolución desestimatoria del recurso, analizó cada uno de los puntos alegados por el recurrente en su reclamación, en línea con lo ya expresado por la Comisión provincial de Diputación. Con respecto a la permanencia de los votantes en el Colegio electoral, una vez emitido el sufragio, o que hubiese en su interior algunas personas que no fueran electores, según el ministerio “no constituyen motivo de nulidad cuando no se comprueba que con tal motivo se coaccionara al cuerpo electoral, ni se perturbaran los actos de votación”. Sobre la aceptación de la reclamación por parte de los concejales electos, tal circunstancia, según la interpretación gubernamental, “solo puede significar que no tenían interés en ejercer los cargos para que han sido elegidos, pero no puede deducirse de ello la necesidad de anular la elección, cuando no se demuestra que en su desarrollo se cometieran infracciones de ninguna clase”. Y en relación con la permisividad del presidente y adjuntos de la mesa electoral, “consintiendo la estancia en el Colegio del señor Fillat”, se explicaba “por ser persona conocida, y porque no realizó ningún acto que pudiera perturbar los actos de votación”. La conclusión ministerial era que “del exámen del expediente no se observa infracción legal que corregir, apareciendo que la elección se realizó en todos sus actos conforme á las prescripciones de la ley”, por lo que “S. M. el Rey (q. D. g.), se ha servido confirmar el acuerdo de esa Comisión provincial, que declaró válida la elección de Concejales últimamente verificada en el Ayuntamiento de Fuentecambrón”.
Fuese una simple maniobra para anular los comicios o una defensa para que las elecciones fuesen verdaderamente libres, parece que no se respetó escrupulosamente la normativa legal, lo que permitirá sospechar la existencia de posibles irregularidades y, aunque éstas no quedaran demostradas fehacientemente, eran una muestra más del corrosivo ambiente electoral en la etapa final de la Restauración.
En 1917, siguiendo las instrucciones del gobernador civil Félix Lueje Valdés, se reunía la Junta de Sanidad de Fuentecambrón el 13 de mayo, bajo la presidencia del alcalde, Andrés Onrubia Rincón, para constituirse y tomar acuerdos pertinentes a las competencias de que disfrutaba. Una vez leída “la circular del Sr. Gobernador Civil de la provincia inserta en el B.O. correspondiente al dia 16 del pasado mes de marzo que trata de la Constitución de la Junta de Sanidad”, se procedió a su formación, quedando integrada por el alcalde, Andrés Onrubia Rincón, como presidente; secretario de la Junta de Sanidad, el médico titular Fernando Alfonso y Pintado; vocales natos, Santiago Ransanz Antona, secretario del ayuntamiento, Pedro Cuesta Muñoz, farmacéutico titular, y Francisco Onrubia Rincón, veterinario titular; y como vocales designados por el consistorio en representación de los vecinos, los ganaderos Evaristo García Hinojar[53] y Cecilio Crespo Sotillos. Al tiempo, se tomaron medidas de higiene, limpieza y vacunación en el municipio, acordando enviar al gobernador civil y al ayuntamiento “las oportunas certificaciones” de lo actuado en esta reunión. Según las firmas, que quedaron reflejadas en el acta, el farmacéutico y el veterinario no asistieron a esta reunión, o no dejaron constancia de su presencia[54].
Fuentecambrón compartía con Miño de San Esteban el médico, Fernando Alfonso y Pintado, y por las actas de este último municipio ha sido posible conocer que el doctor “se encontraba enfermo” a principios de octubre de 1918, en pleno desarrollo de la epidemia de gripe en el municipio de Fuentecambrón[55]. En esta misma sesión se daba cuenta “de una comunicación recibida de la alcaldía de Cenegro referente á lo mismo”, es decir, a la existencia de gripe, por lo que la corporación de Miño de San Esteban decidió “que se celebre una conferencia telefónica con el Sr. Gobernador dándole cuenta de lo que ocurre y por si no pudiese la misma celebrarse que se remita comunicación á dicha Superioridad sobre el mismo extremo”[56], buscando previsiblemente ayuda inmediata para que se enviara un médico a la comarca, que supliera al titular enfermo. Fuese o no así, por noticias periodísticas ha sido posible conocer que el médico titular de Valdanzo, Tomás Casas Casajús, acudió tanto a Fuentecambrón como a Cenegro, así como a Miño de San Esteban, para auxiliar a sus desamparados habitantes, lo que debió suponer una labor extraordinariamente gravosa para dicho doctor[57]. También la prensa reflejaba la presencia en estas tres localidades del practicante Domingo Pascual, enviado por el gobernador civil para visitar a los enfermos, a las órdenes del médico Enrique Arciniega Cerrada, que había sido comisionado a Langa para sustituir al médico titular, que se encontraba enfermo[58].
Con respecto al farmacéutico, se ha localizado una copia del contrato con el propietario en estos momentos en el Archivo del ayuntamiento de Miño de San Esteban, por el que ha sido posible conocer que las localidades integrantes del partido de farmacia en la zona eran Valdanzo, Miño de San Esteban, Fuentecambrón y Valdanzuelo[59]. Esta escritura contractual, entre las localidades indicadas y el farmacéutico Pedro Cuesta Muñoz, se firmó el 15 de febrero de 1917, estableciendo una serie de condiciones, entre las que destacaba la ubicación de la farmacia “en el pueblo de Valdanzo como lo esta hasta la fecha”, debiendo dejar a una persona entendida para cubrir sus ausencias. En relación a la duración, el contrato tendría vigor desde la fecha de su firma hasta el 30 de septiembre de 1922, existiendo un plazo de tres meses antes de su vencimiento para denunciarlo, si no “conviniera continuar con esta escritura”. El farmacéutico quedaba obligado a facilitar los medicamentos “que establecen las farmacopeas y petitorias vigentes siempre que sean prescriptos por personal legalmente autorizado”. A cambio de su labor recibiría, por la titular de Beneficencia, “de Valdanzo ciento veinticinco pesetas, Miño San Esteban ciento diez pesetas y Fuentecambrón, cuarenta pesetas”. Por los medicamentos facilitados, el farmacéutico percibiría cada año, de Valdanzo “ciento setenta y seis fanegas de trigo puro de buena especie y seco, Miño de San Esteban sesenta y cuatro fanegas de trigo de igual especie y condición, Valdanzuelo veinticuatro fagas de igual especie y los vecinos de Fuentecambrón pagara cada vecino a seis celemines de trigo de igual especie y seco”, cobrado por los ayuntamientos respectivos y entregado en el domicilio del farmacéutico, para lo que cada ayuntamiento otorgaría contrato particular, “con arreglo a las disposiciones del mes de octubre de mil novecientos cinco”[60]. También debería facilitar gratuitamente los medicamentos a las personas o familiares que, accidentalmente, estuviesen en estas localidades, haciendo especial mención en el caso de los hijos de los vecinos “que se hallan ausentes”. Por otra parte, los medicamentos no incluidos en “las farmacopeas y petitorias vigentes” serían pagados “con arreglo a la tarifa minima de Beneficencia”. El incumplimiento de estas condiciones, por cualquiera de los contratantes, daría lugar “a satisfacer a la otra parte quinientas pesetas en perjuicios (concepto de) si otra cosa no prueba en contrario”. La muerte de este facultativo, el 4 de octubre de 1918, en Valdanzo (“infección gripal”), imposibilitaría mantener su vigencia[61].
La Junta de Sanidad de Fuentecambrón no se reunió para dirigir el combate contra la epidemia de gripe y tampoco lo hizo el ayuntamiento desde el 6 de octubre, cuando ya se habían producido las primeras muertes, hasta el 3 de noviembre, justo una semana después de suceder la última defunción originada por tal enfermedad, por lo que difícilmente pudieron poner en práctica las medidas ordenadas por el gobernador civil, reuniendo a la Junta municipal de Sanidad y adoptando pautas de salvaguarda para evitar el contagio, con una incidencia especial en la limpieza y desinfección de lugares y personas, y en la vigilancia de los forasteros, así como las relativas a la educación de los niños en la escuela, aunque algunas de ellas posiblemente sí se llevaran a cabo[62].
Esta sesión del pleno municipal de 3 de noviembre, a la que sólo asistieron el alcalde, los concejales Andrés Onrubia y Andrés Crespo y el secretario, se inició por el presidente dando “la enhorabuena á los señores Concejales y Secretario de la corporacion por la suerte de haber salido ilesos de la epidemia que tuvo invadido á este pueblo por espacio de veinticinco dias sin que la corporacion haya podido celebrar sus sesiones por dicha causa desde el seis del pasado octubre hasta la fecha”[63]. En una situación extraordinaria, como la descrita tan ingenuamente por el alcalde, difícil sería tomar medidas preventivas a nivel municipal, siguiendo las directrices señaladas por las autoridades provinciales, debiendo cada vecino actuar según su propio criterio. De hecho, en este pleno de 3 de noviembre, el alcalde ordenó al secretario “la lectura de varias circulares recibidas durante el tiempo de la epidemia que no pudieron darse cumplimiento en su tiempo”, y aunque se citan varias relacionadas con la Administración de Hacienda, era obvio que ya no tenía sentido prestar atención a las referidas a la epidemia de gripe, salvo que la situación pudiera volver a repetirse.
Si a la muerte del farmacéutico Pedro Cuesta Muñoz y a la enfermedad del médico Fernando Alfonso y Pintado, se añadía que algunos miembros de la corporación de Fuentecambrón sufrieron los embates de la epidemia, estando casi un mes sin celebrar sesiones, la impresión resultante será de falta de dirección, de coordinación y de asistencia en la lucha contra la enfermedad, debiendo asumir estas funciones el único facultativo que permanecía sano, el veterinario Francisco Onrubia Rincón, además de la colaboración ya reseñada del médico titular de Valdanzo, Tomás Casas Casajús, y del practicante Domingo Pascual, con lo que de circunstancias tan excepcionales pudiera derivarse. No podría decirse que, por este cúmulo de particularidades tan desgraciado, la incidencia de la epidemia de gripe en el municipio fuese mayor, pero sí tendría, fundamentalmente, efectos psicológicos poco positivos para sus habitantes.
A principios de diciembre, una vez pasada la virulenta epidemia de gripe en el municipio, se reunía la Junta municipal de asociados de Fuentecambrón. La sesión tenía por objeto informar “de que el municipio se encuentra sin titular de medicina y farmacia la primera, por renuncia del Médico y la segunda por fallecimiento del farmaceutico; y como quiera que no puede consentirse estar sin proveer dichas titulares las que en el dia de hoy; se harán con caracter interino hasta tanto se provea el partido de médico y boticario definitivamente”. Esta coyuntura tan complicada, cuando eran tan recientes las consecuencias de una epidemia, se intentó paliar nombrando “medico titular á D. Pablo Francº. Anton Médico titular de Piquera y farmaceutico á Don Sinforiano Abad de San Esteban de Gormaz a los cuales se les comunicara su nombramiento con carácter interinos”[64], aunque la decisión se antoja demasiado tardía.
Ruiz Liso escribía sobre la mortalidad excepcional de 1918: “Difícilmente seríamos capaces de asimilar hoy las cifras de muertes que enfermedades como la gripe causaban a principios de siglo. En España, la epidemia gripal de 1918 había causado 147.060 fallecimientos, próximo al 8 por mil de la población española de aquel año. Soria, al igual que el resto de las provincias, tuvo unas cifras elevadas que llegaron al 8,10 x mil de la población con 1.279 muertes en 1918. Hubo pueblos como Deza, Langa, Cabrejas del Pinar, Berlanga etc., cuyas cifras fueron doble y triple de la media provincial, llamando la atención que la mayor mortalidad asentó en las pequeñas poblaciones”[65]. Esto es lo que se puede apreciar en una población como Fuentecambrón, donde las víctimas, si bien no muy numerosas en cantidades absolutas, alcanzaron cifras elevadas en valores relativos.
Aunque el alcalde de Fuentecambrón, Francisco Onrubia Crespo, en pleno municipal, señalaba que la epidemia de gripe “tuvo invadido á este pueblo por espacio de veinticinco dias”[66], lo cierto fue que la primera muerte, diagnosticada con este vocablo, se produjo el 26 de septiembre y la última el 27 de octubre[67]. Por lo tanto, la enfermedad vírica, con consecuencias mortales, se prolongó durante 32 días en el municipio, con 25 fallecimientos directos. En este intervalo, destacaron el 9 y el 20 de octubre, con 3 defunciones cada día, seguidos del 12, 16 y 24 del mismo mes, con 2 óbitos; el resto de decesos, 13, se repartieron de uno en uno a lo largo de todo el periodo. A pesar de esta concentración en determinadas jornadas, lo que predominó en el desarrollo de la epidemia en el municipio de Fuentecambrón fue el continuo goteo de fallecimientos, producidos en el ciclo señalado, dilatado en el tiempo más que concentrado en su intensidad, tal como podrá apreciarse en el gráfico adjunto.
