JUAN II DE CASTILLA Y LEÓN EN PIQUERA

Publicado el 11 de septiembre de 2000.
Por Salvador Barrio Onrubia.

Introducción.   

Vamos a hacer un estudio bastante completo de la estancia del rey Juan II de Castilla y León, que estuvo acampado en las proximidades de Piquera en el mes de julio del año 1429 por un espacio de tiempo de entre una y dos semanas. Para hacer este estudio vamos a utilizar fundamentalmente la Crónica del rey Juan II de Castilla.



Comentario bibliográfico.  

Aquí se muestran los libros que han servido para realizar este estudio y el camino que se ha seguido para recoger la información que aquí se presenta.

RABAL, Nicolás: España sus monumentos y artes - su naturaleza e historia. Soria.Ed. Daniel Cortezo y Cª. Barcelona, 1889. Utilizamos edición facsímil editada por las librerías Paris-Valencia, 1994.
Fue el sitio donde se pudo tirar del primer hilo, concretamente en la introducción del libro, donde el autor hace un bosquejo histórico de la provincia de Soria. En la exposición que hace hay que reseñar un error notable al llamar a la reina, hermana de Juan II, doña Blanca cuando en realidad es doña María. Pero, con error y todo, es de agradecer esta aportación, que en sus reseñas bibliográficas nos dio pie para consultar el siguiente libro. 

Rosell, Cayetano: Crónica de los reyes de Castilla desde don Alfonso el Sabio hasta los Católicos don Fernando y doña Isabel. Ed. M. Rivadeneyra. Madrid, 1877.
Este autor recopiló las crónicas de todos estos reyes. Concretamente utilizamos la crónica de Juan II escrita por Fernán Pérez de Guzmán con datos de: Álvar García de Santa María, un autor anónimo (posiblemente Juan de Mena) y Pero Carrillo de Albornoz. Posteriormente en tiempo de Carlos I fue enmendada por Lorenzo Galíndez de Carvajal. 

Toda esta historia está reflejada en una leyenda publicada en:
Zamora Lucas, Florentino: Leyendas de Soria. Ed. Imprenta Las Heras Soria, 1984.

Los personajes en su entorno histórico y sus relaciones entre sí.

Los principales personajes de la historia que vamos a contar son:

El momento histórico. Precedentes. 

Los reyes de Aragón (Alfonso V) y de Navarra (Juan I) han entrado en Castilla por Hita (Guadalajara). Enterado Juan II de Castilla, manda para rechazarlos al Condestable don Álvaro de Luna, con otros nobles. El mismo Juan II se dirige a la frontera para repeler la invasión. Doña María (hermana de Juan II y esposa del rey de Aragón) juntamente con el Cardenal de Fox intercede entre los dos bandos contendientes y evita que don Álvaro de Luna ataque a los reyes de Aragón y Navarra; estos retroceden al reino de Aragón. Don Juan II cambia el rumbo y se dirige ahora con destino a Aragón, hacia donde se habían replegado los reyes de Aragón y Navarra. Su primera acampada es a una legua de San Esteban de Gormaz, por Miño o Valdanzo.

El momento histórico en sí. 

Después de una corta acampada en el campamento anterior manda seguir el camino y al llegar a Piquera manda acampar de nuevo. Desde aquí manda a sus dos mensajeros, Castilla y Trastámara, con el mensaje, para los reyes de Aragón y Navarra, de su malestar por haber entrado en su reino contra su voluntad y que quería verlos y que esperasen su llegada. Los reyes de Aragón y Navarra, en respuesta, mandan a sus mensajeros Aragón y Pamplona. El mensaje que mandan se puede resumir en que dicen que no han querido invadir Castilla porque son familiares muy cercanos. La reina de Aragón (doña María) y el Cardenal de Fox., después de haber conseguido la separación de los contendientes en la frontera, se dirigen a la búsqueda de Juan II. Al enterarse de su llegada Juan II sale a recibirlos a una legua de Piquera y les dio un buen recibimiento. Alojó a su hermana en una lujosa tienda y lo mismo hizo con el Cardenal de Fox; al séquito de ambos mandó que lo alojaran en Piquera.

La reina intercede para que su hermano no vaya a atacar a su marido (el rey de Aragón) y a su cuñado (el rey de Navarra) pero no consigue ningún compromiso por parte de rey.

Pasados unos días de su llegada a Piquera, el rey manda levantar el campamento y dirigirse hacia el Burgo de Osma, siguiendo el camino que llevaba a la frontera con Aragón.

