TORRAÑO

Este pueblo situado al suroeste de Piquera pertenece al municipio de San Esteban de Gormaz desde 1972, año en que se unió en compañía de Torremocha, a cuyo ayuntamiento pertenecía hasta entonces.

Torrañés es la palabra que sirve para designar a cualquier persona de este pueblo; el topónimo parece que procede de la palabra torre, turris en latín.

Torraño tenía la capitalidad del sexmo de su nombre, que además comprendía las localidades de Torremocha, Ligos y Vallunquera (ésta ya despoblada, situada entre Torraño y Ayllón). Un sexmo era cada una de las divisiones que había antiguamente para organizar los territorios que componían las provincias y así optimizar la administración del Estado. Este sexmo de Torraño pertenecía a la Tierra de Ayllón y a la provincia de Segovia. Esto fue hasta 1833 en que con la nueva organización territorial propiciada por el ministro Javier de Burgos pasó a depender de la provincia que tenía su capital en la ciudad de Soria.

Hasta la organización de las diócesis que se instauró en 1956, pertenecía a la de Sigüenza, al arciprestazgo de Ayllón y al centro de conferencias de Ligos, al igual que Torremocha. Desde esa fecha empezó a depender pastoralmente del obispo de Osma-Soria.

Su pequeña iglesia parroquial está dedicada a Santa María Magdalena y tiene una esbelta y graciosa espadaña. Hay documentado un cáliz ejecutado por un platero de Sigüenza para esta parroquia en la segunda mitad del siglo XVI-principios del XVII.

Las viviendas de este pueblo son, por lo general, de buena construcción y con puertas y ventanas muy amplias.

En su término se encuentra el despoblado de Villacavera, bastante cerca de Santuy y del río Pedro, que no debió llegar a tener muchos vecinos, pues en los documentos antiguos siempre constaba como agregado de Torraño. Este despoblado de Villacavera fue ocupado por Torraño sin que hubiese ninguna oposición en el resto de los pueblos del sexmo y de la Comunidad de Villa y Tierra, no en vano, era el pueblo más próximo, y al resto de los pueblos les resultaba muy lejano y embarazoso el acceso a dicho despoblado. Cuando se despobló Vallunquera, también intentó apoderarse de él Torraño pero se encontró con la oposición de la villa de Ayllón que acudío a los tribunales y consiguió finalmente la posesión de dicho despoblado. Otro despoblado situado en este término es Berezal, en el límite con Cenegro.

Son dignos de contemplar los alrededores del río Pedro a la altura del Molino, con las rocas escarpadas que sirven de cobijo a algunos nidos de buitres o el propio río y el molino harinero en ruinas. Allí mismo está la ermita, ya desacralizada, de Santa Cecilia, con escaso valor artístico, pero, suponemos, con cierto valor sentimental para los torrañeses. También existió otra ermita titulada Nuestra Señora de la Carrera, situada en el sur de su término.

Por su término se cruzaban sendos caminos de vinateros y aceiteros, llamados así por ser la ruta que frecuentaban antiguamente las personas que mercadeaban con vino y aceite, respectivamente, entre Guadalajara y la Ribera del Duero. Hay algún autor que ha expresado que esta ruta de los vinateros y de los aceiteros fue el trayecto que siguió la ruta cidiana antes de la Afrenta de Corpes.

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