Ya en 1910 había fallecido una persona en Fuentecambrón, a causa de “Nepmonia Gripal”, pero lo acaecido en 1918 fue un durísimo mazazo para una población pequeña, como lo era este municipio en tales fechas. Atendiendo a la temporalidad de las defunciones, ya se ha indicado que el 26 de septiembre se producía la primera muerte por la epidemia en la localidad, un varón de Fuentecambrón, de 31 años, debido a “Pneumonia Gripal”; el 2 de octubre falleció otro hombre, también en Fuentecambrón, de 28 años, por la misma causa. Los días 5 y 6 murieron vecinos de Cenegro, un varón del que no se indicó la edad (“Broncopneumonia Gripal”) y una mujer, de 28 años, por “Infeccion Gripal”, respectivamente, y el 8, una mujer de Fuentecambrón, de 36 años, a causa de “Neumonia Gripal”. Fue por estas fechas cuando la extensión de la epidemia en el municipio apareció reseñada en la prensa provincial: “Comunican de este pueblo que hay numerosos casos de gripe. El médico ha dejado de prestar sus servicios á consecuencia de hallarse enfermo atacado de la misma dolencia. Las Autoridades de Fuentecambrón han pedido al Gobernador civil auxilios urgentísimos”[68].
11. EVOLUCIÓN DIARIA DE FALLECIMIENTOS POR GRIPE EN EL MUNICIPIO DE FUENTECAMBRÓN DESDE EL 26 DE SEPTIEMBRE AL 27 DE OCTUBRE DE 1918[69] |
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Al día siguiente, 9 de octubre, se produjeron tres muertes, una en Cenegro, un hombre de 31 años (“bronco neumonia Gripal”) y dos en Fuentecambrón, una mujer de 47 años, con el mismo diagnóstico anterior, y un hombre de 25 años (“Neumonia Gripal”), respectivamente. El 12 perecieron dos mujeres en Fuentecambrón, una joven de 17 años (“Bronconeumonia Gripal”) y una mujer de 26 (“Cripe”). Dos días después falleció un varón de 32 años en Cenegro, debido a la “Gripe”, y en la siguiente jornada, un joven de 19 años en Fuentecambrón, con el mismo diagnóstico[70]. El día 16 murieron dos personas, una mujer de 27 años en Fuentecambrón (“Infeccion Gripal”) y una niña de 5 en Cenegro (“Bronco neumonia Gripal”).
Después de una jornada sin defunciones causadas por la epidemia, el 18 falleció un anciano de 70 años en Cenegro (“Infección Gripal”) y al día siguiente un niño de 1 año, en Fuentecambrón (“Bronconeumonia Gripal”)[71]. El 20 de octubre sucedieron tres óbitos, dos en Cenegro, un anciano de 65 años y un hombre de 57, ambos por “Infeccion Gripal”, y otro varón de 50 años en Fuentecambrón (“Bronconeumonia Gripal”). Este mismo día se registró otro fallecimiento más en Fuentecambrón, el de una niña de 7 años, de la que no se indicó la causa, aunque, como en otras actas de defunción de este Juzgado, diagnosticadas con el vocablo gripe, se ordenó su entierro antes de las 24 horas reglamentarias, lo que lleva a sospechar que fue causada por la epidemia y, por tanto, habría que aumentar el número de muertes atribuidas a esta enfermedad; en cambio, en la siguiente acta de defunción, el día 21, una mujer de 40 años, también en Fuentecambrón, y en la que tampoco se expresó la causa, no se incluyó esa orden de entierro rápido[72]. Las cuatro muertes siguientes, todas ellas ocurridas en Fuentecambrón, afectaron a un varón de 28 años, el día 22 (“Bronco neumonia Gripal”); un niño de 11 meses, el 24 (“Bronquitis Gripal”); una joven de 16 años, también el día 24 (“Broncop.neumonia Gripal”); y una niña de 11 años, el 25, con este mismo diagnóstico. Al día siguiente falleció un hombre de 32 años, en Cenegro, y el 27 de octubre, la última víctima de la epidemia, también en Cenegro, una mujer de 59, ambos con el mismo dictamen anterior. De los 25 muertos, diagnosticados por gripe, 15 vivían en Fuentecambrón y 10 en Cenegro.
En el periodo del 26 de septiembre al 27 de octubre de 1918, es decir, durante el desarrollo de la epidemia de gripe con víctimas mortales en el municipio de Fuentecambrón, fallecieron 29 personas, de ellas 25 diagnosticadas con vocablos relativos a esta enfermedad infectocontagiosa. Las cuatro restantes también pudieron ser condicionadas, de una manera más o menos intensa, por la epidemia, en especial dos muertes, catalogadas como “Bronquitis aguda” y “Bronquitis Capilar”: la primera correspondió a un niño de 2 años que habitaba en Cenegro, el 17 de octubre, y la segunda a una niña, de Fuentecambrón, también de 2 años, el 27 del mismo mes[73]. Ya ha quedado de manifiesto anteriormente la importancia de la influencia de la gripe en el agravamiento de otras enfermedades, especialmente las del aparato respiratorio, como fueron las anteriores, y de dolencias del corazón, pudiendo desencadenar un desenlace fatal. Además, en los casos de ambos niños se produjo también la muerte, certificada como gripe, de su padre respectivo, lo que añadirá un elemento más para sugerir la relación directa entre las muertes.
Los otros dos fallecimientos restantes, hasta completar los 29 acaecidos en el municipio, no tenían indicada la causa que provocó su defunción, como antes se ha mencionado. Y en un caso, una niña de 7 años, de Fuentecambrón, el médico hizo constar que fuese enterrada antes de las 24 horas preceptivas[74], tal y como se ordenaba en las tres actas de muerte anteriores, registradas en el Juzgado de Paz como provocadas por la gripe, lo que permitirá sospechar, con bastante fundamento, que fue originada por una enfermedad infectocontagiosa como la epidemia entonces reinante en la zona; además, la madre de esta niña había muerto ocho días antes a causa de la gripe. El acta de defunción de la víctima restante, una mujer de Fuentecambrón, de 40 años, que tampoco ofrecía información del motivo que determinó su deceso, no mencionará que se realizase el enterramiento con urgencia[75], por lo que, ante la falta de datos, poco más habría que añadir. En consecuencia, la epidemia de gripe de 1918 en Fuentecambrón pudiera haber causado más muertos de los 25 considerados inicialmente, elevándose la cifra hasta un total de 28, como máximo susceptible de ser considerado como cierto en las actuales circunstancias de conocimiento.
La expresión de que los muertos fuesen sepultados “antes de las 24 horas a la del fallecimiento” figuró en cinco actas de defunción -añadiéndose en una “según certificacion facultativa”-[76], todas ellas diagnosticadas con términos relativos a la gripe, excepto una en la que no se indicó la causa, lo que definirá con meridiana claridad la situación vivida en el municipio, proponiéndose una medida que superaba los límites de la normativa vigente. La sugerencia debió provenir de Tomás Casas Casajús, tal como hizo en Valdanzo, acordando la Junta de Sanidad de este municipio que los cadáveres fuesen llevados a una caseta cercana al cementerio, inmediatamente después de su fallecimiento, donde se depositarían hasta que se procediese a su inhumación[77].
En el gráfico adjunto se pretende comparar la incidencia de la epidemia de gripe en las localidades hasta ahora estudiadas, apreciándose una mayor agrupación de defunciones en Langa de Duero (26 fallecimientos en 17 días, del 4 al 20 de octubre); después vendría Piquera de San Esteban (desde el 11 al 31 de octubre, 21 muertos en 21 días); y en San Esteban de Gormaz las consecuencias fueron menos intensas, aunque se prolongaron durante más tiempo (del 30 de septiembre al 13 de noviembre, con un total de 23 fallecidos). En el caso de Fuentecambrón se produjeron 25 muertes por esta enfermedad (pudiendo considerar 28 como máximo) en 32 jornadas, lo que señalaría una incidencia intermedia entre las dos primeras poblaciones y la última antes mencionadas; pero en este análisis sólo se tiene en cuenta el número de fallecidos y el periodo en el que tuvieron lugar tales defunciones, por lo que será preciso seguir profundizando en otras variables.
12. EVOLUCIÓN DIARIA DE FALLECIMIENTOS POR GRIPE EN LOS MUNICIPIOS DE LANGA DE DUERO, SAN ESTEBAN DE GORMAZ, PIQUERA DE SAN ESTEBAN Y FUENTECAMBRÓN, DESDE EL 26 DE SEPTIEMBRE AL 13 DE NOVIEMBRE DE 1918[78] |
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Con respecto a la edad de los fallecidos por la gripe en Fuentecambrón, desde el 26 de septiembre al 27 de octubre de 1918, se aprecia que fueron los adultos jóvenes los más afectados, en especial el grupo de 25 a 29 años, con 6 muertos (24%) y de 30 a 34 años, con 4 (16%). También los jóvenes de 15 a 19 años, con 3 óbitos (12%) sufrieron con intensidad la epidemia y, en menor medida, los niños de 0 a 4 años y los adultos de 55 a 59, ambos intervalos de edad con 2 bajas cada uno (8%). El resto se repartió en 8 rangos de edad con 1 deceso (4%). Por el contrario, no se registró ningún muerto por gripe en los grupos de edad de 20 a 24, de 40 a 44, de 60 a 64 y de mayores de 75 años. No obstante, habrá que tener en cuenta que no se indicó la edad de un varón, que presumiblemente era mayor de 15 años, dado que se mencionaba su profesión, aunque esta circunstancia no pueda aceptarse como indicador seguro, al menos no siempre. En cualquier caso, sí quedaba clara la mayor incidencia en la edad adulta joven, siguiendo así, en parte, lo sucedido a nivel nacional, donde el grupo con más bajas fue el de 20 a 30 años, acompañado por el de 0 a 5 años, como ya se ha señalado.
13. FALLECIDOS EN FUENTECAMBRÓN Y CENEGRO DESDE EL 26 DE SEPTIEMBRE AL 27 DE OCTUBRE DE 1918[79] |
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Si se considera el sexo de los fallecidos por gripe en Fuentecambrón, los datos mostrarán 15 varones muertos (60%) por 10 mujeres (40%), una descompensación de cierta entidad, posiblemente significativa. También hubo más intervalos de edad afectados entre los hombres que en las mujeres (8 y 7, respectivamente), aunque más que en esa leve diferencia, deberá repararse en la gran cantidad de intervalos con víctimas mortales producidas por la epidemia en 1918; y siempre con la advertencia, en este caso relevante, del desconocimiento de la edad de un varón.
Agrupando a los fallecidos en Fuentecambrón en rangos de edad de 15 años, resalta con más fuerza lo reseñado anteriormente: fueron los adultos más jóvenes, de 15 a 29 años, quienes sufrieron con mayor virulencia la epidemia (9 muertos; 36%). Los intervalos de edad de 30 a 44 años, con 5 víctimas (un 20%), los niños de 0 a 14 años y los adultos maduros, de 45 a 59 años, con 4 óbitos en cada uno (16%), siguieron en cuanto a intensidad, bastante alejados del indicado en primer lugar. También en Fuentecambrón hubo ancianos que murieron por la gripe, uno de 65 años y otro de 70, lo que no fue muy habitual en la zona ni en España. Estas consideraciones tendrán siempre el inconveniente de no conocer la edad de un varón, que podría modificar levemente el análisis aquí expuesto, para ratificarlo, e incluso incrementar o reducir diferencias entre un intervalo de edad y otro.
14. FALLECIDOS EN FUENTECAMBRÓN Y CENEGRO DESDE EL 26 DE SEPTIEMBRE AL 27 DE OCTUBRE DE 1918[83] |
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Comparando con los datos de Langa de Duero, de San Esteban de Gormaz y de Piquera de San Esteban destaca la concentración tan elevada en el primer intervalo en esta última localidad, también importante en Langa de Duero, menor en San Esteban de Gormaz y más baja en Fuentecambrón. En cualquier caso, los dos primeros rangos (0-14 y 15-29) concentran en las tres primeras poblaciones cifras superiores al 65%, lo que refleja la caracterización de una epidemia que afectó fundamentalmente a los individuos más jóvenes, algo que se produjo también a nivel nacional, como anteriormente se ha indicado, en tanto que en Fuentecambrón ‘sólo’ alcanzó el 52%, reflejando que en este municipio los fallecidos fueron de una edad media mayor que en las otras entidades reseñadas. Y debe recordarse que tanto en Langa de Duero como en Fuentecambrón no ha sido posible detectar la edad de uno de sus difuntos, lo que podría modificar parcialmente este análisis.