¿Cuando sucedieron estos hechos? 

Un mes para la historia de PiqueraJuan II de Castilla acampó en Piquera el mes de julio de 1429. A tenor de los datos de la Crónica vamos a intentar precisar más la fecha.

El 20 de julio el rey estaba en Velamazán. Antes había estado 6 días en el Burgo esperando viandas y pertrechos y antes de llegar al Burgo había estado en Piquera.

Por otra parte, la hermana de Juan II, reina de Aragón, había estado el día 2 de julio intercediendo entre los reyes de Aragón y Navarra (por un  lado) y los nobles de Castilla al mando de don  Álvaro de Luna (por el otro lado) y después fue en busca de su hermano, el rey Juan II de Castilla, hasta que le encontró en Piquera.

De estos datos podemos deducir que las fechas probables de la estancia de Juan II en Piquera fuesen entre el 2 y el 12 ó 13 de julio. Su hermana podría haber estado entre el 4 y el 12 ó 13 de julio.

¿Porqué acampó Juan II en Piquera? 

La principal razón para acampar en Piquera fue el azar. Efectivamente, Juan II se dirigía hacia Buitrago para después ir hacia Hita con el fin de atacar a los reyes de Aragón y Navarra. Al recibir noticias de que don Álvaro de Luna los había rechazado y se habían replegado, cambió el rumbo para dirigirse donde estaba el campamento de don Álvaro de Luna, en Velamazán. Al cambiar el camino tuvo que pasar por Piquera. Lo que ya no es tan lógico, es la prolongación de su estancia en este campamento, solamente explicable por las gestiones de paz que aquí hizo su hermana.

¿Donde estuvo el campamento? 

No hay ninguna indicación al respecto en la crónica. Tampoco conocemos ningún topónimo que nos ayude a descifrarlo. Pero, dadas las características que debe tener un campamento (situado en un lugar no escarpado y, a ser posible, cerca de suficiente agua y pastos para las caballerías) no resultaría aventurado señalar lugares posibles de acampada como: La Vega, El Tajón, Las Eras, o incluso el Barrio Bajero del pueblo (que entonces no estaría construido). Puede ser también que el campamento ocupase todos estos sitios y zonas próximas, debido a la gran concentración de gentes.

¿Por dónde vino y que camino tomó para irse?   

Según cuenta la crónica el rey Juan II se dirigía hacia el puerto de Buitrago (hoy Somosierra) para atacar a sus primos, los reyes de Aragón y Navarra, que habían entrado hasta la zona de Hita, Cogolludo y Jadraque; pero de pronto se enteró de que se habían replegado hasta la zona de Santa María de Huerta y Ariza y tomó el camino más idóneo para ir hasta este nuevo destino. Tomó un camino que desde el camino del puerto se dirigiese hacia Miño o Valdanzo y desde aquí el camino que conduce a Piquera a través del monte.


La ruta más probable que siguió Juan II

Cuando abandonó Piquera se dirigió al Burgo de Osma. El camino más lógico para aquella época era el camino de Olmillos, pasando antes por San Juan, para pasar el río Duero por San Hipólito, bien en barca o bien vadeándolo, ya que era el mes de julio y es explicable que no llevase mucho caudal. Este es un camino que todavía usaban a principios del siglo XX los de Fuentecambrón, según Manuel Blasco Jiménez, en su libro NOMENCLÁTOR histórico, geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria (Edit. Tipografía de Pascual P. Rioja; 2ª Edición; Soria, 1909; pág. 233).

A la vista del mapa superior, se podría argumentar que el camino hasta el Burgo pasando por San Esteban de Gormaz era poco más largo, pero más cómodo a la hora de cruzar el río Duero. Pensamos que si hubiesen pasado por San Esteban se habría indicado expresamente en la Crónica. 

¿Estuvo más veces Juan II en Piquera? 

No consta que Juan II de Castilla estuviese más veces acampado en Piquera pero es probable que estuviese de paso en dos ocasiones: en agosto de 1430 viaja del Burgo de Osma a Ayllón, pasando el día de la Virgen de Agosto (15 de agosto) en esta última villa y en diciembre de 1435 viaja de Segovia a Soria.

Hay otras fechas en las que se desplaza por sitios próximos a Piquera pero ya no es tan probable que pasase por aquí, a saber, en febrero de 1437, viniendo de Guadalajara, va de Ayllón a Roa; el 6 de marzo de 1437 va de Roa al Burgo de Osma y en mayo de 1446 hace el trayecto Aranda - San Esteban - el Burgo de Osma.

