HISTORIA

Tiempos geológicos y prehistóricos

Ya en la era terciaria, concretamente en el Mioceno, hace unos 32 millones de años, rondaban por estas tierras dinoterios y mastodontes (los predecesores de los actuales elefantes), según lo prueban restos fósiles encontrados en la Roza.

Durante el Calcolítico, 3 000 años a. C., ya había hombres en el reborde de las zonas elevadas, situadas cerca del río Pedro y de los arroyos de Vegamorena y del Henar, dedicándose al pastoreo y a la caza. En la Edad del Bronce, 1800 años a. C., dentro de la cultura campaniforme se usaban recipientes de cerámica para enterramientos y como utensilios de uso cotidiano.

Edad Media

Aunque todavía no se conoce muy bien el origen de Piquera, hay que señalar que dentro del actual término de Piquera estuvo situada, la población de Bascones y una buena parte del término de la villa de Santuy.

Durante la época de dominación árabe, sitúan algunos investigadores una atalaya musulmana en el monte del Cubo, fundamentados en estudios de la toponimia, pues restos materiales todavía no se han podido localizar.

Aunque algunos personajes ilustres estuvieron en Piquera, la gran mayoría de ellos lo hicieron de paso, como es el caso de Abderramán III en su retirada de la batalla de Simancas (Valladolid) del año 939. Muy poco después sufrió una humillante derrota no muy lejos de Tiermes.

El Cid en su destierro fuera de Castilla debió de pasar por aquí, o muy cerca, según el Poema de Mío Cid:

	de siniestro Sant Esteban, una buena ciudad
	de diestro Aillón las torres que moros las han

No en vano, por entonces era tierra fronteriza entre moros y cristianos. También figura Piquera en la ruta que siguieron los infantes de Carrión y las hijas del Cid, antes de la afrenta de Corpes.

Desde la época de la Reconquista de estos territorios a los musulmanes, Piquera está incluida en la comunidad de la Tierra de San Esteban. Esta comunidad llega a depender de un conde, el conde de San Esteban, el más famoso fue don Álvaro de Luna. Este condado posteriormente pasa a depender del Marqués de Villena.

Don Juan Manuel, el autor de El Conde Lucanor, estuvo cazando patos silvestres y garzas en la ribera del río Pedro, que por entonces se llamaba Bierbol o Yerbol. Practicó el arte de la cetrería utilizando, halcones para acometer a sus presas.

Según cuenta la tradición la reina doña Urraca pisó estas tierras y fue quien puso el actual nombre del pueblo.

Juan II de Castilla A primeros de julio de 1429 estuvo acampado en nuestras tierras don Juan II de Castilla, durante, al menos, una semana, con parte de los personajes de su corte y una nutrida hueste guerrera preparada para atacar a los reyes de Aragón y Navarra, sus primos: Alfonso V de Aragón y Juan I de Navarra. Para intentar hacer las paces vino la reina consorte de Aragón, doña María, hermana de Juan II, acompañada del Cardenal de Foix y el personal de su séquito que fue alojado en Piquera. Entre los personajes que acompañaban a Juan II hay que citar a: Íñigo López de Mendoza, que después fue Marqués de Santillana, y, muy probablemente, los poetas y cronistas Juan de Mena y Alonso de Cartagena.

Edad Moderna

No es la única vez que estuvo asentada la Corte Real en Piquera. Se encuentra en el Archivo Histórico Nacional un documento redactado por el licenciado don Francisco de Vargas, tesorero mayor de los Reyes Católicos, y fechado en Piquera el 20 de septiembre de 1514. Por aquellos años la Corte seguía siendo itinerante. Por la incapacidad de la reina doña Juana “la Loca”, ejercía en aquel momento la Regencia su padre, Fernando “el Católico”.

Otro personaje famoso que pasó por Piquera fue Santa Teresa de Jesús, que se dirigía a Segovia después de haber fundado un convento en la ciudad de Soria. El día que anduvo por piquera debió ser el 19 de agosto de 1581.

Edad Contemporánea

A finales de noviembre de 1808 las tropas francesas que se replegaban, después de haber ocupado la provincia de Soria y haber ganado la batalla de Tudela, con destino al puerto de Somosierra, pasaron desde Berlanga de Duero hasta Ayllón. En Piquera dejaron su impronta saqueando la iglesia.