15. FALLECIDOS EN LOS MUNICIPIOS DE LANGA DE DUERO, SAN ESTEBAN DE GORMAZ, PIQUERA DE SAN ESTEBAN Y FUENTECAMBRÓN POR LA EPIDEMIA DE GRIPE[84] |
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Las actas de defunción también han permitido detectar abundantes lazos familiares seguros entre los muertos en el municipio de Fuentecambrón, durante el desarrollo de la epidemia gripal de 1918. La reiteración de algunos apellidos en las personas fallecidas ya lo hacía presuponer. Así, se repetirán integrantes de las familias Bocigas, Crespo, García, Peñalba, Rincón, Sotillos, del Val..., por citar los más frecuentes. Y el cruce de sus datos ha puesto de manifiesto esta presunción. Quizá el caso más intenso, dentro de la misma desgracia de la muerte de seres queridos, fuera el de una familia de Fuentecambrón, que perdió a cuatro hijos, tres varones y una chica, de 28, 25, 19 y 17 años, fallecidos los días 2, 9, 15 y 12 de octubre, respectivamente, con un ensañamiento excesivamente cruel, si así pudiera calificarse; las causas fueron “Pneumonia Gripal”, “Neumonia Gripal”, “Gripe” y “Bronconeumonia Gripal”.
Además, se han localizado dos casos de padre e hija, ambos en Fuentecambrón: en el primero, el padre murió el 26 de septiembre, con 31 años (“Pneumonia Gripal”), y la hija, única del matrimonio, con 2 años, el 27 de octubre (“Bronquitis Capilar”); el segundo, fue un padre, ya mayor, de 50 años, fallecido el 20 de octubre (“Bronconeumonia Gripal”), y la hija, también única, de 16 años, cuatro días después, a causa de “Broncop.neumonia Gripal”. También se ha detectado una relación de padre e hijo en Cenegro, muriendo primero el niño, de 2 años, el 17 de octubre (“Bronquitis aguda”), y después el padre, de 32 años, el día 26 (“Broncop.neumonia Gripal”), quedando 2 hijas menores con la viuda. Por último, una mujer de Fuentecambrón, de 26 años, falleció el 12 de octubre (“Cripe”), dejando 3 hijos con el marido, aunque la mayor, única chica, de 7 años, moriría el 20 de octubre, sin que constase en el acta la causa de la defunción, si bien quedó reflejada la orden del médico de que fuera enterrada sin esperar a las reglamentarias 24 horas.
Así mismo se ha constatado un matrimonio de Cenegro: ella, con 28 años, falleció el 6 de octubre (“Infeccion Gripal”), dejando 2 niñas con el padre, de 31 años, que abandonó la tierra tres días después (“bronco neumonia Gripal”). Finalmente, se ha observado un presumible caso de tía y sobrino, ambos de Fuentecambrón, ella de 36 años, viuda, con 3 hijos menores de edad, murió el 8 de octubre (“Neumonia Gripal”), y su posible sobrino, de 1 año, el día 19, debido a “Bronconeumonia Gripal”. Ciertamente, pudieron existir más lazos familiares entre los fallecidos en Fuentecambrón durante el periodo de la epidemia gripal de 1918, pero el escueto texto de las actas de defunción no posibilita avanzar más en esta línea de trabajo, que tampoco era el objetivo de la investigación.
El gráfico siguiente presenta las variables de población en el municipio de Fuentecambrón durante la segunda década del siglo XX, destacando de forma extraordinaria la mortalidad de 1918, con el 34,21% del total del decenio. A gran distancia quedaron 1919 (el 10,53%) y 1915 y 1916 con el 9,65% cada uno, existiendo variedad en las causas de muerte en estos años, aunque podría hacerse referencia a 4 originadas por diversos tipos de tuberculosis en 1919. Sin embargo, 1918 resultó excepcional, tal como se observa a primera vista, con la epidemia de gripe protagonizando las cifras: al menos 25 muertos causados por esta enfermedad. El desglose de los fallecimientos en Fuentecambrón durante este año fue sumamente descriptivo: 1 en enero; 2 en febrero; 2 en abril; 2 en mayo; 1 en julio; 2 en septiembre; 28 en octubre y 1 en diciembre. Si la tasa bruta de mortalidad de Fuentecambrón en la década 1911-1920 ascendió al 30,2‰, en 1918 alcanzó el 103,2‰, la más alta de toda la zona del suroeste de Soria[85]. Con menor número de defunciones sobresalieron 1912 y 1914, con el 3,51% cada uno de ellos, y 1913 (el 4,39%). Agrupando por quinquenios hubo una descompensación evidente: en el periodo 1911-1915 se registraron 34 óbitos (el 29,82%), mientras que en el siguiente se produjeron 80, equivalente al 70,18%, más de dos terceras partes del total.
Con respecto a la natalidad, 1915 fue el año con mayor número de nacimientos, un 16,10% del total de la década, seguido de 1910, 1911 y 1912 (cada uno el 11,86%); en sentido contrario, con las menores cifras de natalicios, quedaron 1916, 1918 y 1919, cada uno el 7,63% del total decenal. La distribución de la natalidad por quinquenios también mostró amplias diferencias, ya que en el periodo 1911-1915 se registraron 71 nacimientos (el 60,17%) y sólo 47 en el segundo quinquenio (el 39,83%).
16. VARIABLES DE POBLACIÓN EN EL MUNICIPIO DE FUENTECAMBRÓN DURANTE LA SEGUNDA DÉCADA DEL SIGLO XX[86] |
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Los datos de crecimiento natural ofrecen 6 años en positivo, sobresaliendo 1912 y 1913, especialmente por la baja mortalidad, y 1915, el que mayor número de nacimientos registró; en cambio, tres años presentan un crecimiento negativo, 1918, con una cifra elevadísima, originada fundamentalmente por la epidemia de gripe, y 1919 y 1916, con resultados más reducidos -en estos tres años coincidieron máxima mortalidad y natalidad más baja-; además hubo otro año, 1920, en el que nacimientos y defunciones fueron iguales, por lo que se anularán a estos efectos. Así, en el primer quinquenio, de 1911 a 1915, se produjo un aporte positivo de 37 habitantes, en tanto que el segundo periodo ofreció un saldo negativo de -33, por lo que el balance de crecimiento natural en toda la década fue sólo de 4 personas.
Este leve crecimiento natural sumó poco en la evolución de la población del municipio de Fuentecambrón. De hecho, comparando los censos de 1910 y 1920 se observa un descenso de 64 habitantes que, añadidos al crecimiento natural, hicieron un total de -68 en el saldo migratorio, por lo que la tasa bruta anual se elevó a -17,99‰, lo que señala una importante salida de población del municipio -es la 8ª mayor del territorio suroccidental soriano de un total de 25, muy por encima de la media (-13,31‰)-. Sin embargo, la incidencia de la epidemia de gripe resultó notable en cuanto a las cifras de Fuentecambrón, teniendo en cuenta que la decisión de emigrar está condicionada básicamente por la relación entre los habitantes y los recursos disponibles en el término.
17. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN EL MUNICIPIO DE FUENTECAMBRÓN[87] |
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En el gráfico adjunto se ha presentado el devenir demográfico de Fuentecambrón en el periodo 1857-1980, apreciando un primer ciclo de movimientos bruscos de ascenso y descenso en los cuatro primeros datos censales: a la subida del periodo 1857-1887, cuando el municipio alcanzó el máximo de población (+78 personas, un 21,49%), siguió una caída mayor en el siguiente (-82, el 18,59%); la subida moderada de 1910 (+51, un 14,21%) fue continuada por una disminución más cuantiosa (-64, el 15,61%). A partir de 1920 se vivió una segunda fase, caracterizada por el estancamiento de la población, con ligera tendencia bajista, hasta 1960. Desde esta fecha se inició una nueva etapa, monopolizada por la emigración, hasta la actualidad: en la década 1960-1970 Fuentecambrón redujo su población en 114 habitantes (el 35,19%) y en el siguiente periodo censal, hasta 1980, la caída fue aún más intensa, abandonando el municipio más de la mitad de los vecinos, concretamente el 52,86% (111 en números absolutos), lo que marcará la pauta de su evolución en las décadas siguientes.
La última tabla permite comparar distintos índices de la población de Fuentecambrón con otros municipios de la zona, con el conjunto provincial y con el país. En el primer quinquenio, 1911-1915, la tasa bruta de natalidad se situó en una posición intermedia en la comarca suroccidental -la 12ª de un total de 25 municipios-, si bien elevada en relación con la de Soria y, más aún, con la de España, mientras que la de mortalidad resultó reducida, la segunda más baja de la zona, después de Velilla de San Esteban, incluso con respecto a los datos de la nación y con mayor diferencia respecto a la de la provincia. Ambos factores propiciaron una tasa bruta de crecimiento natural bastante elevada, la 5ª más alta del territorio, casi el doble de la de Soria y todavía más en relación a España.
Muy diferente resultó en Fuentecambrón el periodo 1916-1920, en el que la tasa bruta de natalidad se redujo notablemente con respecto al quinquenio precedente, siendo la más baja de la comarca después de la de Ines, e inferior a la provincial y a la nacional; en cambio, la de mortalidad creció espectacularmente, ofreciendo la cifra más alta de todo el conjunto suroccidental de la provincia, superando ampliamente a la de Soria y a la de España, a consecuencia fundamentalmente de la epidemia de gripe de 1918, como anteriormente se ha señalado. En consecuencia, la tasa bruta de crecimiento natural se resintió de manera importante, destacando también por ser el índice más alto del territorio suroccidental en su registro negativo -sólo Valdanzo y Alcozar mostraron también datos en el mismo sentido-, a notable distancia del conjunto provincial y del país.
18. TASAS BRUTAS (en ‰) DE NATALIDAD, MORTALIDAD Y CRECIMIENTO NATURAL EN LOS PERIODOS INDICADOS PARA ALGUNOS MUNICIPIOS DEL SUROESTE DE SORIA, LA PROVINCIA DE SORIA Y ESPAÑA [88] |
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El balance de toda la década en Fuentecambrón presenta una tasa bruta de natalidad baja -la 5ª menor de la comarca-, inferior incluso a la de Soria, aunque levemente superior a la de España, mientras que la de mortalidad resulta elevada, la más alta de la zona después de la de Alcozar, cinco y siete puntos mayor que la de la provincia y de la nación, respectivamente. Ambas variables dan como resultado un raquítico aumento en la tasa bruta de crecimiento natural, tan escaso que fue el menor de todos los del suroeste de la provincia, a bastante distancia de los índices de Soria y de España.
Los datos de Fuentecambrón en 1918, año ciertamente excepcional por la situación vivida, repitieron la tónica del segundo quinquenio en cuanto a la tasa bruta de natalidad, que resultó baja, la tercera menor de la comarca, después de Aldea de San Esteban y de Velilla de San Esteban, a más de nueve y seis puntos de las del conjunto provincial y del país, respectivamente; por su parte, la de mortalidad alcanzó una cota extraordinaria, la más alta de la zona suroccidental, con amplia diferencia, producto de la incidencia de la epidemia de gripe, triplicando los índices de Soria y de España. En consecuencia, la tasa bruta de crecimiento natural fue negativa, como una gran parte de los municipios del territorio, e incluso de la provincia y de la nación, pero superando de lejos las cifras de las demás localidades.