¿Cuantos hombres acompañaban al rey Juan II? 

Este dato no consta explícitamente en la crónica, pero vamos a intentar hacer un cálculo aproximado, apoyándonos en datos que ofrece la crónica en otros momentos.

En Rábano (Valladolid) a primeros de junio el rey contaba con unos 2.000 hombres de armas.

El día 24 de junio el rey mandó desde Peñafiel a Pedro Destúñiga con 1.000 hombres de armas para ayudar a don Álvaro de Luna.

Poco después mandó al Conde de Benavente con 400 lanzas suyas y 200 del rey para embargar las villas y lugares del Infante don Enrique, que se había unido a sus hermanos, los reyes de Navarra y Aragón.

Por estos días se une al rey, don Íñigo López de Mendoza, con sus hombres, naturalmente. (Íñigo López de Mendoza se quedará después, por orden del rey, en Agreda para guardar la frontera de Aragón con 300 lanzas y 600 peones).

El siguiente paso es su estancia en las inmediaciones de Piquera, pero el rey había hecho anteriormente llamamientos de ayuda a las villas y a los nobles para rechazar a los reyes de Navarra y Aragón.

El campamento base para atacar a los aragoneses y navarros estaba en Caltojar y posteriormente en Velamazán y había crecido tanto que Juan II tuvo que mandar para sus tierras a los hidalgos, menos los de Vizcaya y Asturias.

Al entrar a batallar a Aragón, los cronistas calculan 10.000 hombres y 60.000 peones y jinetes, que contados al licenciar las tropas eran 7.000 hombres de armas, 3.600 jinetes y más de 50.000 peones.

Así pues, basándonos en estos datos, podemos intuir el número de personas que estuvieron en Piquera; aventuramos un mínimo de 2.500 y un máximo de 7.000, siendo una cantidad muy razonable: de 4.000 a 6.000. Por encima de 7.000 personas seria bastante embarazoso el desplazamiento y cambio frecuente de campamento, por lo que el grueso de la tropa se dirigiría directamente al campamento de Caltojar o al de Velamazán.

Personajes ilustres que hubo por estas fechas en Piquera. 

Además del Rey Juan II de Castilla, su hermana y el Cardenal de Fox, podemos decir que estuvieron en Piquera (aunque la crónica no lo dice explícitamente):

Íñigo López de Mendoza, que más tarde será el Marqués de Santillana (famoso poeta, más conocido por este título nobiliario) que se une al rey en el campamento que se instaló inmediatamente anterior en el tiempo al de Piquera.

Alonso de Cartagena, deán de Santiago, cronista de Castilla y poeta. Consta en la crónica que estaba en Palencia acompañando al rey y más tarde en el Burgo de Osma después de pasar por Piquera, o sea que, es lógico que formase parte del séquito real, con más razón si además pertenecía al Consejo de Rey.

Juan de Mena, poeta y cronista real, que en el prefacio de la crónica figura como posible cronista del reinado de Juan II entre 1420 y 1435, y en el 1429 fueron estos hechos que estamos contando.

Comentario del párrafo de la crónica que nos concierne. 

Vamos a realizar un comentario exhaustivo de los capítulos de esta crónica que narran la estancia en Piquera de Juan II. No obstante, obviaremos datos que hemos explicado anteriormente, especialmente los datos relativos a los personajes que intervienen en este relato. También pasaremos por alto reglas de ortografía y formas de expresarse no concordantes con las actuales directrices de la Real Academia Española de la Lengua, pero de fácil comprensión.

 Pinchando en los enlaces numéricos se obtiene el comentario correspondiente, en la zona inferior.
 
 

AÑO VIGÉSIMO TERCERO

1429.

[........]
CAPÍTULO XVI.
De como el Rey embió requerir á los Reyes de Aragon é Navarra
que lo esperasen donde Castilla, Rey de Armas, é Trastamara,
Faraute, los hallasen con la resquesta que los embiaba.

