....Abderramán III pasó por tierras de Piquera en el año 939, después de la batalla de Simancas (Valladolid) y antes de sufrir una humillante derrota entre Hoz de Arriba y Carrascosa de Arriba?

En efecto. Por aquellos tiempos los caudillos sarracenos, con sus huestes, tenían la costumbre de atacar todos los años, preferentemente en verano, a los reinos cristianos del Norte, con la intención de recoger sustanciosos botines y atemorizar a sus pobladores. Para contrarrestar estos ataques los reinos cristianos se organizaron para defenderse y, en su caso, expulsarles.

El caso que tratamos en esta ocasión es la aceifa, que es cómo se llamaban estos ataques sarracenos, que Abderraman III dirigió a los reinos cristianos, en el año 939. Los contendientes tuvieron un encontronazo en Simancas que acabó con un rechazo, si no derrota, de los musulmanes. Estos se retiraron hacia el Este, siguiendo el valle del río Duero, con intención de atacar y saquear, pues estaban escasos de víveres, las plazas cristianas de San Esteban de Gormaz y Osma. A la llegada a Roa (Burgos) Abderramán III, a petición de los caudillos de Guadalajara, decidió que debían a dirigirse por el valle del río Riaza para atacar a sus habitantes que solían lanzar frecuentes ataques a los territorios de los musulmanes de las tierras alcarreñas. A la llegada a Maderuelo decidieron abandonar este valle y dirigirse desde allí a Atienza, plaza sarracena. El camino que siguieron desde Maderuelo fue por Valdanzuelo, Fuentecambrón, Piquera, Morcuera, Quintanas Rubias de Arriba, Hoz de Abajo y de Arriba y un barranco entre Hoz de Arriba y Carrascosa de Arriba. Este barranco es en realidad el río Manzanares, pero se conoce en este punto como barranco, que es la traducción del árabe Alhándega, nombre de la batalla que allí se libró. Aquí los musulmanes sufrieron una humillante derrota ocasionada principalmente por lo abrupto del terreno.

Trayecto desde Maderuelo hasta Alhándega

 

Ya hemos dicho que la pérdida fue humillante. Allí estravió el califa su Corán personal que fue canjeado posteriormente. Los supervivientes, incluyendo a Abderramán III, huyeron hasta Atienza y posteriormente a Córdoba. De allí no volvió a salir el califa para hacer más aceifas, labor que dejó encomendada a sus generales.

Esta noticia está tomada del artículo, publicado en la revista número 36 de HISPANIA (año 1976), Simancas y Alhándega de Pedro Chalmeta. Interpreta fuentes cristianas y musulmanas. Hay otros autores, como Gonzalo Martínez Díez en su libro El Condado de Castilla, que, utilizando las mismas fuentes, sitúan ese recorrido un poco más al Sur, por Ayllón y Liceras.

No sabemos si Piquera y el resto de los pueblos próximos que se citan estaban establecidos en los núcleos que ahora conocemos, pero es muy probable que existiese, como mínimo, una explotación de la riqueza agrícola y ganadera, y que hubiese una población encargada de cuidar y recoger los frutos consiguientes.