Resultará ciertamente significativo, por las circunstancias tan especiales que se produjeron en el municipio, que la Junta de Sanidad de Fuentecambrón no se reuniese antes, durante o después del desarrollo tan intenso de la epidemia de gripe de 1918 en esta localidad y en su agregado Cenegro, debiendo esperar a junio del año siguiente para tomar decisiones sobre sus competencias. Sin embargo, esta sesión, tan alejada del momento crucial, fue interesante por el tema planteado. Se reunieron el alcalde, Francisco Onrubia Crespo; el secretario del ayuntamiento, Santiago Ransanz Antona; el nuevo farmacéutico, Pedro Peña Muñoz; el vocal Cecilio Crespo Sotillos y el secretario de la Junta, el nuevo médico titular, Leoncio Ramón Fernández García. El objeto de la reunión era informarles “de que por el señor Cura párroco se habia dado cuenta de que el Cementerio católico habia quedado eshausto de sepulturas y por tanto era necesario la construcción de un nuevo Cementerio, guardando en su construcción las reglas que determina la vigente Ley de Sanidad para estos casos”. En tales circunstancias, los asistentes decidieron “suspender por media hora la sesión para proceder al reconocimiento de los terrenos de las inmediaciones al casco y radio de la poblacion y poder hacer las correspondientes escabaciones y abrir algunas fosas para apreciar que sitio era el mas adecuado para ser el elegido”. Practicado este receso con tal finalidad, se reanudó la reunión, acordando que “de las escabaciones llevadas á cabo resultó que el terreno mas adecuado para la construccion del nuevo Cementerio lo es una finca que posee D. Andres Onrubia de esta localidad la que se encuentra á la region y distancia que la Ley determina y en la que han ofrecido resultados positivos las escabaciones; dicha finca se encuentra en el parage denominado las Huertas de cavida unos cinco Celemines que linda por el Este en otra de D. Dionisio Rincon. los demas linderos Liegos; que de dicha finca pueden tomarse unos quinientos metros cuadrados dentro de cuyo circuito se construirá el nuevo Cementerio Católico, con su correspondiente depósito y un Cementerio Civil”. También decidieron informar “al dueño de la finca para si está dispuesto á Cederla previa indemnizacion que convenga con el Ayuntamiento; dandose cuenta de este acuerdo para la autorización necesaria al Escmo Señor Ministro de la Gobernacion al Sr Inspector provincial de Sanidad”.
Decidida esta importantísima cuestión, el alcalde Francisco Onrubia Crespo, presidente de la Junta municipal de Sanidad, dio cuenta a los asistentes “de que se le han transmitido noticias que esisten varios enfermos en esta localidad cuyas enfermedades se las considera contagiosas y con el fin de [e]vitarlo era conveniente tomar los correspondientes acuerdos”. Sin poder descifrar con exactitud a qué enfermedades se refería el alcalde, las medidas adoptadas se centraron en la construcción de una poza independiente, donde se lavasen las ropas de las personas infectadas, dando cuenta al ayuntamiento de esta decisión para que se fabricara dicha poza, y facultando al alcalde para imponer multas a quienes no cumplieran estas disposiciones[89]. Como puede apreciarse, esta medida de salvaguarda no se había dispuesto durante el desarrollo de la epidemia de gripe en el municipio -ya lo había manifestado el alcalde-, porque en tal caso no sería necesaria la construcción del lavadero exclusivo para las familias con enfermos infectocontagiosos.
Por otra parte, con respecto al proyectado nuevo cementerio, las indagaciones realizadas entre vecinos de la localidad, inclinan a pensar que todo quedó en una posibilidad, y que no se llevó a la práctica este acuerdo, por razones desconocidas -por oposición del propietario, al parecer el alcalde anterior; por ser un gasto excesivo para el municipio; por la ubicación elegida, las Huertas, posiblemente más productiva, con las consecuencias psicológicas que pudieran derivarse...-. Lo que sí se hizo, en aquellos años o más adelante, fue ampliar el cementerio en la reducida medida que el espacio permitía[90]. En cualquier caso, la indicación de que el cementerio “habia quedado eshausto de sepulturas”, refrendará la intensidad y violencia mortal desencadenada en el municipio por la epidemia de gripe de 1918, constatada, además, por el número de víctimas que causó.
Una de las sorpresas que ha sido posible atestiguar, aunque no fue cumplida por todos los organismos competentes de la zona suroccidental soriana, tiene que ver con el cierre de los libros del Registro Civil de los juzgados. Efectivamente, una R.O. circular de la Dirección de los Registros y del Notariado, de fecha 10 de diciembre de 1918 (Gaceta del día 18), disponía que el 31 de diciembre de este año los libros impresos quedaran cerrados y se abrieran otros nuevos en blanco, medida que pasó de puntillas ante otros temas y decisiones más importantes y de mayor calado[91]. Esta normativa también tuvo su reflejo en los libros de partidas sacramentales de la Iglesia católica, que también se clausuraron en 31 de diciembre de 1918, modificando así el Código de derecho canónico[92]. ¿Había que olvidar tantos muertos causados por la epidemia de gripe?
1. Contrato con el farmacéutico Pedro Cuesta Muñoz, Valdanzo, 15 de febrero de 1917/Miño de San Esteban, 1 de marzo de 1917[93] |
“Copia del contrato del Sr. Farmacéutico de 1917 En la Villa de Valdanzo a 15 de febrero de 1917: Reunidos los Señores que firman Vecinos de la Villa, Miño de San Esteban, Fuentecambrón y Valdanzuelo de una parte en concepto de Comisión autorizada para contratar en nombre de los Vecinos de cada pueblo hasta tanto autorizen los mismos la presente, y de la otra el Sr. Farmacéutico Don Pedro Cuesta Muñoz, con objeto de contratar el servicio de farmacia el segundo con los primeros, y despues de una breve discusión en el asunto, se convinieron en las condiciones siguientes 1ª La farmacia quedará instala [sic] en el pueblo de Valdanzo como lo esta hasta la fecha, estando al frente de la misma Don Pedro Cuesta Muñoz y en sus ausencias quedara una persona practica para el despacho de recetas 2ª Que este contrato dará principio en el dia de la fecha y terminara el treinta de Septiembre de mil novecientos veintidós[94] 3ª El Sr. Farmaceutico se compromete y obliga a facilitar a los firmantes y sus familias los medicamentos que establecen las farmacopeas y petitorias vigentes siempre que sean prescriptos por personal legalmente autorizado 4ª El expresado Sr. Farmaceutico no podra percibir mayor cantidad por el concepto de beneficencia Titular que los siguientes; El pueblo de Valdanzo ciento veinticinco pesetas, Miño San Esteban ciento diez pesetas y Fuentecambrón, cuarenta pesetas entendiendose que si por cualquier concepto o disposición hubiera que aumentar al Sr Farmaceutico dicha titular se descontara proporcionalmente de las igualas del grano que se expresaran 5ª Que en recompensa de los medicamentos que facilite el Sr. Cuesta a los firmantes y sus familias consignados en la farmacopea y petitorias vigentes que establece la condición tercera el pueblo de Valdanzo satisfará ciento setenta y seis fanegas de trigo puro de buena especie y seco, Miño de San Esteban sesenta y cuatro fanegas de trigo de igual especie y condición, Valdanzuelo veinticuatro fagas de igual especie y los vecinos de Fuentecambrón pagara cada vecino a seis celemines de trigo de igual especie y seco; entendiendose que desde la fecha de esta escritura hasta el treinta de Septiembre proximo venidero percibira solo y exclusivamente la cantidad que en concepto de prorrata le corresponda y desde dicha fecha en adelante por años vencidos entendiendose la prorrata de la Cantidad que dicho profesor ganaba según contrato otorgado en trece de febrero de mil novecientos diez y seis puesto que las igualas y titular de veneficencia es menor cantidad que la consignada en esta escritura de contrato es decir hasta el quince de febrero del año actual se cobrara por la escritura antes dicha y desde esta fecha al treinta de Septiembre próximo venidero a prorrata de esta escritura 6ª Que si alguna persona o familia de los firmantes viniera a pasar alguna temporada con los mismos y cayesen enfermos el Sr. Farmaceutico bendra obligado a dar los medicamentos que expresa la condición tercera gratuitamente, así como los hijos de los vecinos que se hallan ausentes que estos se entendera solamente una familia y si fuera casados estos entraran a prorrata en el salario estipulado a favor de los demas vecinos 7ª Que los medicamentos que necesiten los firmantes o sus familias y no esten incluidos en los que expresa la condición tercera, seran valorados con arreglo a la tarifa minima de Beneficencia 8ª Que si alguna de las partes contratantes no les conviniera continuar con esta escritura, al finalizar el mismo vendra obligado a manifestarlo a la otra parte con tres meses de anticipación. 9ª Que la que se refiere al salario de granos los ayuntamientos de los pueblos expresados se comprometen a cobrar al Sr. Farmaceutico dicho salario y ponerlo en su domicilio y con respecto a la titular se entiende que cada uno de los ayuntamientos otorgara contrato particular de las cantidades ante dichas con arreglo a las disposiciones del mes de octubre de mil novecientos cinco y 10ª Que si alguna de las partes no cúmpliese las condiciones estipuladas en esta escritura bendra obligado a satisfacer a la otra parte quinientas pesetas en perjuicios (concepto de) si otra cosa no prueba en contrario 11ª Que ambas partes dan a este contrato toda la fuerza y balor cual si fuese escritura publica la cual no se hace ante notario por carecer de ello en esta localidad Bajo cuyas condiciones se comprometen a su cumplimiento ambas partes y de ser así lo firman en Valdanzo fecha ut supra. Vale lo enmendado Vecinos.= Comisión de Valdanzo.= Matias de Pablo El Farmaceutico Pedro Cuesta Muñoz Rubricado, siguen las firmas.= Siguen las firmas del contrato del farmaceutico de los vecinos de Miño de San Esteban.= En Miño de San Esteban a primero de marzo de mil novecientos diez y siete. Los abajo firmantes vecinos del expresado pueblo, de conformidad con D Pedro Cuesta Muñoz, farmacéutico de la Villa de Valdanzo y a quien se refiere la escritura que antecede, acordaron la rectificación de las cláusulas que contiene la misma en la forma siguiente.= La Cláusula 4ª queda redactada en lo siguiente. El pueblo de Miño y en su nombre el Ayuntamiento, satisfará a D Pedro Cuesta Muñoz, la cantidad anual, de setenta y cinco pesetas por el concepto de titular o Beneficencia en cada año de los que dure este Contrato= La Clausula 5ª queda redactada con la condición de abonarse anualmente al D. Pedro Cuesta y por cada Vecino de Miño la cantidad de siete Celemines de trigo, y tres cuartillos de igual especie por res o caballería que posean al hacerse el reparto de cada año El Contrato= Quedan sin efecto las cláusulas 9ª y 10ª del contrato anterior y en vigor todas las restantes”. |
2. Sesión de la Junta de Sanidad de Fuentecambrón, de 13 de mayo de 1917[95] |
“Acta de Constitución de la Junta de Sanidad. En Fuentecambron á trece de mayo de mil novecientos diez y siete previa convocatoria al efecto se reunieron en la sala de sesiones de la casa consistorial los señores que al margen se espresan bajo la presidencia del señor alcalde D. Andres Onrubia Rincón; por quien se ordenó al secretario diera lectura a la circular del Sr. Gobernador Civil de la provincia inserta en el B.O. correspondiente al dia 16 del pasado mes de marzo que trata de la Constitución de la Junta de Sanidad. Verificada dicha lectura se procedio á constituir la Junta de Sanidad de este distrito en la forma siguiente. Presidente D. Andres Onrubia Rincón - Alcalde - Secretario D. Fernando Alfonso y Pintado - Médico Titular Vocales natos D. Santiago Ransanz Antona - Secretario del Ayuntamiento. D. Pedro Cuesta Muñoz - Farmacéutico. D. Francisco Onrubia Rincón - Profesor Veterinario. D. Evaristo Garcia Hinojar D. Cecilio Crespo Sotillos- ganaderos.- Despues de constituido la junta en la forma que antes queda anotado se limito a tomar los siguientes acuerdos: 1.º Alejar del casco de la poblacion los estercoleros, proceder al barrido de las Calles previo riego; esta medida se entenderá á que cada vecino limpie lo que ocupe la fachada de sus casas, dicho barrido se hará en los meses de Enero á mayo inclusive antes de las ocho de la mañana y en los meses restantes antes de las siete de la misma. Proceder periodicamente, por lo menos tres veces al año a la limpieza de la fuente y lavaderos públicos en épocas que serán en los meses de Mayo, Julio y Septiembre. A su vez se prohibirá terminantemente el sacudido de ropas, arrojar aguas u otros escrementos por las ventanas y valcones en los meses de enero a mayo despues de las nueve de la mañana y en los restantes despues de las siete esto en cuanto al sacudido de ropas; que lo que se refiere al ultimo extremo queda terminantemente prohibido.- En épocas que se designarán se procederá á la vacunacion y revacunacion; se cuidará a su vez de proceder al lavado de las ropas pertenecientes a enfermos en sitios distantes de los lavaderos ordinarios. Los contraventores de estos acuerdos seran corregidos ó castigados con las multas consiguientes= Con lo cual y no teniendo otros asuntos de que tratar acordaron expedir las oportunas certificaciones al Sr. Gobernador Civil de la provincia y al Ayuntamiento dandose por terminado esta acto [sic] que firman los señores asistentes, de que Certifico” (firmas de Andrés Onrubia, Santiago Ransanz, Evaristo García, Cecilio Crespo y Fernando Alfonso). |