Pasados, algunos dias que el Rey estuvo en el
Real cerca de Santistevan[1], partió dende é fuélo po-

ner cerca de un aldea que dicen Piquera, é desde
alli el Rey embió á Castilla, su Rey de Armas, é á
Trastamara, Faraute, á los quales mandó que díxe-
sen de su parte á los Reyes de Aragon é Navarra,
é le diesen por escrito lo que sigue: la conclusion
de lo qual era, que bien sabian como ellos habian
entrado en sus Reynos contra su voluntad, estando
él cerca de Peñafiel, é que dende á tres dias[2] que le
fuera entregada, habia continuado su camino para
donde le decian que ellos entraban[3], por los rescebir
como á el convenia, é como en el camino fué cer-
tificado como eran partidos de sus Reynos fuyendo[4],
de lo qual él habia habido desplacer por no llegar
ante á los ver[5]; é que les dixesen que pues tanto
deseo habian de lo ver, que les rogaba lo quisiesen
esperar donde estos los hallasen, porque él enten-
dia, á Dios placiendo[6], continuar su camino por ma-
nera que muy en breve seria con ellos. Los quales
Rey de Armas é Faraute continuaron su camino
para los Reyes de Aragon é Navarra, á los quales
hallaron en su Real cerca de Hariza[7], lugar del Rey-
no de Aragon, é dixéronles por palabras lo susodi-
cho, lo qual les dieron en escrito firmado del nom-
bre del Rey. E oido por los Reyes lo que los dichos
Rey de Armas é Faraute les dixeron, respondieron
en la forma siguiente.

                         CAPÍTULO XVII.
De como los Reyes de Aragon é Navarra respondieron al Rey, por
Aragon, Rey de Armas, é Pamplona, Faraute.

»Lo que vos, Aragon, Rey de Armas, ó Pamplona,
» Faraute, diréis al Rey de Castilla por respuesta
» de parte de los Reyes de Aragón é Navarra á lo
» propuesto á ellos por parte del dicho Rey de Cas-
» tilla, por Castilla, Rey de Armas, é Trastamara,
» Faraute, es lo que se sigue; es á saber: que si los
» dichos Reyes de Aragon é de Navarra con otro
» Principe[8] qualquier, ó quanto otro quier que fuese
» grande[9] hubiesen á hacer, responderian en otra
» manera, tal que sin algun comporte serian satis-
» fechos sus honores; mas entendidos los grandes
» debdos, acostamientos é amores[10] que son é deben
» ser entre los dichos Reyes é cada uno de ellos, é
» como todos son descendidos de una casa[11], é con-
» siderando mas encara[12] como algunas personas[13] por
» sus intereses se esfuerzan é desean poner tribula-
» cion y escandalo entre los dichos Reyes, é procu-
» raban los tales movimientos é cosas, quanto en
» los dichos Reyes será, por dar razon de sí mismos
» á Dios é al mundo entienden á bien guardar mas
» encara á un mote[14] por su poder como es de razon,
» é nunca dar lugar al contrario, é no abcetar[15] vo-
» luntariosamente en otra alguna. E con aqueste
» propósito é por otras cosas que cumplen á honor é
» bien de todos los dichos Reyes, señaladamente
» al dicho Rey de Castilla á beneficio de sus Reynos[16],
» notificando su buen propósito si fueran estados
» oidos[17], entraron los dichos Reyes de Aragon é Na-
» varra en el Reyno de Castilla, por certificar como
» primos y hermanos é amigos sin hacer daño ni in-
» juria á persona alguna. E hallaron como en nom-
» bre del dicho Rey de Castilla, é según se decia de su
» mandamiento, les era mandado alzar las viandas[18];
» é los dichos mandamientos y levantamientos de
» viandas de cada dia eran revocadas é fortificadas
» á pres[19] de los dichos Reyes de Aragon e Navarra; é
» trovaron sus mensageros, por relacion de los qua-
» les fueron certificados como les era estada dene-
» gada totalmente audiencia, é haber pregonada
» guerra entre Castilla é Aragon é Navarra, de que
» fueron no poco maravillados los dichos Reyes
» de Aragon é de Navarra, veyendo[20] tales movimien-
» tos sin causa alguna razonable, sino es por los in-
» tereses de las dichas personas, las quales, segun
» paresce, voluntariosamente pornán[21] á todo peligro
» la persona y estado del dicho Rey de Castilla, por
» encobrir é fortificar sus malos propositos; por la
» qual razon los dichos Reyes, considerados los di-
» chos debdos[22] é otras razones suso dichas[23], e que por
» causa dellos instante ó justa no fuese dado lugar á
» rotura y escandalo, deliberaron venirse en sus
» Reynos é informar por otra via al dicho Rey de
» Castilla é á los Grandes é buenos de sus Reynos
» que aman su bien, de las cosas porque fueron
» movidos á se ver con el dicho Rey. E por tanto
» pudiera ser tornada la palabra[24] que dizque tornaron
» fuyendo[25], ca[26] á quien desea amor é gentileza é ho-
» nor, las palabras son aborrescidas, é solamente
» los hechos son atendidos; é bien paresce que no
» es habida relacion cierta desto de los Caballeros
» que departieron con los dichos Reyes, ca supieron
» ciertamente que no tornaron fuyendo, ni lo han
» acostumbrado los dichos Reyes ni sus predeceso-
» res. A lo que se dice que si eran tornados los di-
» chos Reyes de Aragon de Navarra en sus Rey-
» nos, que esperen al dicho Rey, ca entiende ser
» brevemente con ellos, é dirédes[27] que los dichos Re-
» yes de Aragon é Navarra habran placer é conso-
» lacion de la vista del dicho Rey de Castilla, asi
» como á primo é hermano, é la persona y estado é
» honor é bien del qual aman tanto como á si mes-
» mos, é lo rescibirian como cumple á tal Principe[28],
» é tan debdoso[29] con ellos, é por quien han á poner
» personas é bienes. E caso que por siniestras in-
» formaciones é consejo de las personas, la inten-
» cion del dicho Rey de Castilla no sea conforme á
» la de los dichos Reyes de Aragon é Navarra, ni
» sea tal como cumple á guardar é bien conservar
» los dichos debdos é amoríos, todo será muy des-
» placiente[30] á los dichos Reyes de Aragon é de Na-
» varra, é por su poder desviarán toda rotura y es-
» cándalo, é nunca á ello vernán[31] sino forzados, en
» el qual cargo será la culpa é cargo[32] del dicho Rey
» de Castilla, ó más propiamente de las dichas per-
» sonas de siniestra intencion. REY ALFONSUS. REY
» JUAN. »
   Estos Rey de Armas é Faraute de los Reyes de
Aragon é de Navarra llegaron en el camino que iba
al Burgo, e allí fue el Rey certificado como el Du-
que de Arjona venia, é que era pasado aquende[33] de
Astorga, al qual habia muchas veces mandado lla-
mar é traia mucha gente así de pie como de caba-
llo; é al Rey plugo[34] de su venida, porque tenia del
alguna sospecha.