A lo largo del Antiguo Régimen (más o menos coincidente con la Edad Moderna) se seguían unas ideas filosóficas que básicamente consideraban en todos sus aspectos a Dios y al rey los valores supremos de la sociedad. Con el Régimen Liberal se pasó a considerar al individuo y todas sus iniciativas lo más importante de la nueva ideología. Para ello se facilitó que muchos bienes pudiesen ser gestionados, previo pago al Estado del dinero correspondiente, por personas con más iniciativas y con cierta solvencia económica. Así se expropiaron los bienes, que antes servían para satisfacer los gastos de las distintas entidades de la Iglesia (capellanías, memorias, edificios de los templos, curatos, cabildos, monasterios, etc.) y bienes comunales de los pueblos, o bienes de propios. Es lo que se llamó Desamortización que fue impulsada principalmente por los ministros Mendizábal y Madoz. En Piquera también se verificó este cambio que está ampliamente documentado con el cambio de propiedad de un número importante de fincas.

El sufrimiento por epidemias fue bastante frecuente en nuestro pueblo y en otras muchas localidades a lo largo de la Historia hasta que la Sanidad y la Medicina consiguieron controlar y atajar esas enfermedades que muchas veces diezmaban la población. La última peste que se recuerda en Piquera fue la de gripe de 1918.

Debemos reseñar que Piquera, como otra población cualquiera, no es, ni ha sido, algo cerrado y estanco. Siempre se ha relacionado comercial y, sobre todo, humanamente con los pueblos más cercanos, aportando beneficios y recibiendo compensaciones. Se aprecia especialmente en los matrimonios con miembros de otros pueblos, principalmente los más próximos. En el aspecto cultural también se aprecian estos beneficios con la labor que han realizado miembros de otras comunidades (principalmente: sacerdotes, maestros, secretarios, médicos, veterinarios, herreros, ...) para beneficio de nuestro pueblo. Mención especial merece, en este apartado de aportaciones exteriores, el recuerdo del médico soriano Aniceto Hinojar Leal que realizó notables inversiones en nuestro pueblo, si bien no se debía considerar estrictamente forastero pues disponía de familiares en Piquera. También nuestro pueblo contribuyó con individuos de nuestra colectividad al bien y progreso de otras poblaciones; podemos citar entre éstos a los sacerdotes: Zacarías Campos Tomás, Francisco García Rupérez, Celestino Rodrigo Rincón, Sotero Campos Rupérez, Pedro Portillo Crespo y Eustasio Martínez Rupérez. Entre los maestros de enseñanza primaria podemos citar a Isidora Campos Hernando y a Quintín Rupérez Maluenda. También hay que citar en este capítulo al piquereño Victoriano Campos Izquierdo que fue alcalde de Peñalba y, posteriormente, de El Burgo de Osma.

Secularmente la mayor parte de la gente de Piquera ha tenido las profesiones relacionadas con el campo, labradores y ganaderos principalmente, y no ha sido hasta el siglo pasado cuando se han agrupado para defender sus intereses. Primero hubo un sindicato con ideología católica que más que sindicato era utilizado como un contrapoder de las élites dirigentes. Posteriormente el régimen de Franco creó las Hermandades de Labradores y Ganaderos, que no eran nada más que una parte del sindicato vertical.

Durante la Guerra Civil Española (1936-39) hubo bastantes represalias en muchas localidades españolas; el alcalde de Piquera, mostrando gran coraje, evitó que unos falangistas procedentes de San Esteban de Gormaz realizasen una depuración en nuestro pueblo. Por otra parte, un hijo de Piquera que ejercía su labor de maestro en el pueblo soriano de Sotillo del Rincón fue apresado en la cárcel de Soria, y enviado posteriormente a la de El Burgo, pero no llegó a su destino pues fue ajusticiado en un lugar muy próximo al pueblo de Valdealvillo. Se llamaba Agustín García Palomar.

Al comenzar la década de 1970 la BBC de Londres grabó una serie, cuyo primer programa se realizó en Piquera, con el fin de enseñar a los anglohablantes la lengua española.

Faustino Rupérez en la Vuelta de 1980 Últimamente se ha vuelto a ver y oír el nombre de Piquera gracias al ciclista piquereño Faustino Rupérez, campeón de España en 1979 y ganador de la Vuelta Ciclista a España en 1980. Pero no ha sido nuestro único deportista de renombre. Unas décadas antes, el boxeador José Crespo Macarrón se distinguió por ser un gran encajador. Posteriormente se desplazó a Italia donde se hizo entrenador de este deporte. Allí murió.