3. Sesión ordinaria del Ayuntamiento de Fuentecambrón, de 3 de noviembre de 1918[96] |
“En Fuentecambron a tres de noviembre de mil novecientos dieciocho. Se reunieron en la sala de sesiones de la Casa Consistorial los señores Concejales que al margen se espresan bajo la presidencia del señor alcalde D. Francisco Onrubia Crespo por quien se declaró abierta la sesión. Acto seguido dio la enhorabuena á los señores Concejales y Secretario de la corporacion por la suerte de haber salido ilesos de la epidemia que tuvo invadido á este pueblo por espacio de veinticinco dias sin que la corporacion haya podido celebrar sus sesiones por dicha causa desde el seis del pasado octubre hasta la fecha. Inmediatamente ordenó el Sr. Presidente al Secretario la lectura de varias circulares recibidas durante el tiempo de la epidemia que no pudieron darse cumplimiento en su tiempo, entre las que aparecen varias de la admon. de Hacienda referente á la confeccion de Repartimientos de Rustica - Padron de edificios y solares Padron de Cedulas personales y matriculas industriales etc. etc. acordandonse por la corporacion que por el Secretario se proceda a la confeccion de referidos documentos á fin de que tengan entrada en las oficinas respectivas en la fecha que se ordena. Y no teniendo otros asuntos de que tratar se levanto la sesion de la que se estendio la presente acta que firman los señores asistentes que saben y de que Cefº” (firmas de Francisco Onrubia, Andrés Onrubia, Andrés Crespo y el secretario, Santiago Ransanz). |
4. Sesión de la Junta municipal de Asociados de Fuentecambrón, de 2 de diciembre de 1918[97] |
“En Fuentecambron á dos de Diciembre de mil novecientos dieciocho Siendo la hora señalada en la Cédula Citatoria circulada al efecto se reunieron en la sala de sesiones de la Casa Consistorial los señores Concejales y vocales de la Junta municipal que al margen se espresan bajo la presidencia del señor Alcalde D. Francisco Onrubia Crespo por quien se declaró abierta la sesion, y manifestó á los señores de la reunion que la misma tenia por objeto darles cuenta de que el municipio se encuentra sin titular de medicina y farmacia la primera, por renuncia del Médico y la segunda por fallecimiento del farmaceutico; y como quiera que no puede consentirse estar sin proveer dichas titulares las que en el dia de hoy; se harán con caracter interino hasta tanto se provea el partido de médico y boticario definitivamente. Enterados los señores de la reunion de lo manifestado por el señor Presidente se acordó que se nombra medico titular á D. Pablo Francº. Anton Médico titular de Piquera y farmaceutico á Don Sinforiano Abad de San Esteban de Gormaz a los cuales se les comunicara su nombramiento con carácter interinos. Y sin mas asuntos de que tratar se levantó la sesion de la que se estendio la presente acta que firman los señores asistentes que saben de que Certifico.” (firmas de Francisco Onrubia, Andrés Onrubia, Andrés Crespo, Plácido Crespo, Mariano Barrio, Segundo Vicente y el secretario Santiago Ransanz). |
5. Cierre del Libro de Nacimientos del Registro Civil de Fuentecambrón, de 31 de diciembre de 1918[98] |
“Diligencia de Cierre. En cumplimiento a la Real Orden Circular de la Direccion General de los Registros y del Notariado de fecha 10 del actual, queda cerrado este libro quedando inutilizadas todas las partidas sucesivas por su sustitutivo de otro que se llebará estensivo en Blanco como sistema. Y para que conste se estiende la presente diligencia que autoriza el juez y secretario en Fuentecambron á treinta y uno de Diciembre de mil novecientos dieciocho de que certificamos El Secretario Santiago Ranzanz”. |
6. Sesión de la Junta de Sanidad de Fuentecambrón, de 15 de junio de 1919[99] |
“En Fuentecambron á quince de junio de mil novecientos diecinueve; Previa convocatoria al efecto se reunieron en la sala de sesiones de la Casa Consistorial de sesiones D. Santiago Ransanz Antona D. Pedro Peña Muñoz y D. Cecilio Crespo Sotillos como vocales titulares de la Junta de Sanidad y D. Leoncio Ramon Fernandez Garcia Médico titular en Calidad de Secretario de la misma; todos bajo la presidencia del señor alcalde D. Francisco Onrubia Crespo por quien se declaró abierta la sesion y manifesto á los señores de la reunion que la misma tenia por objeto como ya tenían noticia por la Cedula citatoria darles cuenta de que por el señor Cura párroco se habia dado cuenta de que el Cementerio católico habia quedado eshausto de sepulturas y por tanto era necesario la construcción de un nuevo Cementerio, guardando en su construcción las reglas que determina la vigente Ley de Sanidad para estos casos. Enterados los señores de la Junta de lo manifestado por el señor presidente acordaron suspender por media hora la sesión para proceder al reconocimiento de los terrenos de las inmediaciones al casco y radio de la poblacion y poder hacer las correspondientes escabaciones y abrir algunas fosas para apreciar que sitio era el mas adecuado para ser el elegido.- Reanudada la sesion se acordó que de las escabaciones llevadas á cabo resultó que el terreno mas adecuado para la construccion del nuevo Cementerio lo es una finca que posee D. Andres Onrubia de esta localidad la que se encuentra á la region y distancia que la Ley determina y en la que han ofrecido resultados positivos las escabaciones; dicha finca se encuentra en el parage denominado las Huertas de cavida unos cinco Celemines que linda por el Este en otra de D. Dionisio Rincon. los demas linderos Liegos; que de dicha finca pueden tomarse unos quinientos metros cuadrados dentro de cuyo circuito se construirá el nuevo Cementerio Católico, con su correspondiente depósito y un Cementerio Civil. Que se de cuenta de esta designación al dueño de la finca para si está dispuesto á Cederla previa indemnizacion que convenga con el Ayuntamiento; dandose cuenta de este acuerdo para la autorización necesaria al Escmo Señor Ministro de la Gobernacion al Sr Inspector provincial de Sanidad.- - Seguidamente se dio cuenta á los individuos de la junta por el señor presidente; de que se le han transmitido noticias que esisten varios enfermos en esta localidad cuyas enfermedades se las considera contagiosas y con el fin de [e]vitarlo era conveniente tomar los correspondientes acuerdos que fueron los siguientes: 1.º Que se haga público por medio de bandos para que todas las ropas de los individuos que en la actualidad se encuentran enfermos asi como las de los que despues puedan estarlo, no sean lavadas en los lavaderos públicos sinó que se establezca una poza independiente para que en la misma puedan ser lavadas dichas ropas. Que se dé cuenta de este acuerdo al Ayuntamiento para que por el mismo se lleve á la ejecucion este acuerdo y se construya la citada poza quedando al arbitrio del señor alcalde presidente la imposición de las multas correspondientes á los infractores de estas disposiciones.= Y no teniendo otros asuntos de que tratar se levantó la sesion de la que se estendió la presente acta que firman los señores asistentes de que Cefº.-” (firmas de Francisco Onrubia, el párroco Lorenzo Sanz, Pedro Peña, Cecilio Crespo, Santiago Ransanz, Leoncio Ramón Fernández García). |
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA |
- ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SORIA, Actas de sesiones de la Comisión provincial de la Diputación de Soria de 1917, de 5 de enero a 28 de diciembre de 1917. - -, Actas de sesiones de la Comisión provincial de la Diputación de Soria de 1918, de 3 de enero a 27 de diciembre de 1918. - -, Actas de sesiones de la Diputación Provincial de Soria, de 1 de mayo de 1915 a 17 de octubre de 1917. - -, Actas de sesiones de la Diputación Provincial de Soria, de 1 de mayo de 1918 a 15 de octubre de 1920. - -, Boletín Oficial de la Provincia de Soria, años 1886, 1918 y 1919. - ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE INES, Libro de Actas de sesiones del Ayuntamiento de Ines, de 23 de junio de 1918 a 17 de julio de 1921. - ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE MORCUERA, Libro Registro de Comunicaciones del Ayuntamiento de Morcuera, de 1 de enero de 1916 a 1 de septiembre de 1925. - ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE REJAS DE SAN ESTEBAN, Boletín Oficial de la Provincia de Soria, años 1917, 1918 y 1919. - ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE SOTO DE SAN ESTEBAN, Libro de Actas de sesiones del Ayuntamiento de Soto de San Esteban, de 4 de agosto de 1918 a 16 de enero de 1921. - ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE VILLÁLVARO, Libro Registro de Salidas de Documentos de Villálvaro, de 25 de mayo de 1915 a 18 de mayo de 1924. - ARCHIVO DEL JUZGADO DE PAZ DE CASTILLEJO DE ROBLEDO, Libros de Actas de Defunciones del Registro Civil de Castillejo de Robledo, tomo 9, de 10 de diciembre de 1907 a 8 de julio de 1915; 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[1] Para profundizar sobre esta enfermedad y sus secuelas epidémicas, vd., entre otros, ECHEVERRI DÁVILA, B. (1993), La Gripe Española. La pandemia de 1918-19, Madrid; PORRAS GALLO, M.I. (1997), Un reto para la sociedad madrileña: la epidemia de gripe de 1918-1919, Madrid; BRETÁN MOYA, J.L. (2006), Historia de las epidemias en España y sus colonias (1348-1919), Madrid, pp. 163-174.
[2] GARCÍA PALOMAR, F. (2002), “Epidemia de gripe en la provincia de Soria y en Langa de Duero (octubre-noviembre de 1918)”, en Revista de Soria IIª época nº 39, Soria, pp. 49-63; GARCÍA PALOMAR, F. (2003a), “Epidemia de gripe en San Esteban de Gormaz durante 1918”, en Celtiberia nº 97, Soria, pp. 373-420; y GARCÍA PALOMAR, F. (2003b), “Epidemia de gripe en Piquera de San Esteban durante el mes de octubre de 1918”, en Revista de Soria IIª época nº 43, Soria, pp. 75-89. Posteriormente, la pandemia quedó reflejada en otras investigaciones, entre las que cabe reseñar GARCÍA SEGURA, M.C. (2005), Historia de la Diputación Provincial de Soria. III. Siglo XX. Años 1902-2005, Soria, pp. 86-87; GÓMEZ BARRERA, J.A. (2006), El Ateneo de Soria. Medio siglo de cultura y reivindicación social (1883-1936), Soria, p. 83; ROMERO SALVADOR, C. (2008), Soria. Crónica contemporánea, Soria, p. 212.
[3] Quiero reiterar mi agradecimiento a todas las personas que, con su generosidad y dedicación, han colaborado en la recogida de información en los diferentes Archivos consultados o han tenido la gentileza de contrastar su opinión profesional acerca del tema de la epidemia de gripe de 1918, ya mencionados en anteriores publicaciones, debiendo hacer, en esta ocasión, una mención especial para Inés Rodríguez Gómez y Luis Mariano Sotillos García, respectivamente secretaria y alcalde de Fuentecambrón en su momento, como representantes de todos ellos.
[4] Vd. GARCÍA PALOMAR (2003a), pp. 374-375.
[5] Las cifras proceden de SÁNCHEZ JIMÉNEZ, J. (1984), “La población, el campo y las ciudades”, en J.L. GARCÍA DELGADO, J. SÁNCHEZ JIMÉNEZ y M. TUÑÓN DE LARA, Los comienzos del siglo XX. La población, la economía, la sociedad (1898-1931), Madrid, p. 195; vd. en p. 194 el expresivo gráfico de fallecidos por enfermedades infecciosas entre 1900 y 1931, en el que ahora interesa el indicador relativo a la gripe.
[6] Cfr. ARCHIVO DEL JUZGADO DE PAZ DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ, Libros de Actas de Defunciones del Registro Civil de San Esteban de Gormaz, tomo 30, de 30 de junio de 1913 a 21 de mayo de 1916; tomo 31, de 22 de mayo de 1916 a 30 de diciembre de 1918; tomo 32, de 3 de enero de 1919 a 20 de abril de 1921; tomo 33, de 5 de mayo de 1921 a 1 de mayo de 1931.
[7] SÁNCHEZ JIMÉNEZ, p. 198.
[8] SÁNCHEZ JIMÉNEZ, p. 198.
[9] Vd. SÁNCHEZ JIMÉNEZ, p. 195, a partir de los datos del INE; sobre ellos he elaborado el porcentaje.
[10] Respectivamente, SÁNCHEZ JIMÉNEZ, p. 197, que sirve de referente en este apartado; y LOSADA, J.C. (2003), “La Gripe Española”, en La Aventura de la Historia nº 56, Madrid, p. 36.
[11] LOSADA, p. 36.
