TORREMOCHA de Ayllón
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Este pueblo que está situado al sur de Piquera lleva el determinante de Ayllón por ser esta villa capital de la Tierra a la que pertenecía y para diferenciarle de otros que había con el mismo nombre. Como ya hemos visto el origen de la segunda parte del topónimo, vamos con la primera (Torremocha) que es lo mismo que torre mocha o torre sin almenas. El gentilicio de este pueblo es torremochano.
Como se ha dejado entrever en el párrafo anterior, perteneció a la provincia de Segovia hasta el año 1833, año en el que pasó a depender de la provincia de Soria a consecuencia de la nueva organización provincial diseñada por Javier de Burgos.
En el término de este pueblo se ha catalogado un yacimiento de Época Celtibérica en La Casa del Prado, en el límite con Morcuera.
Hasta el año 1956 perteneció a la diócesis de Sigüenza, arciprestazgo de Ayllón y segundo centro de conferencias (radicado en Ligos, este dato esta fechado a principios del siglo XX). En ese año empezó a depender pastoralmente del obispo de Osma-Soria, por aplicación del Decreto de la S. Congregación Consistorial "Burgensis; Toletanae et aliarum..." de 28 de Noviembre de 1955. Su iglesia, bajo la advocación de la Presentación de Nuestra Señora, tiene un órgano necesitado de urgente restauración.
Amplio es el capitulo de platería de esta parroquia, muestra de su pujanza económica en épocas pasadas. Hay que reseñar en primer lugar una custodia barroca de templete con arquitectura de balaustre en las columnillas que sujetan el anillo expositor, construida en el siglo XVI sin que conozcamos quién fue su autor. En 1843 los plateros italianos Antonio Ligori y Antonio de la Rosa cobraron sus honorarios por la hechura de una cruz para esta parroquia. El platero soriano Julián Antonio Gómez plasmó su marca en un incensario para esta localidad a finales del siglo XVIII-primeros años del XIX. Este mismo platero y el también soriano Blas Florenciano dejaron plasmado su arte en una bandeja por una fecha muy próxima a la del incensario mencionado anteriormente. El platero arandino Manuel Esteban Carrillo realizó un cáliz a mediados del siglo XVIII para las funciones eucarísticas de esta parroquia. Hay documentadas unas crismeras realizadas por un platero seguntino, sin constar ni el autor ni la fecha, y diversos arreglos efectuados por plateros napolitanos en 1809.
Muy próxima al cementerio estaba la ermita de Nuestra Señora del Humilladero, en ruinas, cuyas piedras se usaron para restaurar un palacete en San Esteban de Gormaz donde había residido José Bahón Bravo, un antiguo mayordomo de rentas de los marqueses de Villena. Hay algún autor que cita un total de tres ermitas en Torremocha, pero sin indicar los títulos de ninguna de ellas; en el Archivo Diocesano hay varios libros administrativos, procedentes de la parroquia de Torremocha, con las cuentas de Nuestra Señora del Humilladero, de San Blas y del Santo Cristo; posiblemente sean los titulares de esas tres ermitas y por tanto contengan los datos contables de las mismas.
En su término está el despoblado de Comezuela (según está registrado en varios libros) o Gomezuela (de acuerdo con lo que dicen los naturales de este pueblo), en los documentos antiguos suele aparecer como Gomis Vela. Este despoblado se encuentra en las inmediaciones del puente, que cruza el río Pedro, del camino que va de Torraño a Torremocha: a unos 250 metros al norte de ese puente y a 100 metros del río.
Si hablamos de reservas naturales, tendremos que decir que tiene un extenso bosque de sabinas y chaparros y que dispone de una pequeña colonia de buitres que nidifican en las paredes rocosas de un cañón de excepcional belleza.
Dentro del pueblo, cerca del antiguo ayuntamiento, hay una preciosa talla, dedicada a la mujer soriana, realizada sobre el tronco de un olmo seco por un hijo de esta localidad, Luis Martínez del Cura.
En siglos pasados disfrutó de una población bastante abundante gracias a la prosperidad económica que le generaba su crecida cabaña ganadera. Disponía de un número considerable de palomares, muchos de ellos actualmente en ruinas, al igual que en el resto de pueblos de la zona; en los tiempos de su máximo apogeo se decía que cada familia de Torremocha poseía como mínimo un palomar.
Pertenece al municipio de San Esteban de Gormaz desde el año 1972, cuando se fusionó con este ayuntamiento en unión de su agregado Torraño.
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