AMABA LA LIBERTAD
Cabalgaba sin parar,
A sus patas delanteras
le persiguen las traseras
por los llanos sin parar.
Se escapaba en el pinar.
Le gustaban los sembrados
los verdes y los dorados
y no la podía alcanzar.
No hay, ni cuerda ni ramal
porque siempre los arranca
para correr al manantial.
Yo conocí en un lugar,
una yegua blanca blanca
que no la quiero olvidar
Cristina Rupérez
Palomar
|
|