[12] Gracias a los progresos tecnológicos de los últimos tiempos ha sido posible estudiar el virus que provocó la pandemia de 1918, a partir de cadáveres de víctimas enterradas en estado de congelación, vd., como ejemplo, TRISTÁN, R.M. (2005), “Un investigador español reconstruye el virus de la mortífera gripe de 1918”, en El Mundo, jueves, 6 de octubre, p. 33.
[13] Vd. MARTÍNEZ CUADRADO, M. (1980), La burguesía conservadora (1874-1931), Madrid, p. 84 (Gráfico nº 1).
[14] Según J. Díez Nicolás, vd. ROBLEDO HERNÁNDEZ, R. (1986), “Población”, en VV.AA., Tiempo de reto y esperanza (Siglo XX), Valladolid, p. 58.
[15] Datos tomados de CÓRDOBA LARGO, A. (1983), La despoblación en Soria: Sus causas y efectos, Almazán, p. 43; los de Castilla y León corresponden a CALDERÓN CALDERÓN, B. (1987), “Evolución de la población 1900-1981”, en B. CALDERÓN CALDERÓN, P. CABALLERO FERNÁNDEZ-RUFETE y J.M. DELGADO URRECHO, Geografía de Castilla y León. 2 La población, Valladolid, p. 13.
[16] Vd. los datos de población de San Esteban de Gormaz en GARCÍA PALOMAR (2003a), pp. 413-415; con respecto a la epidemia de sarampión, cfr. GARCÍA PALOMAR, F. (2006), “Epidemia de sarampión en San Esteban de Gormaz (1915)”, en Celtiberia nº 100, Soria, pp. 333 y ss.
[17] ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SORIA, Boletín Oficial de la Provincia de Soria de 1918, nº 144, de 2 de diciembre, p. 1, Circular del gobernador civil nº 291, de 30 de noviembre (en adelante ADPS, BOPS).
[18] Datos tomados del ADPS, BOPS, años 1918 y 1919; abarcan el periodo que va del nº 7 de 1918 (fechado el 16 de enero) hasta el nº 151 de 1919 (con fecha de 17 de diciembre); elaboración propia.
[19] Vd. nota anterior.
[20] Vd. cuadro de datos de incidencia de la epidemia de cólera en la provincia de Soria en ADPS, BOPS de 1886, nº 75, de 23 de junio, p. 4. Un acercamiento al desarrollo de la epidemia en esta provincia y, especialmente, en San Esteban de Gormaz en GARCÍA PALOMAR, F. (2000), “San Esteban de Gormaz. Epidemia de cólera de 1885”, en VV.AA., Casos y Cosas de Soria, II, Madrid, pp. 226-238, donde se han constatado más muertos que los indicados en la fuente oficial, Boletín Oficial de la Provincia de Soria, circunstancia que podría, quizá, generalizarse a otras poblaciones y a otras epidemias.
[21] La actuación desde el Gobierno Civil de Soria puede seguirse con cierto detalle en GARCÍA PALOMAR (2002), pp. 52-55, y especialmente en GARCÍA PALOMAR (2003a), pp. 389-401, basándose en las circulares publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia de Soria de 1918, que aquí se ofrece a grandes rasgos; vd. también, GARCÍA PALOMAR (2003b), pp. 79-82.
[22] ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE REJAS DE SAN ESTEBAN, Boletín Oficial de la Provincia de Soria, año 1918, nº 67, de 5 de junio, p. 1, Circular del gobernador civil nº 113, de 4 de junio (en adelante, ARSE, BOPS de 1918).
[23] Según figura en ARSE, BOPS de 1918, nº 129, de 28 de octubre, pp. 1-2, Circular del gobernador civil nº 267, de 27 de octubre; en Morcuera y en Villálvaro ha quedado constancia de la utilización de este modelo, cfr. respectivamente ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE MORCUERA, Libro Registro de Comunicaciones del Ayuntamiento de Morcuera, de 1 de enero de 1916 a 1 de septiembre de 1925, nº 158, de 2 de noviembre; ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE VILLÁLVARO, Libro Registro de Salidas de Documentos de Villálvaro, de 25 de mayo de 1915 a 18 de mayo de 1924, nº 104-129, Sanidad. Gobernador Civil, de 16 de octubre a 26 de noviembre de 1918.
[24] LOSADA, p. 42, resaltaba la pusilanimidad de autoridades y Juntas provinciales de Sanidad para afrontar más eficazmente la lucha contra la epidemia de gripe. Unas cuantas Juntas provinciales, autónomas en sus funciones, se atrevieron a declarar oficialmente la situación de epidemia, siendo la de Valladolid, el 27 de septiembre, la primera que lo hizo, con lo cual se adoptaron medidas excepcionales, similares a las que se indican para la provincia de Soria.
[25] ADPS, BOPS de 1918, nº 122, de 11 de octubre, pp. 1-2, Real Orden del Ministerio de la Gobernación, Gaceta de 5 de octubre. El gobierno de España, formado el 21 de marzo de 1918 y presidido por Antonio Maura Montaner, además de García Prieto en Gobernación, estaba compuesto por Augusto González Besada en Hacienda; Eduardo Dato Iradier en Estado; Álvaro de Figueroa Torres, conde de Romanones, en Gracia y Justicia (luego el propio Maura); Santiago Alba Bonifaz en Instrucción Pública (después el conde de Romanones); Francisco Cambó Batlle en Fomento; José Marina Vega en Guerra; José Pidal Rebollo en Marina (sustituido por Augusto Miranda Godoy); y Juan Ventosa Calvell en Abastecimientos, vd. ULLOA CISNEROS, L., CAMPS CAZORLA, E., CAMP LLOPIS, F. y REVENTÓS BORDOY, M. (1983), La Casa de Borbón (Siglos XVIII a XX), Historia de España V, Bilbao, p. 477.
[26] ARSE, BOPS de 1918, nº 124, de 16 de octubre, p. 3, Circular de la Diputación provincial de Soria, de 16 de octubre. La Comisión provincial, para el periodo 1918-1919, que gestionaría el día a día durante la epidemia de gripe en la provincia, estaba integrada por Telesforo Tovar (Soria) como vicepresidente, Joaquín Iglesias (Ágreda), José Rodrigo (Almazán), Severino Giménez (El Burgo de Osma) y Mariano Medina (Medinaceli), habiendo sido nombrada a comienzos de mayo de 1918, cfr. ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SORIA, Actas de sesiones de la Diputación Provincial de Soria, de 1 de mayo de 1918 a 15 de octubre de 1920, sesión de 1 de mayo de 1918. La Comisión provincial de Diputación, renovada anualmente, estaba formada por un diputado de cada distrito electoral (Ágreda, Almazán, El Burgo de Osma, Medinaceli y Soria), siendo el organismo encargado de gestionar la institución en los periodos en que el pleno no se reunía; habitualmente había dos periodos de sesiones plenarias ordinarias en Diputación, en mayo y en octubre, pudiendo el gobernador civil convocarla cuando lo considerase oportuno, como presidente nato de dicha corporación.
[27] ARSE, BOPS de 1918, nº 129, de 28 de octubre, p. 1, Circular del gobernador civil nº 266, de 26 de octubre; de ello también se hizo eco la prensa, vd. NOTICIERO DE SORIA (= NS), nº 3193, Soria, martes, 29 de octubre de 1918, p. 3.
[28] Como se indica en el recuadro, la información procede de los distintos periódicos referenciados, obtenida del Gobierno civil de la provincia. Por estas fechas se publicaban 4 periódicos en la ciudad de Soria; de ellos, tres eran bisemanales (El Avisador Numantino, miércoles y sábado; El Porvenir Castellano, lunes y jueves; y Noticiero de Soria, martes y viernes) y el cuarto, La Idea, era semanal. No siempre ha sido posible aprovechar los datos contenidos en ellos, bien porque no aparecen detallados, bien por no estar actualizados, repitiendo cifras de días anteriores. A veces se indica que no todas las muertes se debían a la epidemia gripal (?).
[29] La cifra de invasiones procede de EL AVISADOR NUMANTINO (= AN), La epidemia, nº 3840, Soria, sábado, 19 de octubre de 1918, p. 2.
[30] El texto dice literalmente “doscientas cuarenta y dos mil defunciones”.
[31] Evidentemente, este dato, o el del día 22 de octubre, no era correcto.
[32] La fuente indica 250, aunque la suma total asciende a 253; la cifra siguiente, de 22 de noviembre, tampoco debía ajustarse a la realidad.
[33] En estas fechas se creía que la gripe era provocada por el “bacilo de Pfeiffer” (“bacillus haemophilus influenzae”), descubierto en 1892 por Richard Friedrich J. Pfeiffer, médico y bacteriólogo alemán (1858-1945), por lo que, al no ser detectado frecuentemente en los análisis de laboratorio realizados, la incertidumbre sobre la enfermedad y su tratamiento eran completos. Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron fehacientemente que no hay un solo tipo de gripe y que este bacilo en concreto estuvo ausente de la epidemia de 1918, siendo aislado el virus causante en 1933 por los doctores Smith, Andrewes y Laidlaw en un laboratorio de Londres, cfr. PORRAS GALLO, p. 105 y ECHEVERRI DÁVILA, p. 34. Son varios los virus que provocan la gripe, como anteriormente se ha señalado, mutando con frecuencia su composición. Una visión general de los progresos realizados en el control de las enfermedades infectocontagiosas durante el siglo XX en WARE, C.F., PANIKKAR, K.M. y ROMEIN, J.M. (1981), Historia de la Humanidad. El siglo veinte I, Barcelona, pp. 545 y ss.
[34] El 1 de noviembre el Ministerio de Gobernación convocaba a almacenistas, representantes o agentes a presentar ofertas de sueros, medicamentos y desinfectantes indispensables para el tratamiento de la gripe, según el criterio de la Real Academia de Medicina, cfr. ARSE, BOPS de 1918, nº 133, de 6 de noviembre, p. 1, Real Orden del Ministerio de la Gobernación de 1 de noviembre (Gaceta de 2 de noviembre). Por otra parte, el 9 de noviembre de 1918 el gobierno Maura fue sustituido por el presidido por Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas, que apenas durará un mes, hasta el 5 de diciembre; estaba integrado por Luis Silvela Casado en Gobernación; Santiago Alba Bonifaz en Hacienda; Álvaro de Figueroa Torres, conde de Romanones, en Estado; José Roig Bergadá en Gracia y Justicia; Julio Burell Cuéllar en Instrucción Pública; el propio presidente García Prieto se reservó la cartera de Fomento; Dámaso Berenguer Fusté en Guerra; José María Chacón en Marina; y Pablo Garnica Echeverría en Abastecimientos, vd. ULLOA CISNEROS, CAMPS CAZORLA, CAMP LLOPIS y REVENTÓS BORDOY, p. 477.
[35] Citado por SÁNCHEZ JIMÉNEZ, p. 198.
[36] Cfr. AN, Ultima hora, nº 3799, Soria, miércoles, 29 de mayo de 1918, p. 3; NS, Noticias, nº 3150, Soria, viernes, 31 de mayo de 1918, p. 3.
[37] Vd. Manuel Esteras y otros, “A los pueblos epidemiados”, en AN nº 3853, Soria, miércoles, 4 de diciembre de 1918, p. 2; al periódico republicano La Idea no le pareció muy adecuado, cfr. entrefilete y “Las subsistencias, y la epidemia”, ambos en el nº 50, Soria, domingo, 8 de diciembre de 1918, p. 3. Entre los municipios que colaboraron en esta colecta ha sido posible certificar el de San Esteban de Gormaz: “Dispuso contribuir con diez pesetas este Ayuntamiento para adquirir un bastón de mando para el Sr. Gobernador Civil como premio por la gran labor hecha con motivo de la epidemia gripal”, vd. ARCHIVO MUNICIPAL DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ, Libro de Actas de sesiones del Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz, de 21 de febrero de 1917 a 26 de noviembre de 1919, sesión de 11 de diciembre de 1918; también el de Soto de San Esteban participó en este regalo, según decidió su corporación: “Seguidamente se acordó suscribirse este Municipio con Dos pesetas cincuenta céntimos para la adquisición de que se trata por la provincia de un bastón para donarsele al Sr. Gobernador civil de la misma como mérito por su campaña como autoridad durante la enfermedad de la Gripe cuya cantidad se satisfará del capítulo de imprevistos”, cfr. ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE SOTO DE SAN ESTEBAN, Libro de Actas de sesiones del Ayuntamiento de Soto de San Esteban, de 4 de agosto de 1918 a 16 de enero de 1921, sesión de 19 de enero de 1919; e, incluso, Ines, donde el alcalde “dió cuenta que iniciada una suscripción para regalar por todos los Ayuntamientos de la provincia, que quieran contribuir a ello, un bastón de mando al digno Gobernador de esta provincia D. José Garcia Plaza que tan brillante campaña sanitaria ha hecho con motivo de la epidemia que tantos estragos ha causado, Manifesto habia firmado el adjunto boletin de adhesion mandando para dicho fin dos pesetas con cargo al presupuesto municipal, la Corporación se acogió a la buena idea del Presidente y aprobaron en el acto el donativo hecho con tal fin”, vd. ARCHIVO DEL EXMUNICIPIO DE INES, Libro de Actas de sesiones del Ayuntamiento de Ines, de 23 de junio de 1918 a 17 de julio de 1921, sesión de 15 de diciembre de 1918. También la Diputación provincial, en sesión extraordinaria de finales de diciembre, aprobó, “por unanimidad, solicitar la Cruz de Beneficencia para el gobernador civil señor García Plaza por sus meritísimos trabajos durante la pasada epidemia en esta provincia”, idea que aplaudiría el diario NS, nº 3211, Soria, martes, 31 de diciembre de 1918, p. 3.