                        CAPÍTULO XVIII:

De como la Reina de Aragon y el Cardenal de Fox vinieron
después que los reyes de Aragon é Navarra fueron vueltos en
Aragon. 

 La Reyna de Aragon quedó muy contenta por
haber escusado[35] la batalla de los Reyes de Aragon é
Navarra é Caballeros de Castilla, e pensó que se-
gun el amor que el Rey de Castilla, su hermano, le
habia, y el ofrescimiento que le habian hecho los
Caballeros ya dichos, creia que ligeramente se po-
drian acabar las tres cosas[36] que ella les había roga-
do. E luego que los Reyes fueron vueltos en Ara-
gon, ella tomó su camino para donde quiera que
hallase al Rey su hermano, é con ella el Cardenal de
Fox; é halló al Rey en el Real de Piquera. É como
el Rey supo que la Reyna su hermana venia, salió-
la á rescebir una legua é hizole muy alegre rescebi-
miento, é mandóla aposentar cerca de si en una muy
rica tienda, y en otra al Cardenal de Fox, é mandó
que sus gentes se aposentasen en el lugar de Pique-
ra. E la Reyna habló muy largamente con el Rey:
la conclusion de la habla[37] fué diciéndole quanto
deseaba ver su persona, pero no por la manera que
lo veia así ayrado[38] é con tan gran hueste[39] contra su
señor é su marido é sus hermanos, haciéndole muy
larga relacion de las cosas pasadas y escusando de
culpa quanto podia á los Reyes su marido é su her-
mano, suplicándole quisiese condescender á las tres
cosas[40] que ella habia rogado al Condestable y Almi
rante é á los otros Caballeros con quien ella habia
hablado que á Su Merced suplicasen, é por la gra-
cia de Dios había escusado la batalla de entre los
dichos Reyes con ellos; lo qual él debia hacer, aca-
tando los debdos tan cercanos como todos ellos en
Su Merced tenian, é mirando como todos eran una
mesma cosa, descendidos de una casa e un linage,
é como la venida suya en estos Reynos no habia
seydo con intencion de lo injuriar ni enojar, mas
de le servir, como muchas veces por letras[41] é por
embaxadores gelo[42] habian hecho saber; é que si él
quisiera asceptar[43] la habla[44] de los dichos Reyes lla-
namente sin gente de armas ni otros bollicios[45], las
cosas fueran asentadas[46] sin costas ni daños de la
una parte ni de la otra parte. Pero que pues las co-
sas hechas no se podian escusar de ser pasadas, le
pedia por merced quisiese tenplar su ira é mirar su
grandeza[47], e no querer destruir al Rey su señor e su
marido, como destruyendo á el ó á sus Reynos des-
truia a si mesmo é a los suyos, pues todo lo repu-
taba ser una mesma cosa. E por todo el mundo se
conoscia[48] no solamente él ser bastante para defender
sus Reynos, mas para conquistar otros muchos si
quisiese segun su grandeza é poder; é sabia como
en la entrada que habian hecho los Reyes su mari-
do é su hermano en estos Reynos ningun daño ha-
bian hecho, é que luego como supieron que á él pe-
saba[49] de su entrada, habian salido como su Merced
sabia; que si ellos en algo habian fallescido[50], viese
que emienda é satisfaccion[51] queria que en ello se hi-
ciese, que tal se haria cual Su Merced ordenase é
mandase. Acabada la habla de la Reyna con gran-
des[52] lágrimas, el Rey respondió en la forma si-
guiente.