[38] ARSE, Boletín Oficial de la Provincia de Soria de 1917 (= ARSE, BOPS de 1917), nº 50, de 25 de abril, p. 4, Administración de Contribuciones de la Provincia; el segundo apellido del herrero, Froilán García, debe ser Sotillos, hermano de mi abuelo paterno Nicolás García Sotillos, ambos hijos del herrero de Atauta, Arsenio García Barrios.
[39] ARSE, BOPS de 1917, nº 151, de 17 de diciembre, p. 3, Juntas Municipales del Censo Electoral; y nº 155, de 26 de diciembre, p. 4, Circular de la Junta Provincial del Censo Electoral de Soria, de 22 de diciembre, respectivamente.
[40] ARSE, BOPS de 1917, nº 157, de 31 de diciembre, p. 3, Audiencia Territorial de Burgos.
[41] La convocatoria, los componentes de la mesa electoral y los resultados, respectivamente, en ARSE, BOPS de 1918, Extraordinario, de 12 de enero, Circular del gobernador civil nº 20, de 12 de enero; nº 9, de 21 de enero, p. 4, Junta Provincial del Censo Electoral; y nº 26, de 1 de marzo, p. 3, Junta Provincial del Censo Electoral de Soria. Juan Aragón Martínez fue propietario hasta mayo de 1918 del bisemanario provincial El Porvenir Castellano, dirigido por José María Palacio, vd. PALACIO, J.M., “Después de seis años”, en EL PORVENIR CASTELLANO (= PC) nº 612, Soria, jueves, 30 de mayo de 1918, p. 3.
[42] ARSE, BOPS de 1918, nº 47, de 19 de abril, p. 2, Audiencia Territorial de Burgos, de 4 de abril; nº 72, de 17 de junio, p. 2, Audiencia Territorial de Burgos, de 6 de junio; nº 78, de 1 de julio, p. 1, Audiencia Territorial de Burgos, de 21 de junio; y nº 120, de 7 de octubre, p. 4, Audiencia Territorial de Burgos, de 28 de septiembre, respectivamente.
[43] ARSE, BOPS de 1918, nº 145, de 4 de diciembre, p. 3, Audiencia Territorial de Burgos, de 25 de noviembre; y nº 148, de 11 de diciembre, p. 2, Audiencia Territorial de Burgos, de 28 de noviembre, respectivamente; tres de sus miembros coinciden con los del año precedente.
[44] La convocatoria de comicios municipales, las vacantes de concejales y la composición de la mesa electoral, respectivamente, en ARSE, BOPS de 1917, Extraordinario, de 21 de octubre, Circular del gobernador civil nº 214, de 21 de octubre; nº 128, de 24 de octubre, p. 2, Circular del gobernador civil nº 218; y nº 132, de 2 de noviembre, p. 1, Junta Provincial del Censo Electoral de Soria.
[45] ARSE, BOPS de 1917, nº 141, de 23 de noviembre, p. 2, Junta Provincial del Censo Electoral de Soria.
[46] ARCHIVO MUNICIPAL DE FUENTECAMBRÓN, Libro de Actas de sesiones del Ayuntamiento de Fuentecambrón (= AMF, LAAFuentecambrón), de 13 de agosto de 1916 a 8 de junio de 1919, sesiones de 1, 3 y 6 de enero de 1918.
[47] ARSE, BOPS de 1918, nº 71, de 14 de junio, p. 1, Circular del gobernador civil nº 132, de 11 de junio; y nº 132, de 4 de noviembre, p. 1, Circular del gobernador civil nº 276, de 4 de noviembre, respectivamente. En relación con el espinoso tema de las subsistencias en el último año de la I Guerra Mundial, vd. GARCÍA PALOMAR, F. (2008), “Las subsistencias en Soria (1918)”, en Celtiberia nº 102, Soria, pp. 183-256.
[48] NS, “Gobierno Civil. Sección de Cuentas”, nº 3159, Soria, 2 de julio de 1918, p. 2; se recibió días después, vd. NS, “Gobierno Civil. Sección de Cuentas”, nº 3162, Soria, 12 de julio de 1918, p. 2.
[49] ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SORIA, Actas de sesiones de la Comisión provincial de la Diputación de Soria de 1917 (= ADPS, ACPD de 1917), de 5 de enero a 28 de diciembre de 1917, sesión de 22 de diciembre, reproducido casi literalmente en ARSE, BOPS de 1917, nº 154, de 24 de diciembre, p. 3, Comisión Provincial de Soria, Secretaría, Negociado Elecciones, de 23 de diciembre, del que proceden las citas. La Comisión provincial de Diputación para el periodo 1917-1918 había quedado integrada por Hilario Sánchez (Soria), como vicepresidente, y por Alfonso de Velasco (Medinaceli), Dionisio Izquierdo (El Burgo de Osma), Isaac Ledesma (Almazán) y Eusebio Cacho (Ágreda) -quien renunció al cargo en octubre de 1917 al ser nombrado gobernador civil de Ávila-, cfr. ADPS, Actas de sesiones de la Diputación Provincial de Soria, de 1 de mayo de 1915 a 17 de octubre de 1917, sesión de 3 de mayo de 1917.
[50] ADPS, ACPD de 1917, sesión de 5 de diciembre.
[51] ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SORIA, Actas de sesiones de la Comisión provincial de la Diputación de Soria de 1918 (= ADPS, ACPD de 1918), de 3 de enero a 27 de diciembre de 1918, sesión de 23 de enero, reproducido en ARSE, BOPS de 1918, nº 110, de 13 de septiembre, p. 4, Extracto de los acuerdos de la Comisión provincial de Diputación en el mes de enero de 1918, sesión de 23 de enero.
[52] ARSE, BOPS de 1918, nº 71, de 14 de junio, p. 2, Real Orden del Ministerio de la Gobernación, de 28 de mayo. La Comisión provincial de Diputación se dio por enterada de esta Real Orden, resolviendo el recurso sobre las elecciones municipales celebradas en Fuentecambrón, un mes después, vd. ADPS, ACPD de 1918, sesión de 27 de junio; cfr. también ARSE, BOPS de 1919, nº 90, de 28 de julio, p. 3, Comisión Provincial de Soria, extracto de la sesión de 27 de junio de 1918, de 3 de julio de 1918.
[53] García Hinojar, adjunto propietario para la mesa de las elecciones a Cortes y al Senado a comienzos de 1918, nombrado fiscal municipal propietario para 1919 en Fuentecambrón, anunciaba la venta de ganado cabrío en la prensa provincial, vd. AN nº 3791, miércoles, 1 de mayo de 1918, p. 3.
[54] AMF, Libro de Actas de sesiones de la Junta de Sanidad de Fuentecambrón (= AMF, LAJSFuentecambrón), de 9 de junio de 1902 a 7 de julio de 1935, sesión de 13 de mayo de 1917; vd. APÉNDICE DOCUMENTAL nº 2. La orden gubernativa en ARSE, BOPS de 1917, nº 33, de 16 de marzo, p. 1, Circular del gobernador civil nº 63, de 15 de marzo.
[55] ARCHIVO MUNICIPAL DE MIÑO DE SAN ESTEBAN, Libro de Actas de sesiones del Ayuntamiento de Miño de San Esteban (= AMMSE, LAAMiño), de 4 de febrero de 1917 a 14 de agosto de 1921, sesión de 6 de enero de 1918 -fue confirmado en su cargo por la nueva corporación- y pleno de 6 de octubre de 1918 -se mencionaba que estaba enfermo, aunque no se indicaba cuál era la dolencia del médico-. En Miño de San Esteban la epidemia de gripe debió comenzar más tarde, si se tiene en cuenta que la primera muerte causada por esta enfermedad se produjo el 18 de octubre; en Fuentecambrón, en cambio, ya había provocado un fallecimiento el 26 de septiembre, al que sucederían otros.
[56] AMMSE, LAAMiño, de 4 de febrero de 1917 a 14 de agosto de 1921, sesión de 6 de octubre.
[57] Cfr. PASCUAL, Gabino, “Valdanzo”, en AN nº 3841, Soria, miércoles, 23 de octubre de 1918, p. 2; Gabino Pascual Andrés era el secretario municipal de Valdanzo, quejándose en esta comunicación al bisemanario soriano de la falta de información sobre la gravedad de la epidemia de gripe que se padecía en Valdanzo y Valdanzuelo.
[58] Cfr. F. de N., “De los pueblos. Muriel Viejo”, en AN nº 3847, Soria, miércoles, 13 de noviembre de 1918, p. 2.
[59] Aunque no se menciona a Cenegro, debe suponerse que, como agregado, estaría representado por Fuentecambrón; en cambio, sorprende que Valdanzuelo figure como entidad individual, separada de Valdanzo: “En la Villa de Valdanzo a 15 de febrero de 1917: Reunidos los Señores que firman Vecinos de la Villa, Miño de San Esteban, Fuentecambrón y Valdanzuelo de una parte en concepto de Comisión autorizada para contratar en nombre de los Vecinos de cada pueblo hasta tanto autorizen los mismos la presente, y de la otra el Sr. Farmacéutico Don Pedro Cuesta Muñoz, con objeto de contratar el servicio de farmacia el segundo con los primeros...”, cfr. AMMSE, Copia del contrato del Sr. Farmacéutico de 1917 (Carpeta de Contratos con Médicos y Veterinarios); este contrato con el farmacéutico Pedro Cuesta Muñoz sustituyó a otro, firmado el 13 de febrero de 1916, entre los mismos protagonistas; vd. APÉNDICE DOCUMENTAL nº 1.
[60] No se ha localizado el contrato particular que debieron realizar el ayuntamiento de Fuentecambrón y el farmacéutico Pedro Cuesta Muñoz. Con respecto al salario, desde el 15 de febrero al 30 de septiembre de 1917, se abonaría la cantidad proporcional a los 7 meses y medio.
[61] Vd. ARCHIVO DEL JUZGADO DE PAZ DE LANGA DE DUERO, Libro de Actas de Defunciones del Registro Civil de Valdanzo, tomo 13, de 27 de julio de 1917 a 15 de diciembre de 1918, nº 16.
[62] Respecto a la actuación de las autoridades provinciales ya se ha dejado constancia en una nota anterior.
[63] AMF, LAAFuentecambrón, de 13 de agosto de 1916 a 8 de junio de 1919, sesión de 3 de noviembre de 1918; cfr. APÉNDICE DOCUMENTAL nº 3. Aunque no se indicaba expresamente, como sucedió en Miño de San Esteban, donde todos los concejales y el secretario padecieron la gripe, puede suponerse que en Fuentecambrón debió suceder algo similar, porque murió un hijo del alcalde y, posiblemente, una hermana.
[64] AMF, Libro de Actas de sesiones de la Junta Municipal de Asociados de Fuentecambrón, de 6 de octubre de 1914 a 19 de junio de 1921, sesión de 2 de diciembre de 1918; como participantes en esta reunión, firmaron el alcalde, Francisco Onrubia Crespo; los concejales Andrés Onrubia Rincón y Andrés Crespo Rupérez; los vecinos Plácido Crespo, Mariano Barrio y Segundo Vicente; y el secretario municipal, Santiago Ransanz Antona; cfr. APÉNDICE DOCUMENTAL nº 4. Cuando en octubre de 1919 los pueblos del antiguo partido de farmacia, Valdanzo, Miño de San Esteban y Valdanzuelo, ofertaron la vacante de este cargo, Fuentecambrón no figuraba como miembro de esta agrupación, por lo que habría decidido separarse, vd. ARSE, BOPS de 1919, nº 122, de 10 de octubre, p. 2, Ayuntamientos, Valdanzo, de 29 de septiembre.
[65] RUIZ LISO, J.M. (1995), “La medicina en Soria. Numancia Sanitaria 1920-1936”, en Revista de Soria IIª época nº 11, Soria, p. 69.
[66] AMF, LAAFuentecambrón, de 13 de agosto de 1916 a 8 de junio de 1919, sesión de 3 de noviembre de 1918.
[67] Cfr. ARCHIVO DEL JUZGADO DE PAZ DE FUENTECAMBRÓN, Libros de Actas de Defunciones del Registro Civil de Fuentecambrón (= AJPF, LADFuentecambrón), tomo 8, de 28 de agosto de 1907 a 12 de octubre de 1918, nº 91 a 99; y tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 1 a 19; y si se refería exclusivamente a la localidad de Fuentecambrón, lo que no parece lógico, el periodo con víctimas mortales, producidas por la gripe, se prolongó desde el 26 de septiembre al 25 de octubre.
[68] Vd. PC, De la provincia. El estado sanitario, nº 649, Soria, lunes, 7 de octubre de 1918, p. 3; dos días después era Philipo, “La epidemia gripal. Voz de alerta; no de alarma”, en AN nº 3837, Soria, miércoles, 9 de octubre de 1918, p. 1, quien hacía referencia a la enfermedad en Fuentecambrón; en este mismo ejemplar se referencia un listado de bastantes localidades con enfermos y fallecidos, aunque no se menciona dicho municipio, cfr. AN, La gripe en la provincia, nº 3837, Soria, miércoles, 9 de octubre de 1918, p. 2.
[69] A partir de los datos obtenidos en el AJPF, LADFuentecambrón, tomo 8, de 28 de agosto de 1907 a 12 de octubre de 1918, nº 91 a 99; y tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 1 a 20; las defunciones totales sólo se han indicado cuando difieren de las originadas por la gripe. La información que se expone a continuación procede de esta fuente.
[70] En el acta de defunción no se indica la edad de este muchacho, que se ha encontrado por medio del acta de nacimiento, vd. AJPF, Libro de Actas de Nacimientos del Registro Civil de Fuentecambrón, tomo 8, de 9 de noviembre de 1893 a 31 de marzo de 1901.
[71] Este día se informaba del fallecimiento de dos personas en Fuentecambrón, vd. AN, La epidemia, nº 3840, Soria, sábado, 19 de octubre de 1918, p. 2.
[72] Vd. AJPF, LADFuentecambrón, tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 12 y 13, respectivamente. Ni una ni otra se han computado como fallecidas por la epidemia de gripe, al no indicarse expresamente su causa, aunque en el primer caso parezca evidente, y más teniendo en cuenta que la madre de esta niña murió por gripe.
[73] Cfr. AJPF, LADFuentecambrón, tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 6 y 20, respectivamente
[74] Vd. AJPF, LADFuentecambrón, tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 12.
[75] Cfr. AJPF, LADFuentecambrón, tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 13.
[76] AJPF, LADFuentecambrón, tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 9, 10, 11, 12 y 14.
[77] Desde la tercera muerte por gripe en Valdanzo, el doctor Casas Casajús, en todos los certificados de defunción, pegados a las respectivas actas de fallecimiento, indicó: “Entierrese antes de las 24 horas”; así hasta el final de la epidemia, vd. ARCHIVO DEL JUZGADO DE PAZ DE LANGA DE DUERO, Libro de Actas de Defunciones del Registro Civil de Valdanzo, tomo 13, de 27 de julio de 1917 a 15 de diciembre de 1918, nº 17 a 61. El acuerdo del organismo mencionado, en ARCHIVO MUNICIPAL DE LANGA DE DUERO, Libro de Actas de sesiones de la Junta de Sanidad y Beneficencia de Valdanzo, de 19 de enero de 1902 a 17 de octubre de 1926, sesión de 8 de octubre de 1918; era una forma sencilla de no incumplir la normativa y, al tiempo, preservar, en lo posible, la salud de los familiares.
[78] Los datos de Langa de Duero pueden verse en GARCÍA PALOMAR (2002), pp. 59-60; los de San Esteban de Gormaz en GARCÍA PALOMAR (2003a), pp. 407 y ss; los de Piquera de San Esteban en GARCÍA PALOMAR (2003b), pp. 83-85; y los Fuentecambrón a partir de los datos obtenidos en el AJPF, LADFuentecambrón, tomo 8, de 28 de agosto de 1907 a 12 de octubre de 1918, nº 91 a 99; y tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 1 a 20.
[79] Según las cifras procedentes del AJPF, LADFuentecambrón, tomo 8, de 28 de agosto de 1907 a 12 de octubre de 1918, nº 91 a 99; y tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 1 a 20. Las columnas hacen referencia a la edad; M, muertos; %, porcentaje sobre el total de defunciones; V, varones; M, mujeres; MG, muertos por gripe; % MG, porcentaje sobre el total de los fallecidos por gripe; % T, porcentaje sobre el total de difuntos; V, varones, y M, mujeres, muertos por gripe. Se han suprimido los intervalos quinquenales de edad sin defunciones.
[80] En el acta de defunción no se indicó la causa por la que falleció una de estas niñas, aunque el médico señaló que fuera enterrada antes de las 24 horas, lo que sugiere un fallecimiento previsiblemente debido a la epidemia de gripe, cfr. AJPF, LADFuentecambrón, tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 12; no está contabilizada como muerta por dicha enfermedad.
[81] En el acta de defunción no se hizo constar la edad de este muchacho, que se ha encontrado por medio del acta de nacimiento, vd. AJPF, Libro de Actas de Nacimientos del Registro Civil de Fuentecambrón, tomo 8, de 9 de noviembre de 1893 a 31 de marzo de 1901.
[82] En el acta de defunción no se expresó la causa por la que falleció esta mujer y tampoco se anotó que fuera enterrada antes de las 24 horas, como sucedió con el caso anteriormente referido, vd. AJPF, LADFuentecambrón, tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 13.
[83] Vd. notas del cuadro anterior.
[84] Para Langa de Duero, vd. GARCÍA PALOMAR (2002), pp. 56-57; para San Esteban de Gormaz, cfr. GARCÍA PALOMAR (2003a), pp. 409-412; para Piquera de San Esteban, vd. GARCÍA PALOMAR (2003b), pp. 84-85; y para Fuentecambrón, cfr. AJPF, LADFuentecambrón, tomo 8, de 28 de agosto de 1907 a 12 de octubre de 1918, nº 91 a 99; y tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918, nº 1 a 20.
[85] Al hacer referencia a la zona suroccidental de Soria se quiere señalar a los actuales municipios de Castillejo de Robledo, Fuentecambrón, Langa de Duero, Miño de San Esteban y San Esteban de Gormaz, integrada en aquellas fechas por 25 ayuntamientos.
[86] Datos obtenidos en el AJPF, LADFuentecambrón, tomo 8, de 28 de agosto de 1907 a 12 de octubre de 1918; tomo 9, de 12 de octubre de 1918 a 6 de diciembre de 1918; tomo 10, de 21 de enero de 1919 a 12 de diciembre de 1943; Libros de Actas de Nacimientos del Registro Civil de Fuentecambrón, tomo 10, de 2 de abril de 1908 a 30 de julio de 1915; tomo 11, de 27 de agosto de 1915 a 2 de diciembre de 1918; tomo 12, de 4 de abril de 1919 a 28 de diciembre de 1943; elaboración propia.
[87] Los datos para el siglo XIX se han tomado de ROMERO, C. (1981), Soria 1860-1936, Soria, v. II, p. 18; los del siglo XX en CÓRDOBA LARGO, p. 213; elaboración propia.
[88] Entre todos los municipios de la zona del suroeste de la provincia de Soria se han seleccionado los que presentan datos más expresivos en el periodo 1911-1920 y en 1918, tanto en valores máximos como mínimos -se indican en negrita-, para que sirvan de referencia a las cifras del ayuntamiento que encabeza la tabla, en este caso Fuentecambrón. Los datos de la provincia de Soria y de España para los periodos 1911-1915 y 1916-1920 han sido tomados de CÓRDOBA LARGO, p. 78, corrigiendo la cifra de España de T.B.C.N. de 1911-1915 (el autor indica 8,6); los de la provincia de Soria de 1911-1920 se han obtenido promediando los datos anteriores, a falta de otras posibilidades; y los de la provincia de Soria de 1918 a partir del Boletín Oficial de la Provincia de Soria, 1918 y 1919; los de España de 1911-1920 y de 1918 de MARTÍNEZ CUADRADO, pp. 102 y 101, respectivamente. Las cifras de las poblaciones del suroeste de Soria se han elaborado a partir de las cantidades obtenidas en los ARCHIVOS DE LOS JUZGADOS DE PAZ DE LANGA DE DUERO (Alcozar, Langa de Duero y Zayas de Torre), DE CASTILLEJO DE ROBLEDO, DE FUENTECAMBRÓN y DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ (Aldea de San Esteban, Atauta, Ines, Peñalba de San Esteban, Piquera de San Esteban, Quintanas Rubias de Abajo, San Esteban de Gormaz, Torremocha de Ayllón y Velilla de San Esteban), operando siempre en relación a la media de habitantes de los censos de 1910 y 1920.
[89] AMF, LAJSFuentecambrón, de 9 de junio de 1902 a 7 de julio de 1935, sesión de 15 de junio de 1919; también firmó en este acta el párroco de la localidad, Lorenzo Sanz; cfr. APÉNDICE DOCUMENTAL nº 6. Entre los fallecidos en el municipio durante 1919 se constatan cuatro muertes diagnosticadas como tuberculosis (tuberculosis pulmonar aguda; tuberculosis pulmonar crónica; tuberculosis peritoneal y meningitis tuberculosa; y tuberculosis pleuropulmonar), por lo que podría ser ésta una de las enfermedades “contagiosas” mencionadas por el alcalde.
[90] Fue especialmente instructiva la conversación con Agustín Sotillos Crespo, padre de quien fuera alcalde pedáneo, Luis Mariano Sotillos García, por su información sobre parajes de la localidad y la ampliación del cementerio; por ello, mi agradecimiento más sincero.
[91] Vd. APÉNDICE DOCUMENTAL nº 5. El juez de 1ª instancia del partido envió la circular a los organismos de su término, fechada el 23 de diciembre, dando a conocer dicha disposición, cfr. ARCHIVO DEL JUZGADO DE PAZ DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ, Libros de Actas de Defunciones del Registro Civil de Soto de San Esteban, tomo 8, de 29 de enero de 1910 a 8 de diciembre de 1918; vd. también ARCHIVO DEL JUZGADO DE PAZ DE LANGA DE DUERO, Libros de Actas de Nacimientos del Registro Civil de Valdanzo, tomo 15, de 1 de junio de 1913 a 21 de diciembre de 1918, de 26 de diciembre de 1918.
[92] NS, nº 3210, Soria, viernes, 27 de diciembre de 1918, p. 3.
[93] AMMSE, Copia del contrato del Sr. Farmacéutico de 1917 (Carpeta de Contratos con Médicos y Veterinarios), Miño de San Esteban, 1 de marzo de 1917 (al contrato con el farmacéutico del partido de Valdanzo, integrado por Valdanzo, Miño de San Esteban, Fuentecambrón y Valdanzuelo, se añaden cláusulas específicas para Miño de San Esteban).
[94] Este contrato con el farmacéutico Pedro Cuesta Muñoz no pudo cumplirse en todos sus términos ya que falleció el 4 de octubre de 1918, como se ha indicado.
[95] AMF, LAJSFuentecambrón, de 9 de junio de 1902 a 7 de julio de 1935, sesión de 13 de mayo de 1917.
[96] AMF, LAAFuentecambrón, de 13 de agosto de 1916 a 8 de junio de 1919, sesión de 3 de noviembre de 1918.
[97] AMF, Libro de Actas de sesiones de la Junta Municipal de Asociados de Fuentecambrón, de 6 de octubre de 1914 a 19 de junio de 1921, sesión de 2 de diciembre de 1918.
[98] AJPF, Libro de Actas de Nacimientos del Registro Civil de Fuentecambrón, tomo 11, de 27 de agosto de 1915 a 2 de diciembre de 1918; el juez de Fuentecambrón era Teodoro Onrubia Sotillos, quien no firmó, y el secretario, Santiago Ransanz Antona.
[99] AMF, LAJSFuentecambrón, de 9 de junio de 1902 a 7 de julio de 1935, sesión de 15 de junio de 1919.