                        CAPÍTULO XIX. 

De como el Rey respondió á la Reyna de Aragon, su hermana, que
  queria haber su acuerdo[53] con los de su Consejo e le respon-
  deria.

  « Hermana señora: Dios sabe quanto deseo yo
» habia de vos ver[54], y el placer que he habido con
» vuestra vista; é si á todas las cosas por vos dichas
» hubiese de responder particularmente segun las co-
» sas pasadas después de la venida de vuestro marido
» del Reyno de Napol[55], muy grande espacio habia me-
» nester para vos las decir. E porque estas cosas que
» demandais son de grande importancia, conviene
» que yo haya mi acuerdo con los de mi Consejo, é
» habido[56] yo vos responderé.» Y el Rey mandó levan-
tar su Real de Piquera é fuese camino del Burgo de
Osma donde se asentó.
[.........]


Estos hechos reflejados en la literatura. 

Estos hechos fueron contados, formando parte de una leyenda amorosa, titulada La Ermita de Santa Ana, por Miguel Sánchez Sánchez. Esta leyenda fue premiada en una fiesta científico-literaria en 1894 y recogida por Florentino Zamora Lucas en su libro Leyendas de Soria. Adolece del mismo error que comete Nicolás Rabal al llamar a la hermana de Juan II, doña Blanca, cuando en realidad se llamaba doña María, por lo que es previsible que se basase en los textos de Nicolás Rabal. He aquí un párrafo:
[..........]

         III

    Más allá del Burgo
sobre una vertiente,
con el río Pedro
por el occidente,
se encuentra Piquera,
y,  según parece,
fue el punto elegido
para que se uniesen,
y allí sus reales
sentaron las huestes
que Don Juan Segundo
mandara viniesen.
    Al primer alerta
de que entran los Reyes
con tercios navarros
y de aragoneses.
Luna, el Condestable
de Castilla, fuese
derecho hacia ellos
con toda su gente;
pero Doña Blanca
llega e intercede
con unos y otros,
y al fin lograr puede
den por terminado
aquel incidente;
mas Don Juan Segundo
su hermano, que entiende,
que paz adquirida
así, más parece
perdón o desprecio
de aquellos dos reyes,
no quedó conforme,
y por eso viene
dispuesto a la guerra
poniéndose al frente
de sus caballeros
y toda su gente.
    Desde aquí dirige
cartas algo fuertes
a los coligados,
que no se arrepienten
de lo hecho, y atienden
o más bien, prometen
volver a Castilla
si así les conviene.
Ya con estas notas,
con tales corrientes,
la sangrienta guerra
parece inminente;
pues ya el Castellano
se dispone y quiere
pasar a Aragón,
cueste lo que cueste.
   Doña Blanca entonces
a Piquera viene
pidiendo la paz
como antes hiciere.
Con muchos obsequios
y frases corteses
el rey la recibe
más nada promete.
Trasládanse al Burgo
al poco las huestes;
de allí, a Caltojar,
donde se establecen,
y llegó a reunirse
allí tanta gente
que en masa compacta
los de a pie y jinetes
desde Caltojar
alcanza a extenderse
a Velamazán,
según se desprende
de las varias crónicas
que el caso refieren.
   Levantan el campo
y avanzando siempre,
desde allí se marchan
a Medinaceli
donde tienen cerca
los aragoneses
con los que más tarde
habrán de entenderse.
[..........]